El hijo del Saturnino y la Sira
Alberto N¨²?ez Feij¨®o, el pr¨®ximo presidente de la Xunta de Galicia, gan¨® contra pron¨®stico y devolvi¨® el aliento a Rajoy. ?sta es su historia
Acabo de tirar al Touro en el contenedor", le confes¨® una tarde de ¨¦stas la se?ora Ramona a su vecina Geluca, en alusi¨®n a los carteles con la cara de Touri?o. En el pueblo de Os Peares, el ¨²nico de Galicia que est¨¢ dividido -por tres r¨ªos y la v¨ªa del tren- en cuatro municipios y dos provincias, todos los habitantes se han unido por la causa de Feij¨®o. "Alberto, o noso presidente", proclama gloriosa una pancarta que atraviesa la v¨ªa a la entrada de la localidad. Detr¨¢s del letrero, la primera casa que aparece es una de piedra en la que el pr¨®ximo gobernante de Galicia naci¨® el 10 de septiembre de 1961, y vivi¨® casi toda su infancia y adolescencia. El n¨²mero 6 del lugar de O Mes¨®n, Ayuntamiento de Nogueira de Ramu¨ªn, provincia de Ourense, feudo hoy del bar¨®n popular Jos¨¦ Luis Baltar, ya era entonces un caser¨®n habitado por cuatro familias. Eladia, la abuela de Feij¨®o, su abuela del alma, y el abuelo Manolo, que era panadero, ocupaban, con sus ocho hijos y luego tambi¨¦n con el yerno, el nieto Alberto y su hermana Micaela, parte del primer piso y de la planta baja. All¨ª, Eladia atend¨ªa al mismo tiempo una expendedur¨ªa de tabacos y una tienda de ultramarinos menos surtida que la de la acera de enfrente, la del Alpargateiro.
PSOE y BNG denuncian que el PP llev¨® hasta el colegio electoral en autob¨²s y en coche a potenciales votantes
En un d¨ªa acabar¨¦ con el caciquismo en Galicia, prometi¨® Feij¨®o durante la campa?a electoral
En Os Peares hab¨ªa una tienda debajo de cada casa y la clientela se repart¨ªa. "Era dif¨ªcil llegar a rico y ellos eran bastante pobres", recuerda ahora Ramona, que a sus 93 a?os es la m¨¢s anciana del pueblo. "Si vienes buscando cosas, aqu¨ª nadie te hablar¨¢ mal de los de la Eladia, y menos del Alberto", advierte la vecina. Un rinc¨®n de Galicia dif¨ªcil de gobernar, donde todo va lento porque es preciso el consenso de cuatro alcaldes y dos diputaciones.
El nieto de Eladia no ser¨¢ s¨®lo el pr¨®ximo presidente de Galicia: el ni?o nacido en el n¨²mero 6 de O Mes¨®n ha logrado salvar a Mariano Rajoy, asediado por las tramas de esp¨ªas y de corrupci¨®n, de los enemigos internos que se aprestaban a cortarle la cabeza, esperando la previsible derrota del PP en las elecciones gallegas.
En Os Peares est¨¢n Alberto, el hijo de Pepito dos Barcos, y Alberto, el hijo del Quintela. Pero el Alberto por antonomasia es el que ya s¨®lo pasa de vez en cuando de visita, acompa?ado de pol¨ªticos conocidos, para saludar a todos y comer en el bar Barra. Es Alberto, "el hijo del Saturnino y la Sira", aqu¨ª no tiene apellidos. Su padre empez¨® de "listero". Pasaba lista y controlaba a los obreros que constru¨ªan la carretera y los embalses del r¨ªo Sil. Luego lleg¨® a encargado. Mientras, el ni?o, "responsable y obediente", estudiaba todo el d¨ªa. Todo el mundo lo recuerda as¨ª: encerrado siempre en casa. "S¨®lo sal¨ªa a estirar las piernas". Daba "un par de vueltas" por la acera y volv¨ªa sobre sus libros. Casi nunca iba a jugar con los otros chicos.
Con el tiempo, los N¨²?ez Feij¨®o compraron su parte de inmueble, y hace cuatro a?os la vendieron con la condici¨®n de que Alberto pudiese seguir ocupando un cuarto con llave. All¨ª, seg¨²n Rosa Caride, la nueva propietaria, guarda "papeles, libros, botellas de vino y ese mont¨®n de regalos que le hacen desde que est¨¢ tan arriba". Hasta que la familia march¨® a vivir a Ourense, no tuvo ba?o en casa.
