El desorden energ¨¦tico
El mercado el¨¦ctrico espa?ol sufre de m¨²ltiples e irritantes achaques cr¨®nicos que en los dos ¨²ltimos lustros ning¨²n gobierno ha tenido a bien corregir. Durante las dos legislaturas del PP, la electricidad fue pasto de la incompetencia y el amiguismo, con consecuencias devastadoras en Endesa, reducida al nivel de empresa segundona susceptible de recibir una OPA de cualquier grupo europeo, y un d¨¦ficit de tarifa que ha desembocado en un embrollo endemoniado. La primera legislatura de Rodr¨ªguez Zapatero transcurri¨® en un dolce far niente, con el d¨¦ficit de tarifa creciendo a velocidad de v¨¦rtigo, algunos vanos intentos de reparar los da?os corporativos causados en la etapa anterior -que s¨®lo tuvieron ¨¦xito en el caso de Repsol- y algunos remiendos de menor cuant¨ªa. A efectos corporativos, la realidad ha sido inmisericorde con quienes entre 1996 y 2004 dise?aron una torpe privatizaci¨®n de las empresas energ¨¦ticas, a contracorriente de lo que entonces hac¨ªan Francia, Alemania o Italia. El resultado de tanta obcecaci¨®n y de la incapacidad de los tres ¨²ltimos ministros de Industria para pilotar cualquier proyecto de fuste es que Endesa est¨¢ en manos de Enel, los intentos de crear un gigante energ¨¦tico espa?ol apenas est¨¢n alumbrando un rat¨®n -Gas Natural m¨¢s Uni¨®n Fenosa-, Iberdrola no sale del laberinto construido por la hostilidad entre S¨¢nchez Gal¨¢n y ACS, Repsol est¨¢ desfilando en la pasarela delante de la oligarqu¨ªa petrolera rusa y la participaci¨®n del Santander en Cepsa puede caer en manos extranjeras en cualquier momento.
Nada m¨¢s inexacto que suponer un plan en los relevos del capital de las grandes empresas espa?olas. En el mejor de los casos son segundas o terceras opciones provocadas por el fracaso de las primeras -Gas Natural apeteci¨® primero de Iberdrola, luego de Endesa y ha de conformarse con Uni¨®n Fenosa- y en el peor se trata de decisiones atropelladas que pasan factura al cabo de poco tiempo. V¨¦ase el caso de Endesa, cuyo n¨²cleo accionarial se hilvan¨® en el ¨²ltimo minuto con una empresa p¨²blica italiana y una constructora porque era preferible un remiendo que ceder ante los directivos de Endesa, nombrados a instancias del Gobierno del PP, declarados en abierta rebeli¨®n contra el Gobierno y Gas Natural.
Las empresas energ¨¦ticas espa?olas parten de un accionariado d¨¦bil e inestable, ins¨®lito en otros pa¨ªses europeos. Alemania, Francia e Italia tienen sus empresas cerradas a cal y canto, sea con participaciones p¨²blicas, sea con un poder impl¨ªcito del Gobierno, pero bien visible, como ser¨ªa el caso de E.ON o RWE. Nada de esto es nuevo; flota en el debate p¨²blico desde 2005, pero en Espa?a no se han encontrado respuestas. El Gobierno carece de convicci¨®n e iniciativa para promover accionariados estables, no hay empresas ni entidades financieras capaces de ocupar el vac¨ªo y la oposici¨®n, es decir, el PP, sigue presumiendo de un liberalismo de pitimin¨ª, que s¨®lo debe existir en el reino de Nunca Jam¨¢s, que traiciona donde gobierna y cuando gobierna con un intervencionismo propio de las econom¨ªas de direcci¨®n centralizada.
As¨ª que mal puede hablarse de nuevo mapa energ¨¦tico o locuciones sedantes similares. M¨¢s que un mapa, la ordenaci¨®n empresarial de la energ¨ªa es un chafarrin¨®n que puede ensuciarse todav¨ªa m¨¢s si no se encuentra una soluci¨®n razonable para Iberdrola y Cepsa. -
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