Los obispos y el PP
Que los obispos est¨¦n contra el aborto no es noticia. Es doctrina oficial de la Iglesia desde hace muchos a?os. Que se incorporen al debate p¨²blico sobre la modificaci¨®n de la Ley del Aborto con una ambiciosa campa?a publicitaria es m¨¢s novedoso. Pero los obispos que durante tantos a?os han utilizado el p¨²lpito para sus funciones de aparato ideol¨®gico, a la vista de que las iglesias est¨¢n cada vez m¨¢s vac¨ªas, han comprendido que si quer¨ªan que su mensaje se oyera ten¨ªan que acudir a las t¨¦cnicas de comunicaci¨®n de masas. Lo que no es novedoso pero si relevante es el car¨¢cter de la campa?a. Una vez m¨¢s los obispos han evidenciado su peculiar relaci¨®n con la verdad: para recuperar su autoridad perdida han optado, sin verg¨¹enza alguna, por la demagogia m¨¢s vulgar. Encargados de difundir verdades tan absolutas como indemostrables, son maestros en la t¨¦cnica de la confusi¨®n del personal. Es tan evidente el efecto buscado -que la gente cuando oiga la palabra aborto vea la imagen de un ni?o (y a los partidarios del aborto reducidos a la condici¨®n animal)- que si sorprende por algo es por su groser¨ªa. Pero, en fin, qu¨¦ se puede esperar de una Iglesia que ni siquiera tiene el coraje de responder a la pregunta: ?estar¨ªan ustedes a favor de que todas las mujeres que aborten vayan a la c¨¢rcel?
La Iglesia quiere que la derecha sea su correa de transmisi¨®n, y chantajea permanentemente al PP
El aborto es una cuesti¨®n muy seria. Con su campa?a la Iglesia lo trata fr¨ªvolamente. La misma frivolidad con que el Papa dice que el preservativo no ayuda a reducir la propagaci¨®n del sida sino que favorece su expansi¨®n. Son problemas grav¨ªsimos que afectan a millones de personas. Y una instituci¨®n con dinero, poder e influencia, en vez de aportar soluciones reales, opta por los ejercicios de danza moral. Decir que de lo que se trata es cambiar la cultura en relaci¨®n con la sexualidad es un brindis al sol. Porque el Papa sabe que no tiene ninguna posibilidad de conseguir lo que propone. Por tanto, lo que est¨¢ haciendo es confundir a las personas que le escuchan y desautorizar a quienes luchan de verdad contra el sida. Estos in¨²tiles ejercicios a mayor gloria de su alma bella son inmorales. Y lo mismo ocurre con el debate del aborto. Est¨¢ muy bien que expongan su doctrina. Pero la demagogia sobra. La presunci¨®n de hablar en nombre de Dios no exculpa de la obligaci¨®n de tener respeto a las personas.
Con el Vaticano en plena crisis interna -"fruto de treinta a?os de Woytila y Ratzinger", dec¨ªa el te¨®logo Hans K¨¹ng- y con el mercado de las almas m¨¢s competitivo que nunca, como efecto de la globalizaci¨®n, la Iglesia espa?ola quiere hacerse o¨ªr, quiere volver a salir a la calle. Y lo hace con el esp¨ªritu de cruzada que siempre le ha caracterizado. Ahora falta ver c¨®mo responde el Partido Popular. Desde un punto de vista pol¨ªtico ¨¦ste es el interrogante principal. De momento, el PP opta por un perfil bajo: est¨¢ contra la ley y advierte que no criticar¨¢ a la Iglesia. ?Dar¨¢ el paso de salir a la calle?
La Iglesia quiere que la derecha sea su correa de transmisi¨®n. Y chantajea permanentemente al PP porque sabe que hay una parte del electorado conservador que le sigue y le obedece. Desde el final del franquismo, la sociedad espa?ola ha vivido un proceso acelerado de secularizaci¨®n, que emergi¨® en la Transici¨®n pero que en realidad ya hab¨ªa empezado desde mediados de los 60. La Iglesia ha ido perdiendo poder paulatinamente, hasta el punto de que ha salido derrotada en todas las batallas que ha dado en materia de derechos y costumbres. Y ahora se encuentra en una situaci¨®n parad¨®jica: tiene capacidad para hacer perder al PP, pero no tiene capacidad para hacerle ganar. Su peso en los sectores m¨¢s conservadores del electorado obliga al l¨ªder conservador -Rajoy, en este caso- a buscar la complicidad con ella; pero su falta de influencia en la mayor parte de la sociedad hace que no le ayude en nada -en la legislatura pasada m¨¢s bien le perjudic¨®- a la hora de dar el salto a una mayor¨ªa de gobierno.
?Ser¨¢ capaz Rajoy de mantener una autonom¨ªa perceptible respecto de la Iglesia? ?O caer¨¢ en la trampa de la legislatura pasada? Zapatero es el presidente de la democracia que m¨¢s dinero ha dado la Iglesia. Habr¨¢ que empezar a sospechar que es la compensaci¨®n que da a la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica por arrastrar al Partido Popular hacia posiciones intolerantes y crispadoras.
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