Si Saturnino, su padre, no se hubiese quedado en paro, Alberto no habr¨ªa sido presidente de Galicia. Porque el chico, que acababa de terminar Derecho, no mostraba inter¨¦s por la pol¨ªtica y lo que quer¨ªa era llegar a juez. Pero al perder Saturnino el empleo, y con una hermana seis a?os menor, Alberto tuvo que ponerse a trabajar. En 1984, prepar¨® en dos meses las primeras oposiciones a la Xunta y las aprob¨® con el n¨²mero dos. El primero fue un amigo de la universidad, Carlos Negreira, que ten¨ªa fama de ser m¨¢s listo, pero tambi¨¦n menos disciplinado. En estas elecciones, Negreira iba de primero en la lista del PP por A Coru?a. Y Feij¨®o, de primero por Pontevedra. Otro compa?ero de Derecho, el socialista Jos¨¦ Blanco, dice que no se acuerda de ¨¦l porque estuvo poco tiempo en la Facultad; pero alguna vez Feij¨®o ha preguntado por los apuntes que Blanco nunca le devolvi¨®, s¨®lo para dejar claro que ¨¦l era mejor estudiante.
Dos a?os antes de entrar en la Xunta, el hombre que el domingo pasado salv¨® a un Rajoy en ca¨ªda libre hab¨ªa votado a Felipe Gonz¨¢lez. No ten¨ªa una ideolog¨ªa formada. Lo que le preocupaba era sacar buenas notas, ayudar a su familia y no perder el tiempo. Era, y sigue siendo, seg¨²n los que lo conocen, "cat¨®lico, apost¨®lico y romano", y frecuentaba algo m¨¢s la iglesia que en la actualidad. En su casa natal se hablaba m¨¢s castellano que gallego. Al pueblo que medr¨® gracias a las centrales hidr¨¢ulicas hab¨ªa llegado mucha gente de fuera, y la denostada lengua propia era lo que se hablaba "en la monta?a", all¨¢ en n¨²cleos alejados.
Con Feij¨®o, el PP abandon¨® la pol¨ªtica de apoyo a la lengua gallega que durante a?os hab¨ªa defendido Fraga y se enfrent¨® por ello al Gobierno bipartito. Durante la precampa?a, la c¨²pula del partido encabez¨® la manifestaci¨®n del colectivo Galicia Biling¨¹e, que acab¨® con enfrentamientos violentos entre grupos independentistas y la polic¨ªa. ?l no asisti¨®. Estaba en Argentina visitando a la emigraci¨®n votante. Unos d¨ªas antes, le hab¨ªa asegurado al periodista Jim¨¦nez Losantos que apoyaba la marcha en defensa del castellano. El mismo Jim¨¦nez Losantos que en una ocasi¨®n le pregunt¨® a Rajoy "de qu¨¦ escombrera ideol¨®gica" le hab¨ªa sacado.
Feij¨®o suele contar que se interes¨® por la pol¨ªtica viendo por la tele las tertulias de La Clave. Jos¨¦ Luis Balb¨ªn tuvo la culpa, pero tambi¨¦n el antiguo conselleiro y ministro Jos¨¦ Manuel Romay Beccar¨ªa, su verdadero padrino en el PP. Romay era el representante m¨¢s visible, junto a Rajoy, del sector urbano de los populares gallegos (los que en el partido llamaban del birrete, conservadores tradicionales) enfrentado en una largu¨ªsima disputa interna a la facci¨®n rural y caciquil, impregnada de galleguismo y populismo y encarnada por Xos¨¦ Cui?a y Jos¨¦ Luis Baltar, los de la boina, adversarios de la direcci¨®n nacional del PP. Romay no lo conoc¨ªa de nada, pero en 1991, siendo conselleiro de Agricultura, necesitaba un secretario general para su departamento. As¨ª que hizo una encuesta r¨¢pida entre el cuerpo de letrados y todos le comentaron que el que m¨¢s val¨ªa era un tal Alberto, de 29 a?os.
