D¨¦cada del diablo
La consecuencia m¨¢s lacerante de la recesi¨®n es el paro. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial del Trabajo (OIT), m¨¢s de 50 millones de personas se incorporar¨¢n este a?o al ej¨¦rcito de reserva de los sin trabajo. En Espa?a, el paro ha crecido en bastante m¨¢s de un mill¨®n de personas, casi un mill¨®n de hogares no tiene ning¨²n sueldo, un mill¨®n de personas no dispone de seguro de paro, y el incremento del desempleo entre menores de 25 a?os se ha incrementado en 11 puntos en un a?o.
Esta situaci¨®n comienza a semejarse -con todas las diferencias que se conocen- a la de los a?os treinta, "la d¨¦cada del diablo". En el interesant¨ªsimo libro El desempleo de masas en la Gran Depresi¨®n (Jos¨¦ Ram¨®n D¨ªez Espinosa, Universidad de Valladolid) se cita un editorial de The Times en el que se dec¨ªa que el paro representaba "la enfermedad m¨¢s extendida, insidiosa y destructiva de nuestra generaci¨®n; es la enfermedad social de la civilizaci¨®n occidental en nuestra ¨¦poca". El paro deja de ser percibido por los afectados como una privaci¨®n ocasional o estacional, y se interpreta como una carencia a largo plazo. Adem¨¢s, aumenta el n¨²mero de los que temen perder el puesto de trabajo; el viaje que se emprende cada ma?ana al taller o a la oficina puede ser el ¨²ltimo en mucho tiempo.
El paro deja de ser percibido como una privaci¨®n ocasional y se interpreta como una carencia a largo plazo
La literatura, cine o fotograf¨ªa que se ha hecho sobre esa ¨¦poca (la de la Gran Depresi¨®n, a?os treinta y primera parte de los cuarenta) es gigantesca y no deja de tener aires familiares sobre la coyuntura. Adem¨¢s de escribir Las uvas de la ira, John Steinbeck fue periodista y realiz¨® una serie de reportajes para el San Francisco News, que cuentan la migraci¨®n de centenares de miles de campesinos que vagaban por las carreteras de California ofreci¨¦ndose como temporeros para la cosecha. Hace un par de a?os aparecieron esos reportajes en forma de libro (Los vagabundos de la cosecha, Libros del Asteroide), acompa?ados de las fotograf¨ªas ¨²nicas de Dorothea Lange, que document¨® el drama de esos inmigrantes. El conjunto forma parte del mejor periodismo de siempre. Periodismo del bueno.
Uno de esos inmigrantes, que abandon¨® la devastada Oklahoma e inici¨® un viaje que s¨®lo se detendr¨ªa tres d¨¦cadas despu¨¦s, con su muerte, fue Woody Guthrie, uno de los m¨¢s grandes del folk americano y universal. Con pr¨®logo de otro grande, Pete Seeger, acaban de aparecer las emocionantes memorias de Guthrie (Rumbo a la gloria, editorial Globalrhythm), que sirven para conocer los polvorientos caminos de la Gran Depresi¨®n en EE UU de la mano del autor de la m¨ªtica canci¨®n This land is your land.
Sin ¨¢nimo de agotar el tema, cabe recomendar con mucho ¨¦nfasis la exposici¨®n El Nueva York de Weegee en la Fundaci¨®n Telef¨®nica de Madrid. Doscientas ochenta fotograf¨ªas sobre la vida cotidiana del Nueva York de la depresi¨®n de uno de los fotoperiodistas m¨¢s grandes, Usher Felling (Weegee), el ojo cr¨ªtico, maestro de verdad. -
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