La teor¨ªa de las lentejas
Los grandes gur¨²s de la econom¨ªa mundial han hablado estos d¨ªas. Pero yo sigo sin aclararme.
El premio Nobel Paul Krugman pas¨® por Sevilla y traz¨® un sombr¨ªo panorama para la econom¨ªa espa?ola, que pasar¨¢ "por una situaci¨®n dolorosa durante cinco o siete a?os". La soluci¨®n, que los trabajadores reduzcan sus salarios en un 15%.
Al otro lado del Atl¨¢ntico, Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, habla de "signos positivos" en la econom¨ªa de su pa¨ªs y de "una recuperaci¨®n r¨¢pida para fin de a?o". Y si Estados Unidos, pa¨ªs en el que se origin¨® esta crisis, se recupera, los expertos esperan que Europa toda se recupere.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) felicita a Espa?a por ser "una de las pocas grandes econom¨ªas mundiales que han realizado un esfuerzo fiscal superior al 2% de su PIB".
?Con qui¨¦n se quedan?
Me sac¨® de dudas Carles Francino. El director de Hoy por Hoy (Cadena SER) habl¨® hace un par de d¨ªas sobre la teor¨ªa de las lentejas. Es muy sencilla: las empresas le dicen a sus trabajadores que o se bajan los salarios voluntariamente o se quedan sin trabajo por cese de actividad empresarial.
Me pregunto si esa nov¨ªsima teor¨ªa no es simple y llanamente un chantaje.
Al tiempo, nos piden que consumamos m¨¢s, porque si no quebrar¨¢n muchas m¨¢s empresas, habr¨¢ m¨¢s paro, y por tanto menos lentejas. A ver si lo entienden: con menos dinero, tenemos que comprar m¨¢s coches, m¨¢s casas, gastar m¨¢s en bares, restaurantes y en el peque?o comercio. Mientras, bancos y grandes empresas (industria del autom¨®vil) siguen pidiendo m¨¢s y m¨¢s ayudas en forma de fondos p¨²blicos.
La pregunta que se hacen los ignorantes en materia econ¨®mica como yo es: si ayudamos a las grandes empresas para que no se hundan, ?no deber¨ªamos ayudar tambi¨¦n, y quiz¨¢ antes, al trabajador para que no fallezca de hambre?
Reconforta en este desconcertante enredo escuchar en el Congreso de los Diputados al presidente de la Confederaci¨®n de Cajas de Ahorro pedir ayudas para los ciudadanos. Fue el martes. Juan Ram¨®n Quint¨¢s se?al¨® que hab¨ªa "demasiados enterradores y pocos m¨¦dicos" en esta crisis y demand¨® mayores ayudas a los hipotecados. Para los millones de trabajadores que no tuvieron m¨¢s remedio que entramparse de por vida para tener un techo bajo el que cobijarse a comer un humilde plato de lentejas.
En pocas semanas, los expertos han pasado de hablar de la contenci¨®n salarial a la congelaci¨®n y por ¨²ltimo a la rebaja pura y dura. A eso le llama el presidente de la Generalitat de Catalu?a, el cordob¨¦s Jos¨¦ Montilla, "acompasar los crecimientos salariales a la productividad empresarial que los posibilita". Muy fino. Menos mal que no habla, como hacen la patronal y el PP, de abaratamiento (m¨¢s) del despido.
Por ello, los sindicatos han comenzado a agitar la calle. En una manifestaci¨®n celebrada el martes en Ja¨¦n, los l¨ªderes de UGT y CC OO advirtieron a la patronal de que o respaldan los derechos de los trabajadores o habr¨¢ conflicto laboral y social. A las administraciones les reclamaron que garantizaran una renta b¨¢sica m¨ªnima para las familias que tuvieran la desgracia de tener a todos sus miembros en paro.
Pescando en r¨ªo revuelto, Javier Arenas tambi¨¦n convoca de nuevo a los suyos. Esta vez, en Sevilla. Bajo la m¨¢xima inconfesa de un parado m¨¢s, un voto para el PP, los populares desean que las cosas vayan a peor con tal de socavar al Gobierno de Chaves y alcanzar, al fin, el poder.
La soluci¨®n no es sencilla. El premio Nobel Krugman dec¨ªa en Sevilla que: "Necesitamos algo m¨¢s de temor a Dios a ambos lados del Atl¨¢ntico". No creo que sea la soluci¨®n. Lo que necesitamos es que se distribuyan mejor las lentejas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.