Lo llam¨® a su despacho, charl¨® con ¨¦l, y en el acto decidi¨® su nombramiento. Se lo llev¨® despu¨¦s, como secretario general, al Servizo Galego de Sa¨²de. Y cuando Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar nombr¨® a Romay ministro de Sanidad, Feij¨®o se convirti¨® en presidente del sistema sanitario nacional. Ten¨ªa 35 a?os. Se cuenta que Romay lo dej¨® en el edificio del Insalud y ya no volvi¨®. La leyenda dice tambi¨¦n que al llegar le hicieron una advertencia: "De la tercera planta hacia arriba no trabaja ni dios". "Pues ¨¦l los puso a trabajar, porque tiene una capacidad de motivaci¨®n tremenda, contagia su energ¨ªa", asegura ahora el ex ministro. A la hora de hacer equipos y nombrar gerentes de hospital, no miraba el carn¨¦ pol¨ªtico de nadie. Todo el mundo le ten¨ªa por un gestor pragm¨¢tico sin inclinaciones ideol¨®gicas, que se hab¨ªa limitado a hacer carrera en administraciones del PP. De hecho, no se afili¨® hasta 2002.
"Todav¨ªa se recuerda su gesti¨®n porque en cuatro a?os redujo las listas de espera quir¨²rgicas de 212 a 53 d¨ªas. Acab¨® con las diferencias regionales. Y yo entonces ya pensaba que podr¨ªa llegar a presidente de la Xunta". Romay, que est¨¢ "orgullos¨ªsimo", destaca su "capacidad de trabajo, su liderazgo, su honestidad y su gran sentido de la oportunidad". En sus tiempos, ¨¦l no logr¨® imponer el birrete, pero su delf¨ªn ha "unificado el partido", y tras ganar estas elecciones, Baltar, el ¨²ltimo patriarca con boina, ha anunciado que se ir¨¢ "en dos o tres a?os".
"En un d¨ªa acabar¨¦ con el caciquismo", promet¨ªa Feij¨®o en la campa?a. Mientras, el bar¨®n Baltar enrarec¨ªa la contienda dando rienda suelta a su lengua desbocada. Insultos (del tipo "maric¨®n" y "sinverg¨¹enza") hacia unos y comentarios sobre la supuesta vida ¨ªntima del nacionalista Anxo Quintana. ?se era el contenido de sus m¨ªtines por los pueblos. Y su juego sucio result¨® doblemente eficaz cuando algunos medios publicaron noticias y fotos comprometidas sobre el l¨ªder del BNG.
El error m¨¢s grave de Quintana, en los primeros d¨ªas de la campa?a, fue dar un mitin ante un grupo de ancianos que hab¨ªan asistido enga?ados por un colectivo organizador del acto. Hab¨ªan pagado 15 euros para viajar a Portugal y el autob¨²s par¨® en un hotel a pocos kil¨®metros de la frontera. El PP se ceb¨® en este hecho a pesar de que Baltar es el gur¨² de lo que en Galicia se llama carrexo (transporte al colegio electoral de votantes, por lo general de cierta edad, en coches particulares de los pol¨ªticos locales). El s¨¢bado de reflexi¨®n, la Diputaci¨®n de Ourense moviliz¨® una flota de veh¨ªculos para llevar de excursi¨®n por la Ribeira Sacra a vecinos de varios municipios. El BNG y el PSOE denuncian que tanto los alcaldes como Baltar, presidente de la instituci¨®n provincial, compartieron banquete con los potenciales electores. Al d¨ªa siguiente, el carrexo se volvi¨® a repetir. Hay pruebas gr¨¢ficas y denuncias, ante la Guardia Civil y la Junta Electoral, de que incluso se transport¨® a los votantes hasta el colegio electoral en autocar... Pero Feij¨®o promete que acabar¨¢ en un d¨ªa con el caciquismo.
Cuando Romay dej¨® el ministerio, ?lvarez-Cascos, que tambi¨¦n hab¨ªa puesto los ojos en el empoll¨®n de Os Peares -y Feij¨®o le considera otro padrino pol¨ªtico-, se lo llev¨® de director general a Correos. De ah¨ª, y de su etapa en el Insalud, viene su estrecha amistad con varios sindicalistas como Regino Mart¨ªn, de CC OO. En esta organizaci¨®n aseguran que su gesti¨®n fue "muy buena", que con ¨¦l se consigui¨® firmar un plan de pensiones que sigue en vigor y el primer convenio colectivo, que consolid¨® 10.000 empleos.
