Cooperaci¨®n econ¨®mica global
El mundo todav¨ªa no alcanza la coordinaci¨®n en pol¨ªtica macroecon¨®mica que ser¨¢ necesaria para restablecer el crecimiento econ¨®mico tras el Gran Crac de 2008. En muchas partes del mundo, los consumidores est¨¢n recortando sus gastos en respuesta a la disminuci¨®n de su riqueza y al temor del desempleo. La fuerza avasalladora que est¨¢ detr¨¢s del colapso actual del empleo, la producci¨®n y los flujos comerciales es aun m¨¢s importante que el p¨¢nico financiero que sigui¨® a la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008.
Por supuesto, no es posible regresar a la situaci¨®n anterior al Gran Crac. La burbuja financiera mundial no puede y no debe volver a crearse. Pero si el mundo coopera efectivamente, la ca¨ªda de la demanda de los consumidores podr¨¢ compensarse con un valioso aumento en el gasto de inversi¨®n para afrontar las necesidades m¨¢s urgentes del planeta: energ¨ªa sostenible, agua potable y alcantarillado, una reducci¨®n de la contaminaci¨®n, mejores servicios de salud p¨²blica y un aumento de la producci¨®n de alimentos para los pobres.
Debe compensarse la ca¨ªda del consumo con inversi¨®n destinada a las necesidades m¨¢s urgentes del planeta
Estados Unidos, Europa y Asia han experimentado un colapso de la riqueza debido a la ca¨ªda de los mercados de valores y los precios inmobiliarios. Todav¨ªa no hay una medida autorizada de la ca¨ªda de la riqueza y de c¨®mo se distribuye a nivel mundial, pero probablemente sea de aproximadamente 15 billones de d¨®lares a partir de su nivel m¨¢s alto en Estados Unidos y de 10 billones de d¨®lares en Europa y Asia. Una ca¨ªda combinada de aproximadamente 25 billones de d¨®lares representar¨ªa alrededor del 60% del ingreso global en un a?o. La disminuci¨®n de la riqueza en Estados Unidos como proporci¨®n de la econom¨ªa de ese pa¨ªs es incluso mayor, de alrededor del 100% del ingreso anual, y tal vez del 70% en Europa y Asia.
El supuesto usual es que el consumo de los hogares cae en aproximadamente 0,05 d¨®lares por cada d¨®lar de disminuci¨®n de la riqueza. Esto significar¨ªa un impacto negativo directo sobre el consumo de los hogares de alrededor del 5% del ingreso nacional en Estados Unidos y del 3,5% en Europa y Asia.
La magnitud de esta desaceleraci¨®n es tan grande que el desempleo aumentar¨¢ bruscamente en todas las regiones principales de la econom¨ªa mundial y tal vez llegue al 9% o 10% en Estados Unidos. Los hogares gradualmente ahorrar¨¢n lo suficiente para restablecer su riqueza y el consumo tambi¨¦n se recuperar¨¢ de manera paulatina. Sin embargo, esto ocurrir¨¢ demasiado lentamente para impedir un r¨¢pido crecimiento del desempleo y un enorme d¨¦ficit de la producci¨®n en comparaci¨®n con la capacidad potencial.
Por tanto, el mundo necesita estimular otros tipos de gasto. Una forma poderosa de impulsar la econom¨ªa y ayudar a satisfacer las necesidades futuras es aumentar el gasto en proyectos clave de infraestructura, dirigidos principalmente al transporte (caminos, puertos, ferrocarriles y transporte masivo), energ¨ªa sostenible (e¨®lica, solar, geot¨¦rmica, captura y captaci¨®n de carbono y redes de distribuci¨®n el¨¦ctrica a larga distancia), control de la contaminaci¨®n y agua y alcantarillado.
Hay argumentos s¨®lidos en favor de la cooperaci¨®n mundial para aumentar estas inversiones p¨²blicas en los pa¨ªses en desarrollo, y especialmente en las regiones m¨¢s pobres del mundo. Estas regiones, incluyendo al ?frica subsahariana y Asia central, han sido muy afectadas por la crisis global, debido a que se han desplomado los ingresos por exportaciones, las remesas y la entrada de capitales.
Las regiones pobres tambi¨¦n sufren a causa de cambios clim¨¢ticos tales como sequ¨ªas m¨¢s frecuentes provocadas por las emisiones de gases de efecto invernadero de los pa¨ªses ricos. Al mismo tiempo, los pa¨ªses pobres tienen enormes necesidades de infraestructura, sobre todo caminos, ferrocarriles, energ¨ªa renovable, agua y alcantarillado, y de mejorar la prestaci¨®n de servicios vitales como la atenci¨®n a la salud y el apoyo a la producci¨®n de alimentos.
El G-20, que incluye a las econom¨ªas m¨¢s grandes del mundo, ofrece el marco natural para la coordinaci¨®n de las pol¨ªticas a nivel mundial. La pr¨®xima reuni¨®n del Grupo, que se llevar¨¢ a cabo en Londres a principios de abril, es una ocasi¨®n crucial para emprender acciones oportunas. Las econom¨ªas l¨ªderes -especialmente Estados Unidos, la Uni¨®n Europea y Jap¨®n- deben establecer nuevos programas para financiar inversiones en infraestructura en pa¨ªses de bajos ingresos. Los nuevos pr¨¦stamos deben ser de al menos 100.000 millones de d¨®lares al a?o, dirigidos a los pa¨ªses en desarrollo.
El financiamiento incluir¨ªa pr¨¦stamos directos de las agencias de cr¨¦dito a la exportaci¨®n de los pa¨ªses ricos para permitir que los pa¨ªses pobres contrataran deudas a largo plazo (por ejemplo, a 40 a?os) para construir caminos, redes el¨¦ctricas, sistemas de generaci¨®n de energ¨ªa renovable, puertos, redes de fibra ¨®ptica y sistemas de agua y alcantarillado. El G-20 tambi¨¦n debe aumentar la capacidad de pr¨¦stamo del Banco Mundial, el Banco de Desarrollo Africano y otras instituciones financieras internacionales.
Jap¨®n, que tiene un excedente de ahorro, una moneda fuerte, enormes reservas de divisas y plantas sin ¨®rdenes del mercado interno, deber¨ªa encabezar este financiamiento para la infraestructura. Adem¨¢s, Jap¨®n puede estimular su propia econom¨ªa y la de los pa¨ªses m¨¢s pobres si dirige su producci¨®n industrial a satisfacer las necesidades de infraestructura del mundo en desarrollo.
La cooperaci¨®n puede convertir la aguda y aterradora desaceleraci¨®n del gasto de consumo a nivel mundial en una oportunidad para invertir m¨¢s en el bienestar futuro del planeta. Si en lugar de dedicar recursos al consumo de los pa¨ªses ricos se destinaran a las necesidades de inversi¨®n de los pa¨ªses en desarrollo, el mundo podr¨ªa obtener una "triple" victoria. Un aumento de la inversi¨®n y el gasto social en los pa¨ªses pobres estimular¨¢ a toda la econom¨ªa mundial, impulsar¨¢ el desarrollo econ¨®mico y promover¨¢ la sostenibilidad ambiental mediante inversiones en energ¨ªa renovable, uso eficiente del agua y agricultura sostenible.
Jeffrey Sachs es profesor de Econom¨ªa y director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia. Copyright: Project Syndicate, 2009. www.project-syndicate.org Traducci¨®n de Kene Nequiz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.