Gibraltar (en) espa?ol
El Pe?¨®n y Espa?a retoman lazos con un Instituto Cervantes, mal visto por cr¨ªticos de ambos lados
Al perfecto biling¨¹e que era el gibraltare?o Mario Arroyo le partieron en dos en 1969 cuando Franco cerr¨® el acceso entre Espa?a y Gibraltar. Amante de Lorca, al que hab¨ªa dedicado su tesis, y nieto de malague?as, sinti¨® que su realidad se demediaba de cuajo: "Seguramente las primeras palabras que dije fueron en espa?ol". Arroyo sigui¨® siendo fiel amante del biling¨¹ismo durante el crudo bloqueo, cuando Gibraltar prohibi¨® hablar espa?ol cerca de zonas militares y Franco prohibi¨® la venta de prensa espa?ola en el Pe?¨®n. Las palabras cayeron v¨ªctimas de la pol¨ªtica.
"Con el cierre de la frontera se logr¨® poner en contra a la juventud gibraltare?a, que se concentr¨® en la lengua y cultura inglesas, que ha ido imperando cada vez m¨¢s y m¨¢s", analiza Salomon Seruya, descendiente de sefard¨ªes expulsados de Espa?a y asentados en Gibraltar desde hace 265 a?os. Por si su memoria no bastara, Seruya vuelve al pasado con un ¨®leo: una mujer y sus hijos asomadas a una verja. Las familias, partidas entre Espa?a y Gibraltar, se relacionaban a gritos entre los barrotes. Truncar la comunicaci¨®n fue m¨¢s r¨¢pido que reconstruirla.
Con el cierre de la Verja en 1969, se rompieron tambi¨¦n los nexos culturales
Caruana: "Para m¨ª, el instituto no tiene dimensi¨®n pol¨ªtica, sino de lengua"
Para que las palabras regresen de nuevo de la mano de la pol¨ªtica se han necesitado 40 a?os desde aquel bloqueo. El Instituto Cervantes, el organismo de promoci¨®n de la lengua y la cultura espa?olas en el exterior, abrir¨¢ a finales de 2009 una sede en la calle Irish Town, en un edificio cedido gratuitamente por una adinerada familia gibraltare?a y en el que Espa?a invertir¨¢ 250.000 euros para la reforma. Incluida en los acuerdos firmados por Reino Unido, Espa?a y Gibraltar en 2006, la iniciativa tambi¨¦n est¨¢ demostrando una vez m¨¢s lo cerca que est¨¢n los extremos.
En Espa?a, los cr¨ªticos consideran que significa el reconocimiento de la soberan¨ªa de Gibraltar dado que los Cervantes s¨®lo abren puertas en pa¨ªses extranjeros. En Gibraltar, los ultramontanos se indignan ense?ore¨¢ndose con el retorno de una bandera a la que ven como una pica en Flandes.
As¨ª que los responsables de uno y otro lado evitan soliviantar a los suyos. Empezando por el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana: "Para m¨ª, el Instituto Cervantes no tiene dimensi¨®n pol¨ªtica sino de lengua y cultura. Al Gobierno de Gibraltar le interesa que se sepa de culturas y lenguas. El idioma es un bien socioecon¨®mico y la gente se enriquece hablando cuantas m¨¢s lenguas pueda". Y siguiendo por Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes: "En Espa?a tambi¨¦n tenemos dos centros en Madrid y Alcal¨¢ de Henares. Se puede mirar como se quiera, pero cuantos m¨¢s sedes tengamos mejor. El de Gibraltar surge de un acuerdo mutuo de colaboraci¨®n, algo positivo siempre".
Ser¨¢ el primer centro oficial espa?ol que se abra en el Pe?¨®n tras el cierre del consulado, hace medio siglo. Simboliza tambi¨¦n el triunfo de quienes, con el viento hist¨®rico a la contra, abogaban por un entendimiento con los vecinos como Salomon Seruya, que fue ministro de Desarrollo Econ¨®mico de Gibraltar y que en 1965 envi¨® una carta al The Times con un dec¨¢logo a favor del di¨¢logo entre Espa?a y Gibraltar, donde se inclu¨ªa la cooperaci¨®n cultural y ling¨¹¨ªstica. "Toda mi vida me he guiado por un principio: servir los intereses de Gibraltar y fortalecer la amistad con Espa?a", afirma el ex diplom¨¢tico (fue embajador de Israel en Filipinas), que en noviembre recibi¨® la Gran Cruz al M¨¦rito Civil de manos del ministro Miguel ?ngel Moratinos.