Unos cuantos a?os despu¨¦s, Esperanza Aguirre lo quiso fichar como consejero de Sanidad, pero entonces el ahijado pol¨ªtico de Romay ya estaba "casado con Galicia", como dice su madre. "Se cas¨® con Galicia, pero Galicia no me da nietos", se lamentaba la madre en un v¨ªdeo electoral propagand¨ªstico, con el que el partido intentaba acercar la figura distante y todav¨ªa desconocida del candidato. La frase era, en realidad, una indirecta. Porque aunque casi nadie lo sab¨ªa entonces, Feij¨®o tiene una novia ocho d¨ªas m¨¢s joven que ¨¦l. "Los dos somos virgo, y por lo tanto, t¨ªmidos y reservados", coment¨® ella un d¨ªa. Lo de la timidez de Alberto, disfrazada de chuler¨ªa y un humor desconcertante cuando trata con quienes no le dan confianza, es vox p¨®puli. Y sus rivales lo saben y lo utilizan. El socialista Francisco Cervi?o, diputado auton¨®mico, explica que es f¨¢cil percibir cu¨¢ndo en un debate se ha dado en el blanco "porque se pone todo colorado". Pese a ello, dicen que "encaja bien los golpes".
La periodista madrile?a Carmen G¨¢mir, Chinny (de chinita) para todo el mundo, porque su madre es espa?ola nacida en Filipinas, lo conoci¨® en el a?o 2000, cuando lo entrevist¨® como director de Correos para el diario orensano La Regi¨®n. Durante nueve a?os mantuvieron su relaci¨®n en secreto. A Feij¨®o se le atribuyeron antes otras relaciones. Pero en el ecuador de esta campa?a G¨¢mir sali¨® a la luz, precisamente en un reportaje que le dedicaba su diario. La periodista, que trabaja para el semanario internacional de La Regi¨®n, termin¨® pidiendo una excedencia hace algo m¨¢s de dos meses para seguir a Alberto y vive con ¨¦l en una de las dos torres gemelas m¨¢s altas y exclusivas de Vigo. Feij¨®o est¨¢ pagando la hipoteca y presume de ello, pero sus allegados no aclaran si tiene m¨¢s propiedades.
En contra de lo que mostraba otro v¨ªdeo electoral, Feij¨®o no recoge los platos en su domicilio. "Un d¨ªa a la semana", explica un amigo, "le va una mujer", pero eso es porque "trabaja 16 horas al d¨ªa". Pese a que es un hombre "corriente", o quiz¨¢ por eso, el l¨ªder del PP gallego "jam¨¢s plancha". Los domingos por la noche telefonea a su padre para que le cuente c¨®mo han quedado el Depor y el Madrid. En la noche electoral tambi¨¦n lo llam¨®. Saturnino, en lugar de darle la enhorabuena, le cant¨® los resultados de la jornada.
En una muestra de heterodoxia para el PP, Feij¨®o suele afirmar que "el matrimonio es la instituci¨®n menos democr¨¢tica que hay". En una ocasi¨®n, Fraga dijo que su ¨²nico defecto era estar soltero. A?os antes, el ex presidente de la Xunta tambi¨¦n le hab¨ªa recomendado a Rajoy que se casase y tuviese hijos. En una charla en el Club Financiero de Vigo, le preguntaron a Feij¨®o qu¨¦ medidas pensaba tomar para fomentar la natalidad. Siempre r¨¢pido en sus respuestas, contest¨® con otra pregunta, "?vais con segundas?", y con una afirmaci¨®n: "Yo, por lo pronto, el a?o que viene me pongo a ello".
Desde una ventana de su domicilio, el presidente in p¨¦ctore de Galicia se despide de la r¨ªa por la ma?ana, antes de marchar a Santiago en el C6 negro que puso hace tiempo a su servicio la factor¨ªa viguesa de Citro?n (la misma empresa que ahora fabricar¨¢ su coche presidencial, en Francia). Feij¨®o no ha confirmado a¨²n si piensa instalarse en la residencia oficial de Monte P¨ªo, en Santiago. "Le gusta demasiado el mar", cuenta uno de sus pr¨®ximos. ?l pesca y tiene "muchos amigos marineros".
Lo que ya ha puesto a la venta, dice Feij¨®o, es el lujoso Audi oficial de Touri?o, que seguramente tantos votos le vali¨® al PP. El mensaje sobre los gastos astron¨®micos del presidente socialista ("con el Audi de Touri?o se podr¨ªan comprar 24 ambulancias") y una historia de sillas a 2.269 euros para una sala de la Xunta (que en realidad nunca fueron compradas) cal¨® en la opini¨®n m¨¢s que las noticias de corrupci¨®n y casos de espionaje del PP. Ni siquiera llam¨® la atenci¨®n un esc¨¢ndalo del dinero procedente de las Caim¨¢n que hab¨ªa cobrado Luis Carrera, el n¨²mero uno del PP por Ourense, sin declararlo a Hacienda. Feij¨®o gan¨® con holgura tras una campa?a en la que el chaval vergonzoso, interno de los 10 a los 14 en los Maristas de Le¨®n, aparc¨® sus escr¨²pulos y abund¨® en la demagogia. "?l estaba seguro de que iba a ganar, y logr¨® transmitirlo", afirman sus ¨ªntimos. "Hace a?os que en los m¨ªtines del PP no hab¨ªa tanta alegr¨ªa y tanta gente".
