"La verdadera cuesti¨®n de la cultura es el ma?ana"
En la primera p¨¢gina de El sue?o del monstruo, uno de los cl¨¢sicos del dibujante y escritor Enki Bilal (Belgrado, 1951), un t¨ªpico taxi neoyorquino sobrevuela una ciudad futurista; en su interior, un hombre habla de su prodigiosa memoria, que le permite remontarse al momento en que fue encontrado en un hospital de Sarajevo, 18 d¨ªas despu¨¦s de su nacimiento. Nada m¨¢s abrir el c¨®mic, con un simple vistazo se pueden abarcar tres temas omnipresentes en la obra de Bilal: el pasado trasladado al futuro, los recuerdos y los Balcanes. Tambi¨¦n sus se?as de identidad est¨¦ticas: los colores sucios de la poluci¨®n urbana salpicados de a?il y rojo, el trazo detallado, retorcido en los rostros de sus personajes atribulados que, seg¨²n ¨¦l, "no son h¨¦roes, sino personas normales en medio del caos".
"Amaba la fragilidad de Yugoslavia, su mestizaje. Todo eso explot¨®"
Enki Bilal lleva m¨¢s de 30 a?os publicando c¨®mics, escribiendo, haciendo pel¨ªculas y dise?ando decorados de cine -entre ellos el de El nombre de la rosa-. Comenz¨® a dibujar con diez a?os casi en el mismo momento en el que se traslad¨® con su madre de Belgrado a Par¨ªs. "Dejar un lugar supone una ruptura que inevitablemente vuelve con el tiempo. Si uno se convierte en artista, surge la necesidad de expresarla". El artista en el que se convirti¨® sustenta su trabajo en aquella ruptura con su pa¨ªs, que nunca fue total, y en sus preocupaciones: el choque de civilizaciones, el integrismo y la ecolog¨ªa. ?l defiende que "con un buen dibujo se puede hablar de todo, incluso de geopol¨ªtica".
Ha venido a Madrid a presentar el proyecto Transito, instalado en la Cuesta de Moyano. Un cubo que sirve como soporte a los textos de seis escritores espa?oles en los que imaginan encuentros con sendos personajes suyos. En un despacho acristalado del Instituto Franc¨¦s de Madrid, en medio de una claridad cegadora que le obliga a conservar puestas las gafas de sol, el escritor interrumpe su discurso a menudo para asegurarse de que se le entiende bien, sobre todo cuando explica por qu¨¦ no le gusta clasificar su trabajo como ciencia-ficci¨®n. Considera que en un mundo en el que "se puede hacer un trasplante de cara o enviar un ordenador por las venas" la ciencia-ficci¨®n est¨¢ superada. En sus obras se pueden reconocer acontecimientos de la historia reciente como la guerra de Bosnia en El sue?o del monstruo o los atentados del 11 de septiembre en 32 de diciembre escasamente camuflados en contextos futuristas. "Siempre se ha asumido que el pasado es lo que sustenta la cultura. Yo entiendo el tiempo en mi trabajo como una ecuaci¨®n: el resultado de pasado m¨¢s presente es la posibilidad de futuro. El ma?ana es la verdadera cuesti¨®n de la cultura". Bilal coloca acontecimientos hist¨®ricos en un futuro hipot¨¦tico para que se entiendan como temas universales. "Lo que ocurri¨® en Bosnia es perfectamente trasladable a cualquier lugar". Fue la guerra lo que hizo de resorte creativo y le empuj¨® a tratar el tema. "Yo amaba la fragilidad de mi pa¨ªs, su mestizaje, y todo aquello explot¨® de repente". Hablando de su origen, Bilal no puede pasar por alto su historia familiar. Su padre luch¨® contra los nazis junto al mariscal Tito. Al final de la guerra, cuando ¨¦ste le ofreci¨® un puesto en su compa?¨ªa, lo rechaz¨® y se autoexili¨®, "aunque era un hombre pr¨®ximo a Tito, rechaz¨® el comunismo pol¨ªticamente".
El dibujante considera que un artista hablando de lo que le rodea de manera realista no tiene ning¨²n inter¨¦s. Aun as¨ª, sucumbi¨® a la historia pura y dura en dos ocasiones: en el celebrado por la cr¨ªtica Partida de caza, que relata la reuni¨®n de un pu?ado de dirigentes comunistas, y en Las falanges del orden negro, sobre las Brigadas Internacionales en Espa?a.
Su ¨²ltimo trabajo, AnimalZ, ambientado en un mundo devastado por los desmanes de los hombres, llegar¨¢ a Espa?a en unos dos meses. Formalmente es distinto a los anteriores por su t¨¦cnica, pero el tema responde como siempre a la que ahora es su "gran preocupaci¨®n" la inquietante posibilidad de que un apocalipsis ecol¨®gico de ciencia-ficci¨®n se convierta en realidad.
Babelia
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