Ni?a violada, madre excomulgada
El Vaticano en el centro de la pol¨¦mica por apoyar a la curia de Brasil, que ha expulsado de la Iglesia a los m¨¦dicos y a la madre de una menor que abort¨®
Muchos se preguntan en Brasil qu¨¦ dir¨ªa el fallecido arzobispo de Olinda y Recife, H¨¦lder C?mara, si levantara la cabeza y asistiera a la pol¨¦mica que mantiene estupefacto a todo el pa¨ªs. C?mara fue un profundo humanista, precursor de los movimientos cat¨®licos de base y furibundo activista por la defensa de los derechos civiles y humanos. Se enfrent¨® a cara de perro al r¨¦gimen militar que subyug¨® a Brasil durante 21 a?os, que lo persigui¨® y lo acus¨® de comunista. Su sucesor, Jos¨¦ Cardoso Sobrinho, parece no mirarse en su espejo. O, al menos, ¨¦sa es la opini¨®n m¨¢s extendida entre los brasile?os despu¨¦s de que el prelado haya anunciado la excomuni¨®n de los m¨¦dicos y la madre de una ni?a de nueve a?os violada por su padrastro, que la semana pasada abort¨® de dos gemelos frutos de la agresi¨®n sexual. Seg¨²n los m¨¦dicos, su vida corr¨ªa riesgo si el embarazo continuaba su curso. La ley brasile?a tambi¨¦n la amparaba para interrumpir la gestaci¨®n. Pero ninguna de estas razones abland¨® al arzobispo, que vio en la decisi¨®n de abortar un acto de perversidad moral incompatible con la confesi¨®n cat¨®lica.
El caso ha enfrentado a Lula con la c¨²pula eclesi¨¢stica del pa¨ªs
La onda expansiva del caso lleg¨® la semana pasada a los pasillos del Vaticano, donde el cardenal Giovanni Battista Re, estrecho colaborador del papa Benedicto XVI y presidente de la Comisi¨®n Pontificia para Am¨¦rica Latina, declar¨® al rotativo italiano La Stampa que "el verdadero problema es que los gemelos concebidos eran personas inocentes, que ten¨ªan el derecho innegable a la vida. La Iglesia siempre ha defendido el derecho a la vida y debe continuar haci¨¦ndolo, sin adaptarse a las modas de cada ¨¦poca o al oportunismo pol¨ªtico". De esta manera, la alta curia vaticana cerraba filas en torno al pol¨¦mico cardenal Cardoso Sobrinho, que pese a todo sigue sin contar con la comprensi¨®n de la mayor¨ªa de los creyentes brasile?os.
La airada reacci¨®n de la Iglesia romana fue provocada, en parte, por las declaraciones sin medias tintas del presidente brasile?o, Luiz In¨¢cio Lula da Silva: "Como cristiano y como cat¨®lico, lamento profundamente que un obispo de la Iglesia cat¨®lica tenga tal comportamiento conservador. No se puede permitir que una ni?a violada por su padrastro tenga ese hijo, para empezar porque la vida de esa ni?a corr¨ªa riesgo. Creo que en ese aspecto la medicina tiene m¨¢s raz¨®n que la Iglesia". La clave est¨¢ en que desde el Gobierno de Brasilia se subraya que el aborto en este pa¨ªs es un asunto de salud p¨²blica mucho antes que de dogmas religiosos. Miles de mujeres abortan cada a?o clandestinamente en Brasil, en condiciones infrahumanas, y muchas de ellas no logran salir con vida de las intervenciones.
Un d¨ªa despu¨¦s de la declaraci¨®n de Lula, el arzobispo Cardoso Sobrino replic¨®: "Si el presidente desea hacer un pronunciamiento sobre un asunto teol¨®gico, yo le sugerir¨ªa que primero pidiese ayuda a sus asesores que sepan de teolog¨ªa, que conozcan la doctrina de la Iglesia cat¨®lica". El cardenal brasile?o, Geraldo Majella Agnelo, tampoco quiso contenerse: "Si el Gobierno no defiende la vida humana desde su concepci¨®n, ?qu¨¦ va a defender?".
En Brasil, la separaci¨®n de papeles entre la Iglesia y el Estado est¨¢ claramente plasmada en el pre¨¢mbulo de la Constituci¨®n de 1988. Pese a la laicidad del Estado, las relaciones de Lula con la religi¨®n cat¨®lica siempre han sido especialmente cordiales por razones que se remontan a su ¨¦poca de l¨ªder sindical y militante de la izquierda m¨¢s recalcitrante. Brasil, como el resto de Am¨¦rica Latina, fue en la segunda mitad del siglo XX un semillero de movimientos eclesi¨¢sticos de base, entre otros, la teolog¨ªa de la liberaci¨®n. Durante la dictadura militar, estos movimientos dieron una amplia cobertura a miles de activistas de izquierdas, algunos de los cuales hoy son militantes del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula y forman parte del Gobierno. La relaci¨®n sentimental con la Iglesia viene de lejos, pero en este caso no ha sido suficiente para evitar el choque.
Actualmente, la ley s¨®lo permite abortar en casos de violaci¨®n o cuando corra riesgo la vida de la madre. Existe un tercer supuesto, a¨²n en v¨ªas de aprobaci¨®n, para los casos de malformaci¨®n fetal incompatible con la vida. En el caso de la ni?a de nueve a?os converg¨ªan los dos primeros supuestos. El embarazo, de 15 semanas, era de alt¨ªsimo riesgo tanto por las dimensiones de los ¨®rganos de la ni?a, a¨²n en fase de crecimiento, como por tratarse de una gestaci¨®n de gemelos. El padre biol¨®gico de la ni?a quer¨ªa que los gemelos viesen la luz. La madre se mostr¨® irreductible ante la posibilidad de que el embarazo continuara su curso.
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