Feij¨®o presume de ser leal, humilde y austero. Sus amigos aseguran que "no le gusta gastar por gastar". Lleva a?os con el mismo m¨®vil Nokia. Un modelo b¨¢sico roto por todas partes. Durante el tiempo que ejerci¨® cargos p¨²blicos en Madrid se resisti¨® a cambiar de veh¨ªculo. Al llegar a la Xunta llamado por Fraga, primero para sustituir a Cui?a como conselleiro de Pol¨ªtica Territorial y luego como vicepresidente, hered¨® un Audi A8 y con ¨¦ste sigui¨® hasta que el bipartito le arrebat¨® el poder al PP en 2005. Entonces aquel gestor sin ideolog¨ªa aparente fue el hombre elegido por Rajoy para suceder a don Manuel. Ofrec¨ªa una imagen centrista y moderada, que en buena parte se ha roto con la dureza de la reciente campa?a.
Cuando era vicepresidente, le ofrecieron un A8 nuevo, pero ¨¦l se neg¨® a estrenarlo. En un acto, durante el traspaso de poderes, Quintana le pregunt¨® qu¨¦ coche ten¨ªa. Feij¨®o le aconsej¨® que fuese a mirar en el garaje de la Xunta: "Hay un A8 sin estrenar que yo nunca acept¨¦". En un segundo encuentro, el del BNG le volvi¨® a preguntar: "Es que no est¨¢ donde me dijiste". "Preg¨²ntale a M¨¦ndez Romeu [conselleiro socialista de Presidencia]; lo est¨¢ usando ¨¦l", le contest¨® Feij¨®o, dando muestras de que se encontraba m¨¢s al tanto de las cosas de palacio que el socio nacionalista de Touri?o.
Esta semana, cuando despu¨¦s de la victoria viaj¨® a Madrid para reunirse con la direcci¨®n del partido, Feij¨®o cen¨® en un bar de carretera. Era muy tarde, s¨®lo estaban los camareros, pero lo reconocieron y le felicitaron. Luego, ¨¦l, su novia y su ch¨®fer se sentaron en una mesa y pidieron, para los hombres, un pepito de ternera, y para ella, un s¨¢ndwich. Su primera cena como presidente reci¨¦n elegido era de veras modesta.
Y suele decir que sus platos favoritos son "las xoubas [sardinillas] fritas y los huevos fritos", aunque siempre que puede acude al restaurante Estrella, del municipio pontevedr¨¦s de Bueu, en el que trabaja su amigo Andr¨¦s P¨¦rez, percebeiro de ma?ana y cocinero por las tardes. "Es de buen diente", asegura P¨¦rez, "suele pedir percebes, centollas, arroz con bogavante, rape y lenguado". En verano, con ¨¦ste y con otros amigos, Feij¨®o suele pasar unos d¨ªas en la isla de Ons. Con otro de sus colegas, los fines de semana va a correr por el parque vigu¨¦s de Castrelos. "Est¨¢ en forma y eso le vali¨® para aguantar como un toro la campa?a". A diario visitaba tres provincias, pero f¨ªsicamente no se resinti¨®. ?l, "que suele sufrir de la garganta", conserv¨® la voz todo el tiempo y "s¨®lo se acatarr¨® el ¨²ltimo d¨ªa". Mientras Quintana, por ejemplo, perdi¨® siete kilos, Feij¨®o s¨®lo adelgaz¨® uno y medio.
El de Os Peares sigue haciendo alarde de su origen y llama "se?oritos" a sus contrincantes. Nunca se arrepentir¨¢ lo suficiente de aquella foto, durante los terribles incendios del verano de 2006, que lo mostraba sosteniendo una manguerita vestido de domingo. Combatir su fama de estirado es tarea dif¨ªcil. Tras una encuesta entre los alcaldes del PP, concluy¨® que ten¨ªa que cambiar de imagen. En la precampa?a, el candidato que de ni?o se lavaba en una palangana se cort¨® el pelo y abandon¨® la gomina para siempre.
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