El ¨²ltimo condenado saldr¨¢ en 2044

Jamal Zougam tiene 35 a?os de c¨¢rcel por delante y 192 muertos a sus espaldas. El viernes har¨¢ cinco a?os que cay¨® preso, acusado de haber colocado algunas de las 13 mochilas bomba del atentado del 11 de marzo de 2004. Vive aislado y solo en su celda del penal de Alicante, pero vive. El jueves que viene cumplir¨¢ otro lustro de presidio Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras, el minero esquizofr¨¦nico que llen¨® de dinamita las manos de los terroristas, cuya vida es m¨¢s amable en el m¨®dulo terap¨¦utico de Mansilla de Mulas (Le¨®n), sin remordimientos confesos por tanto asesinato cometido por su falta de escr¨²pulos. Trashorras, Zougam y Otman el Gnaoui suman 120.559 a?os de condenas, el primero como cooperador necesario y, los dos ¨²ltimos, como autores materiales. All¨¢ por 2044 ser¨¢n libres, tras agotar el m¨¢ximo de 40 a?os de cumplimiento efectivo.

Ser¨¢n los ¨²ltimos en salir de los 15 condenados por el 11-M que siguen en prisi¨®n. Todos van a cumplir a pulso sus condenas y hasta el ¨²ltimo d¨ªa, aunque albergan grandes esperanzas de que el Tribunal de Estrasburgo, ante el que han recurrido, acabe rebajando o anulando sus condenas, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas. Las vidas de los 15 son muy distintas.

Doce de ellos, todos musulmanes, viven en r¨¦gimen de aislamiento (como presos de especial seguimiento, o FIES, de bandas armadas) repartidos por las c¨¢rceles de A Lama (Pontevedra), Alicante, El Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz) y alguno en Madrid. Y los doce padecen un problema com¨²n: sufren p¨¦rdida de visi¨®n por el encierro continuo entre cuatro paredes. Salvo Zougam y Fouad el Morabit el Amghar (el hijo de un notario, con 12 a?os de condena y una personalidad fr¨ªa hasta el extremo), el resto apenas recibe visitas ni llamadas telef¨®nicas y no tiene ni un euro en su peculio. Ni para tomar un t¨¦. Su contacto con el exterior es m¨ªnimo. Est¨¢n en su mayor¨ªa en tratamiento oftalmol¨®gico, seg¨²n aseguran fuentes de Instituciones Penitenciarias.

La vida para ellos se reduce a dos horas diarias de patio con un m¨¢ximo de tres compa?eros de paseo, un d¨ªa por semana de clases, algo de gimnasio... pero siempre sin salir del m¨®dulo de aislamiento, fuera del cual el contacto con otros presos podr¨ªa costarles un linchamiento por lo que hicieron. Sus comunicaciones est¨¢n intervenidas.

El pelot¨®n de los musulmanes se divide en dos. Uno es el de los que sigue con rigor los preceptos del islam, como, entre otros, Abdelmajid Bouchar (el Gamo, el hombre que huy¨® a la carrera antes del suicidio colectivo de Legan¨¦s, condenado a 18 a?os), Zougam, Larbi Ben Sellam (ahora juzgado por la llamada Operaci¨®n Tigris, abierta por enviar suicidas a Irak y apoyar a los huidos del 11-M) o El Morabit.

El otro lo forman los no practicantes, entre los que descollan Rachid Aglif (el Conejo, condenado a 18 a?os) o Raf¨¢ Zouhier (penado con 10 a?os por haber puesto en contacto a los terroristas islamistas con el minero de la dinamita), ambos con experiencia taleguera y que, pese al aislamiento, lo llevan de manera m¨¢s desahogada. Hasta que se lo llevaron a C¨¢diz, Zouhier sol¨ªa recibir en Aranjuez (Madrid) la visita de una novia y de su madre. Hay un tercer grupo, formado en exclusiva por Hassan El Haski, quien est¨¢ en la prisi¨®n marroqu¨ª de Sal¨¦ (Marruecos), pa¨ªs donde ha sido condenado a 10 a?os por terrorismo y de donde intenta que no le devuelvan a Espa?a mediante una huelga de hambre.

Los espa?oles del 11-M llevan mejor vida. S¨®lo quedan cuatro presos y ninguno est¨¢ aislado. En realidad son tres, porque Antonio Toro, condenado a 4 a?os, ya ha cumplido su pena, pero sigue preso con 11 a?os por la Operaci¨®n Pipol, en la que est¨¢ tambi¨¦n penado su cu?ado Trashorras. Este ¨²ltimo est¨¢ en el m¨®dulo terap¨¦utico de Mansilla de Mulas (Le¨®n). Su esquizofrenia le permite el privilegio de no vivir en r¨¦gimen de aislamiento para evitar un empeoramiento de su dolencia psiqui¨¢trica, aunque es preso de primer grado, el m¨¢s duro, como los dem¨¢s. Sus padres le visitan con frecuencia.

En la c¨¢rcel leonesa est¨¢n Sergio ?lvarez S¨¢nchez y Antonio Ivan Reis, colaboradores de Trashorras, ambos condenados a tres a?os y que llevan un r¨¦gimen de vida normal, todo lo normal que puede ser vivir en la c¨¢rcel con el bald¨®n de haber tenido algo que ver en el mayor atentado de la historia de Espa?a. 192 muertos.