Rescate a toda costa
El equipo de Obama, agobiado por el 'caso AIG', pone m¨¢s dinero para abaratar el cr¨¦dito
El caso de las primas millonarias de los directivos de AIG, la mayor aseguradora mundial, colocada al borde de la quiebra por los gestores ahora premiados y de la que fue salvada gracias al dinero p¨²blico, ya no es un episodio menor de "mal gusto" por la utilizaci¨®n desvergonzada de fondos del Estado para pagar sobresueldos escandalosos; se ha convertido en una amenaza pol¨ªtica para Obama. La cuesti¨®n, planteada con crudeza por senadores republicanos, es si el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, estaba al corriente de los contratos que garantizaban tales sobresueldos cuando se concedieron las ayudas p¨²blicas suplementarias a la aseguradora. Las implicaciones de la pregunta son propias de una trampa para elefantes; si Geithner conoc¨ªa los contratos, es responsable del desafuero por no haber exigido su cancelaci¨®n o por haber autorizado la subvenci¨®n; y si no los conoc¨ªa, es culpable por ignorancia.
El presidente Obama ha salido al quite con una declaraci¨®n de principios ("Yo tambi¨¦n estoy indignado") y con un apoyo incondicional a Geithner. Pero Obama ya sabe que el caso AIG enciende una gran indignaci¨®n popular y que no basta con declaraciones pol¨ªticas; la ¨²nica salida airosa es que los ejecutivos devuelvan los 165 millones de euros percibidos. Las promesas de Obama todav¨ªa est¨¢n frescas en la conciencia de los votantes y los bonus de AIG, que la C¨¢mara de Representantes aprob¨® ayer gravar con un impuesto del 90 por ciento, se han convertido en un indicador del cumplimiento de tales compromisos.
El momento es especialmente delicado porque Geithner, del brazo con el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, tiene que bregar al mismo tiempo con un nuevo impulso de medidas econ¨®micas para corregir la ca¨®tica situaci¨®n de los mercados financieros y de la vivienda que est¨¢n en el origen de la crisis mundial. El Tesoro y la Fed acaban de ampliar en 750.000 millones de d¨®lares los fondos destinados a comprar activos de mala calidad del sistema financiero. El Gobierno tiene enterrados ya 1,25 billones de d¨®lares en el rescate hipotecario. Adem¨¢s, la Fed ha anunciado que va a comprar bonos del Tesoro a 2 y 10 a?os por importe de 300.000 millones de d¨®lares. El objetivo de ambas decisiones es bajar, como sea, el precio del dinero que pagan los estadounidenses; porque aunque el precio oficial de intervenci¨®n est¨¢ entre el 0 y el 0,25%, las casas de pr¨¦stamos conceden cr¨¦ditos a la vivienda al 7%. Al comprar m¨¢s activos hipotecarios da?ados y bonos a 2 y 10 a?os, la Fed lanza el mensaje al mercado de cu¨¢l debe ser el precio de los cr¨¦ditos.
Bernanke ha profetizado que el punto de inflexi¨®n de la recesi¨®n empezar¨¢ a atisbarse a finales de 2009. Dispone de un sofisticado equipo estad¨ªstico que respalda ese auspicio favorable. Pero tambi¨¦n sabe que el que ese pron¨®stico se cumpla depende de c¨®mo respondan los agentes econ¨®micos al insistente mensaje de estabilizaci¨®n que manda la Fed. Esa respuesta no ha llegado todav¨ªa. O hay que insistir m¨¢s o los destinatarios no quieren o¨ªrlo.
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