A su manera, Salomon Seruya y Mario Arroyo han luchado por mantener vivos los lazos con una cultura que estaba tan cerca y tan lejos. En el libro Perfiles / Perfils, Arroyo juega con ambas lenguas. No traduce, teje poemas con mimbres diferentes. "Hay ciertas cosas que se prestan a uno y no a otro. El ingl¨¦s es cerebral y econ¨®mico; el espa?ol, florido y colorista. El ingl¨¦s me puede salir del coraz¨®n, pero el espa?ol me sale de las entra?as", compara. Ser un poeta biling¨¹e es ser una rara avis en el Pe?¨®n, donde la convivencia entre ambas lenguas ha desembocado en un h¨ªbrido irrepetible: el llanito. ?Qu¨¦ es? Una fusi¨®n: dos cucharadas de ingl¨¦s, una de espa?ol y picante gaditano. O al rev¨¦s, por ejemplo: "Me he dejado el m¨®vil en casa, shit!".
En Main Street, la principal calle comercial de Gibraltar, el llanito triunfa. Si se le integra en el gran vestido hispano (el spanglish de EE UU ser¨ªa un fen¨®meno similar), se concluye que el espa?ol est¨¢ en boca de casi todos. Reina, pues, en la calle, pero languidece en espacios p¨²blicos y empresariales. La ¨²nica emisi¨®n en espa?ol en Radio Gibraltar es Saludos, un magazine que presenta Teresa Gonzalves, que hace proselitismo en antena y en casa. Su hijo de tres a?os escucha espa?ol por v¨ªa materna, e ingl¨¦s por la paterna.
Hubo una edad de oro en la que fue un idioma influyente. "Hasta la Guerra Civil, la intelectualidad gibraltare?a hablaba espa?ol, se interesaba por el teatro de Margarita Xirgu, iba a las corridas de toros en las ferias y le¨ªa la prensa espa?ola, era cosa de casa", recuerda Seruya. Para acceder a peri¨®dicos espa?oles ahora, Seruya tiene que adquirirlos en La L¨ªnea. En las librer¨ªas del Pe?¨®n, lo ¨²nico en espa?ol son textos escolares, diccionarios y, excepcionalmente, obras sobre Gibraltar. Se puede comprar a Isabel Allende o P¨¦rez Reverte. Traducidos: The sum of our days, The queen of the South o The Seville communion.
La preeminencia inglesa y el llanito de andar por casa hacen que el dominio del espa?ol sea regular, a pesar de que se ense?a como asignatura obligatoria entre los 8 y los 16 a?os. Los profesores, parad¨®jicamente, se forman en Reino Unido. Bernardo Linares, que fue ministro de Educaci¨®n entre los a?os 1996 y 2007, est¨¢ ansioso por la apertura del Instituto Cervantes, igual que otros amantes de lo hispano como Seruya o Arroyo. "El biling¨¹ismo es un caudal y es una pena que no se asiente bien", indica Linares.
El Cervantes estrenar¨¢ una nueva etapa en las relaciones, muy alejada de los d¨ªas de infancia de Dominique Searle. "En el colegio se nos prohib¨ªa hablar espa?ol en los pasillos", recuerda el actual director de The Gibraltar Chronicle, fundado en 1801 y con tres hitos dignos de rese?ar. El peri¨®dico vivo m¨¢s antiguo de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, el due?o de la exclusiva de la muerte del almirante Nelson en la batalla de Trafalgar y uno de los pocos diarios que no sali¨® a la calle durante varias semanas porque la fiebre amarilla mat¨® a toda la redacci¨®n. Se edita en ingl¨¦s, pero durante la Guerra Civil imprimi¨® p¨¢ginas en espa?ol para informar a los gibraltare?os de algo que tambi¨¦n les ata?¨ªa.
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