La pianista Prjevalskaia triunfa en A Coru?a

El tiempo da y quita razones. El teatro Rosal¨ªa Castro presentaba el mayor lleno de la temporada en el recital de Mariana Prjevalskaia para la Sociedad Filarm¨®nica de A Coru?a. La pianista, en su recorrido por grandes maestros del teclado de los siglos XVIII a XX, demostr¨® su ductilidad estil¨ªstica. Su pianismo semeja la dial¨¦ctica de un buen orador que sabe poner el ¨¦nfasis adecuado a cada pasaje de su discurso.

Esto parte de un profundo conocimiento te¨®rico de los autores y se logra con una gran t¨¦cnica. La de Prjevalskaia es impecable: gran riqueza t¨ªmbrica por el uso id¨®neo de toda la variedad de ataques, envidiables agilidades y un sonido todo lo brillante que permite la vetustez del piano. El toque timbrado que combin¨® con un inteligente uso del pedal, dio a las tres Sonatas de Domenico Scarlatti un timbre cercano al clave y a sus acordes ese color algo guitarr¨ªstico tan apropiado.

Luego lleg¨® el Beethoven de Les Adieux, con gran matizaci¨®n de su amplia gama din¨¢mica. Despu¨¦s, un Chopin verdadero, en toda su energ¨ªa y delicadeza, aut¨¦ntica marca de la casa Prjevalskaia. Acab¨® un Prok¨®fiev que en su Sonata n? 8 abandona su sarcasmo, en una dulzura a la que Prjevalskaia supo dar el brillo y la suavidad de una fruta madura. Los regalos de El Pelele de Granados y El Puerto, de Alb¨¦niz, fueron su respuesta en perfecto espa?ol a la ovaci¨®n del p¨²blico.

El recital formaba parte del primer premio del XXII Concurso Internacional de Piano Cidade de Ferrol, en el que Prjevalskaia obtuvo un tercer premio ex aequo y el de mejor int¨¦rprete gallego. El acto del Rosal¨ªa repar¨® la injusticia de un fallo acogido con tibios aplausos y protestas del p¨²blico.