La brujita de La Galera
Amparo S¨¢nchez, alcala¨ªna o complutense, como uno prefiera, de 72 a?os, es de esas personas que hacen que la cultura sea posible a pesar de los ministerios. Despu¨¦s de toda una vida traslad¨¢ndose por ciudades de EE UU y Alemania a las que el trabajo de su marido la llevaba, Amparo ha vuelto donde creci¨®. Desde hace 13 a?os esta incansable mujer regenta el teatro universitario La Galera, en Alcal¨¢ de Henares. Como cuando era una ni?a, a principios de los a?os cuarenta, Amparo recorre las mismas paredes y pasillos. Hoy teatro, La Galera fue convento descalzo fundado por Santa Teresa en el siglo XVII, y c¨¢rcel durante la ni?ez de Amparo, primero de hombres y luego de mujeres.
"Empec¨¦ a vivir aqu¨ª cuando ten¨ªa cuatro a?os. Viv¨ªa pasada la verja. All¨ª est¨¢bamos mi padre, que era funcionario de prisiones, el sacerdote, las monjas, el director y el administrador. Viv¨ª ah¨ª hasta que me cas¨¦ a los 23 a?os. Me acuerdo que el d¨ªa de la Merced, que era la patrona de prisiones, entr¨¢bamos a la c¨¢rcel y los presos nos hac¨ªan agasajos, representaban obras de teatro, nos daban regalos... Las presas bailaban, bailes regionales. La verdad es que cuando se llevan las manos a la cabeza imaginando lo que era vivir con presos no lo entiendo, yo he vivido siempre en una comunidad as¨ª y los ve¨ªa desde un lado muy humano", recuerda Amparo.
"El d¨ªa de la Merced entr¨¢bamos en la c¨¢rcel y los presos nos hac¨ªan agasajos"
En M¨²nich trabaj¨® en el Cervantes y mont¨® obras de Poncela, Mihura, Lorca...
Pregunta. ?Su padre dejaba el trabajo fuera de casa?
Respuesta. Mi padre de su trabajo en casa hablaba muy poco. Bueno, cuando entraba a casa corriendo sab¨ªamos que pasaba algo. Me acuerdo que hubo un par de fugas.
P. ?C¨®mo se escapaban? ?Hac¨ªan t¨²neles, por los tejados?
R. No, no. Una vez se escaparon dos presos llevando una ba?era que ten¨ªan que instalar en la prisi¨®n. Me acuerdo que una amiga y yo los vimos y les preguntamos d¨®nde iban. El caso es que tiraron la ba?era y se fugaron. Esto antes no era el centro de Alcal¨¢ como ahora; donde hay edificios s¨®lo hab¨ªa campos y r¨ªo. Se escapaban hacia el campo.
P. ?Desde siempre ha estado metida en teatros?
R. Desde la adolescencia, en Alcal¨¢ hac¨ªa de protagonista en las tres compa?¨ªas que hab¨ªa, la del Casino, la del Sindicato y otra local m¨¢s peque?a. Hac¨ªa zarzuelas, de tiple c¨®mica, comedias de tono...
Amparo estudi¨® arte dram¨¢tico en la antigua escuela de la calle del Pez y canto en el Conservatorio. Conoci¨® a su marido, que trabajaba en la base americana de Torrej¨®n, se cas¨® y empez¨® un periplo por universidades americanas. Cada dos a?os cambiaban de ciudad. Ah¨ª comenz¨® a dar cursos de teatro, a actuar en montajes, a dirigir. Se enamor¨® de las obras de Neil Simon (autor de t¨ªtulos como Descalzos por el parque). "Me gusta mucho la alta comedia", confiesa. Vivi¨® 13 a?os en M¨²nich, donde trabaj¨® en el Instituto Cervantes y mont¨® obras de Jardiel Poncela, Mihura, Garc¨ªa Lorca...
P. ?Cu¨¢ndo volvi¨® a Alcal¨¢?
R. Cuando mi marido se jubil¨® volvimos. Yo no quer¨ªa volver aqu¨ª, pensaba que una mujer en Espa?a con 60 a?os no ten¨ªa posibilidad de seguir trabajando. Pensaba que aqu¨ª ser¨ªa imposible. Al final, habl¨¦ con ?ngel Berenguer, el director entonces del Aula de Teatro, y me dijo que si quer¨ªa empezaba al d¨ªa siguiente. Le dije que s¨ª, con gran emoci¨®n. Cuando le pregunt¨¦ d¨®nde, me dijo que en La Galera, pero yo creo que andaba tan entusiasmada que no me di cuenta.
P. ?C¨®mo?
R. S¨ª, s¨ª, tan tranquila. Llegu¨¦ a La Galera, estuve trabajando en el teatro, la antigua capilla, y ya cuando me qued¨¦ sola y baj¨¦ de arriba, de las luces, vi la galer¨ªa de celdas y me qued¨¦... Me qued¨¦ parada, no sab¨ªa qu¨¦ hacer. Me preguntaba qu¨¦ hac¨ªa yo all¨¢. Me dec¨ªa: "Amparo, si es que est¨¢s en el mismo sitio que cuando ten¨ªas cuatro a?os". Empec¨¦ a recordar a mi padre, me entr¨® a?oranza, pero al mismo tiempo una sensaci¨®n muy rara....
P. ?Sinti¨® algo extra?o?
R. Mira, yo jam¨¢s he cre¨ªdo en las energ¨ªas ni en cosas de ¨¦sas, pero la sensaci¨®n, el choque, fue muy raro. Pero no fue mala. Mi hermana no entra, dice que se emociona. Pero a m¨ª me gust¨®, pensaba que si ahora era un teatro, pues que hab¨ªamos mejorado. As¨ª que empec¨¦ a trabajar y siempre dejaba la galer¨ªa abierta. La limpi¨¦. Dejaba las celdas entornadas, sobre todo una en la que pon¨ªa una luz tenue con un catre y una silla. Y a los espectadores, sobre todo si ten¨ªamos drama, les dec¨ªa que se dieran un paseo, para meterles en materia. Ahora la galer¨ªa est¨¢ cerrada porque se derrumba y adem¨¢s hubo una infecci¨®n de palomas y hay un olor...
P. ?Con la edad que tiene y sigue trabajando aqu¨ª todos los d¨ªas?
R. Es que me encanta. Pero tengo cabeza y siempre pido ayuda. S¨¦ que llegar¨¢ un d¨ªa en que tenga que dejarlo, pero a m¨ª esto me ayuda a vivir. Adem¨¢s, mentalmente sigo con la misma ilusi¨®n de siempre. Ahora hemos vuelto a formar compa?¨ªa universitaria y dentro de poco el teatro se llenar¨¢ de cert¨¢menes y estudiantes.
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