"A veces tengo impulsos de pegar"
El examen para portero de discoteca busca aspirantes con autocontrol y no agresivos
"Como esto me salga mal, no s¨¦ en qu¨¦ voy a currar", protestaba un musculoso portero de discoteca antes de que se iniciara el examen. "No pasa nada. Si suspendes esto, siempre te pueden hacer un contrato de camarero o de relaciones p¨²blicas. El trabajo lo tienes asegurado", le replicaba un compa?ero mientras esperaba dentro de un aula la entrega de las hojas de la prueba. ?se era el ambiente que se respiraba ayer en el primer examen convocado por la Comunidad tras la muerte de ?lvaro Uss¨ªa, de 18 a?os, el pasado mes de noviembre en la discoteca Balc¨®n de Rosales, despu¨¦s de ser agredido supuestamente por tres vigilantes de ese local. Madrid se convert¨ªa as¨ª en la segunda regi¨®n, tras Catalu?a, que obliga a este requisito para estar en la puerta de una discoteca o un bar de copas.
Un hombre del Este, agobiado, le pidi¨® al de delante que se apartara para copiar
"Son maleducados y macarras", dec¨ªa una de las pocas mujeres
Todo eran nervios, caras desencajadas, gafas de sol y m¨¢s de un repaso a los apuntes que se tra¨ªan subrayados de casa. En la puerta se repart¨ªa propaganda de preparados proteicos de gimnasio. Y es que ayer 2.631 porteros (51 mujeres) de los cerca de 15.000 que hay en la regi¨®n pasaron de la puerta de la discoteca a la universidad. En concreto, a la Escuela de Caminos y a la Facultad de Derecho, en la Ciudad Universitaria.
La prueba estaba convocada para las once de la ma?ana. En Caminos se examinaron 600 a la vez en el aula de dibujo. Llamar uno a uno a los examinandos provoc¨® un retraso de dos horas. "Encima que no hemos dormido en toda la noche y que estamos cansados, nos hacen esperar con un calor infernal", protestaba un hombre ya sentado en la mesa de examen.
Hab¨ªa tres partes. La m¨¢s temida por los porteros era la primera, que versaba sobre legislaci¨®n. Constaba de 50 preguntas tipo test con cuatro posibles respuestas de las que s¨®lo una era correcta (v¨¦ase cuadro adjunto y versi¨®n ¨ªntegra en la web). Para cumplimentarlo se dispon¨ªa de una hora. Se pregunt¨® por el tiempo m¨¢ximo de detenci¨®n preventiva de una persona (72 horas) o si se puede permitir la entrada a un bar a un hombre con una camiseta que incite al racismo. Las preguntas no fueron tan dif¨ªciles como esperaban.
Incluso tuvieron tiempo de recostarse en la mesa y echar un sue?ecito sin que ning¨²n examinador le dijera nada. Otros apoyaron la cabeza en la pared y dormitaron. "He estudiado a lo bestia todas las tardes pensando que caer¨ªan los art¨ªculos de la Constituci¨®n. Incluso me he aprendido de memoria unos cuantos", se quejaba un aspirante en Derecho.
"Si con este examen pretend¨ªan hacer una criba, no van a echar a nadie. Ha sido para tontos", aseguraba Javier, un portero de discoteca de unos 40 a?os. Muchos de los aspirantes se hab¨ªan apuntado a academias para preparar la prueba. El precio de estos cursos oscilaba entre 200 y 400 euros.
Los que mayores dificultades tuvieron fueron los extranjeros, con gran representaci¨®n en las aulas. Algunos acudieron con voluminosos diccionarios de idiomas. Los problemas para entender las preguntas les hac¨ªan ir m¨¢s despacio. Un hombre procedente del este de Europa, agobiado ante el riesgo de suspender, le dijo al compa?ero que ten¨ªa delante que se apartara para copiar las respuestas que no hab¨ªa contestado.
La entrega de la segunda parte de la prueba desat¨® la risa. En Caminos algunos porteros se rieron de algunos enunciados por lo disparatado. Esta parte del examen constaba de dos test psicot¨¦cnicos en los que se valoraba que los aspirantes fueran "normales, con autocontrol y no agresivos", seg¨²n explicaron fuentes de la Consejer¨ªa de Interior. La primera parte constaba de 45 bloques con dos frases cada uno que describ¨ªan circunstancias extra?as. Hab¨ªa que elegir una. Algunos ejemplos: pasar por una calle donde se hab¨ªan producido varios atracos nocturnos o estar un fin de semana con fiebre en la cama; ir a un concierto de m¨²sica cl¨¢sica o tirarte de un puente colgado de una cinta el¨¢stica; viajar en un avi¨®n que tiene problemas de motor o estar una semana en la cama por culpa de la gripe; pasar una noche ¨ªntima con una persona que tiene una enfermedad de transmisi¨®n sexual o estar una tarde con un familiar que no te cae bien.
En el segundo test, con 147 afirmaciones, el aspirante ten¨ªa que decir si estaba totalmente de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo o completamente en desacuerdo. Se hac¨ªa mucha incidencia en el consumo de alcohol, de c¨®mo controlar los impulsos, de qu¨¦ piensan los dem¨¢s sobre el examinado, la transmisi¨®n de enfermedades y si es una persona depresiva o no. "He tenido ideas de suicidarme"; "siempre veo la botella medio vac¨ªa"; "a veces tengo impulsos de pegar a la gente"; "no le doy la mano a alguien temiendo que me contagie su enfermedad"; "no recuerdo algunas cosas el d¨ªa despu¨¦s de haber bebido"; "la gente dice que estoy mejor si tomo una copa antes de trabajar".
Muchos aspirantes hicieron esta prueba en un tiempo r¨¦cord de media hora. Y eso pese a su cansancio. "Juan, ni me esperes. Ya ir¨¦ yo por mi cuenta porque no s¨¦ cu¨¢ndo terminar¨¦", le dijo un veintea?ero a otro en medio del examen y justo delante de un vigilante. A pesar de que la mayor¨ªa coincidi¨® en calificar de "f¨¢cil" la prueba, su enfado por la hora y el d¨ªa era patente. "Trabaj¨¦ hasta las siete de la ma?ana y apenas me ha dado tiempo a echarme", lamentaba un aspirante con ojeras.
"Cuando he venido al examen, pens¨¦ que Esperanza Aguirre estaba loca por convocar esta prueba, pero al ver a mis compa?eros le doy la raz¨®n. Son unos maleducados, unos macarras y han hablado y copiado todo lo que han podido", protestaba Cristina, due?a de un local de Chueca. "No dejaban de silbar a una de las vigilantes que estaba muy buena".
Los resultados se conocer¨¢n en unos 10 d¨ªas. La Comunidad entregar¨¢ un diploma y una acreditaci¨®n. Esta ¨²ltima deber¨¢n llevarla visible mientras trabajen a partir de abril.
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