Cuando el arte se hace en la f¨¢brica
Los escultores siguen encontrando en la industria caminos para crear sus obras - Alfa Arte se ha especializado en ofrecer servicios a los artistas
En la fragua de Manuel Illarramendi, en Hernani, Eduardo Chillida realiz¨® en 1951 su primera escultura en hierro, Ilarrik. En la f¨¢brica metal¨²rgica de Patricio Echeverr¨ªa, en Legazpia, el escultor trabaj¨® para dar forma a las 13 toneladas de acero que fueron necesarias para cada una de las tres piezas del Peine del viento, y a muchas otras obras, "siempre siguiendo de cerca la incertidumbre del proceso", recuerda su hijo Luis. Cuando la escala de la obra lo requiri¨®, Chillida encontr¨® lo que buscaba en las naves de Forjas y Aceros de Reinosa (Cantabria), de donde sali¨®, por ejemplo, su obra Berl¨ªn, un encargo de la canciller¨ªa alemana para su nueva sede.
En talleres Adarra de Andoain, en Mecanizados Iturbe de Billabona, en Oxicorte, una f¨¢brica del barrio de Herrera, en San Sebasti¨¢n, o en el taller Mecanopl¨¢stica, de Lezo, pusieron las herramientas industriales al servicio de la obra de Chillida, para cortar el hierro, doblar las chapas o agujerearlas. Como Chillida otros muchos escultores salen al encuentro de la industria. En tiempos de arte conceptual y videocreaci¨®n, los escultores siguen requiriendo el apoyo de procesos industriales para la obra que desborda las limitaciones de un estudio de artista.
La empresa trabaja con Barcel¨®, Nagel, Larrea y Zugasti, entre otros
Autores y t¨¦cnicos chocan en su manera de gestionar el tiempo
Vicente Larrea visita frecuentemente la planta de Alfa Arte, en Eibar, donde estos d¨ªas retocan la pieza de bronce que instalar¨¢ en el nuevo cementerio de Arrigorriaga. Ser¨¢ una escultura de tres metros de altura, que evoca la forma de dos manos unidas, por la que fluir¨¢ el agua. Larrea comprueba, entre bromas con el encargado de retocar la superficie de metal, Jos¨¦ Zumaran, que los tubos que conducir¨¢n el agua han quedado ocultos, bien soldados al bronce. En poco tiempo, la escultura estar¨¢ lista, despu¨¦s de un proceso en el que, partiendo de figuras de poliestileno, se crean moldes con el que se realizar¨¢ la figura en cera, para crear otros moldes cer¨¢micos en los que, derritiendo la cera, se vierte el metal fundido. Es el viejo sistema de la fundici¨®n a la cera perdida, usado desde la Antig¨¹edad, que sigue vigente para la creaci¨®n de esculturas.
Jos¨¦ Zugasti recuerda que el oficio de soldadores y caldereros le ha ayudado a resolver los problemas t¨¦cnicos de sus esculturas, como la obra que instal¨® en el paseo de Abandoibarra, junto al palacio Euskalduna, en Bilbao, o las piezas que ahora muestra en la sala Kubo, en el Kursaal de San Sebasti¨¢n. "Si dispones de dinero suficiente, cuentas con los operarios y los medios que haga falta para trabajar en las condiciones adecuadas", explica Zugasti. "El escultor es el director de orquesta. Con gr¨²as, herreros, soldadores y caldereros se solucionan problemas t¨¦cnicos a los que t¨² s¨®lo no te puedes enfrentar". Es la ayuda que necesita para manejar tubos met¨¢licos de hasta 12 cent¨ªmetros de grosor y formar con ellos en ocasiones circunferencias de tres metros de di¨¢metro.
Cerca de la pieza de Larrea se ven en la nave de Alfa Arte dos moles con forma de elefante, obra de Miquel Barcel¨®. Larrea, Barcel¨® y Zugasti forman parte de la treintena de artistas que trabajan con Alfa Arte. Entre ellos est¨¢n N¨¦stor Basterretxea, Jos¨¦ Ram¨®n Anda, Txomin Badiola, Dora Salazar, ?ngel Garraza, Andoni Euba, Andr¨¦s Nagel, Agust¨ªn Ibarrola y Pedro Txillida.
Alfa Arte, una de las divisiones del Grupo Alfa, naci¨® en 1993 como una fundici¨®n de bronce. Su director gerente, Jos¨¦ Mar¨ªa Armentia, dice que ahora su labor es ofrecer al artista multidisciplinar las t¨¦cnicas y la tecnolog¨ªa de la industria, con medios, como la digitalizaci¨®n en tres dimensiones, para trabajar con la misma pieza en diferente escala. "Por tradici¨®n estamos especializados en el uso de metales, pero experimentamos con nuevos materiales", se?ala. Los empleados con formaci¨®n art¨ªstica acercan a los artistas-clientes al trabajo en el taller. "Consultan sus dudas y hablan de sus ideas; el di¨¢logo remata las obras", a?ade. ?Es f¨¢cil la comunicaci¨®n entre artistas e industria? "Chocamos en la gesti¨®n del tiempo. Para nosotros un proyecto debe estar limitado, el tiempo significa dinero; para un artista, no es problema".
![El escultor Vicente Larrea revisa una obra con el responsable del retoque de bronce, Jos¨¦ Zumaran, en Alfa Arte.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UB2SOSSY6WVHW7UJG44IU5JXPU.jpg?auth=e4b85883e5c1c21b4f03896dd9f5232dc541ae67218ead5989febe5a72083e1b&width=414)
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