El Valencia roza el rid¨ªculo

El Valencia perdi¨® ayer, una vez m¨¢s, un partido en el que marc¨® primero. Roz¨® el rid¨ªculo ante un Numancia que no tuvo m¨¢s que aprovechar un par de jugadas a bal¨®n parado, ante las que peor se defienden los de Emery. Aguantaron estoicamente los de Pacheta hasta que se tropezaron con el gol a escasos minutos del descanso. La ca¨®tica defensa valencianista dej¨® a Aranda adornarse sin problemas tras un saque de falta ejecutado por Barkero. El delantero recibi¨® el bal¨®n en el ¨¢rea, lo control¨® y tuvo tiempo de sobra para darse la vuelta y rematar a placer. El sol molest¨® a Alexis, explicaron. El central cometi¨® ese ¨²nico error. Pero fue fatal. Demasiado para C¨¦sar, que a¨²n no hace milagros. Desde entonces, el Numancia, que no hab¨ªa marcado un gol en su estadio desde el 11 de enero, rein¨® en un partido sin sobresaltos. Y, gracias a la falta de reacci¨®n del Valencia, se deshizo de la etiqueta de colista.

El gol inicial hab¨ªa pillado casi por sorpresa al propio Valencia, que, ¨²ltimamente, comienza sus partidos al ralent¨ª. Vicente, que suma ya seis goles a pesar de su reiterada suplencia, prob¨® con un disparo lejano. Con tanta fortuna que a Juan Pablo se le escurri¨® el bal¨®n de las manos. Sin delanteros, ante la lesi¨®n de Villa y las bajas de Silva o Morientes, el Valencia dinamit¨® las bandas en el primer tiempo. Vicente, Mata -el te¨®rico delantero del once- y Joaqu¨ªn estaban en todas partes. El gaditano bajaba a recibir al centro del campo y penetraba tambi¨¦n por la derecha. Mata ca¨ªa indiferentemente a la izquierda y la derecha. Y Vicente iba a morir, una y otra vez, junto a la l¨ªnea de fondo con la ayuda, en muchas ocasiones, del jugador burgal¨¦s.

Los tres parecieron desaparecer tras el gol del empate de los locales. Como si se hubieran perdido en el mismo agujero negro que hab¨ªa engullido a Fernandes y Marchena hasta que Emery percibi¨® la inactividad en el centro del campo, una de las l¨ªneas m¨¢s d¨¦biles. No mejor¨® la creaci¨®n con la entrada de Albelda o Edu. El Valencia transit¨® entonces por el c¨¦sped a rebufo del Numancia, que encontraba en un Aranda insaciable su principal referencia en el ataque. Con la ayuda constante por la izquierda de Barkero, que sell¨® el gol de la victoria.

Busc¨® el gol en los minutos de descuento el Valencia con un Mata inmenso. Pero, como viene ocurriendo en los ¨²ltimos partidos, era ya demasiado tarde para reencontrarse con el f¨²tbol que un d¨ªa tuvo en sus botas. La crisis institucional y econ¨®mica se extiende ya al terreno de juego.