La vida en un 'piso tartera'
Un dise?o del arquitecto Andr¨¦s Jaque, la 'Tupper Home', quiere dar respuesta a los problemas de espacio en la ciudad
Si compensamos la reducida superficie de una vivienda con una elevaci¨®n de su rango tecnol¨®gico, se puede aumentar el nivel de satisfacci¨®n de quienes la habitan. El hermetismo de un espacio peque?o guarda algo apetecible como las modernas tarteras de pl¨¢stico que conservan comida casera. ?sa es la filosof¨ªa de la Tupper Home, un proyecto -ya hecho realidad en un prototipo junto a la Gran V¨ªa madrile?a- que ha resultado ser finalista del prestigioso Premio Mies van der Rohe. La idea es del equipo de arquitectura de Andr¨¦s Jaque (www.andresjaque.net), que trabaja en otras soluciones para redecorar las vidas de los urbanitas inquietos y comprometidos con el entorno. Una de ellas es la Rolling House, prototipo de vivienda compartida que presentar¨¢ en abril en la feria Construmat de Barcelona, y el Museo de Andar por Casa, instalaciones culturales m¨®viles para grandes superficies comerciales.
Los dormitorios del inmueble tienen la forma de una caba?a de pl¨¢stico
Media docena de familias han solicitado una casa al estudio
El proyecto ha resultado finalista del Premio Mies van der Rohe
El primer t¨¢per piso tiene 30 metros cuadrados y cuatro metros de alto. Consta de dos dormitorios dise?ados como dos caba?as de pl¨¢stico, a las que se sube por una escalera, como la de las bibliotecas antiguas -que desliza sobre un carril-. Las habitaciones son peque?as, pero en cada una cabe una cama de 140 cent¨ªmetros de ancho y un buen armario. Entre ellas hay una puerta corredera. No hay sal¨®n, ni comedor, ni cocina, ni recibidor como tales, pero s¨ª un peque?o espacio que, por su dise?o, tiene un efecto visual de invernadero o jard¨ªn exterior. "Est¨¢ pensado para que aqu¨ª pase toda la vida social de la casa", explica el arquitecto. Y hay otro espacio m¨¢s, una caba?a rinc¨®n, para la necesidad de aislarse: "Leer, hacer yoga o simplemente para relajarse escuchando m¨²sica".
Los habitantes de la primera t¨¢per casa madrile?a, que llevan un a?o us¨¢ndola a gusto (seg¨²n comentan a los creadores), guardan celosamente su intimidad. Pero la Tupper Home (http://andresjaque.net/wordpress/proyectos/tupper-home-madrid/) es una iniciativa nacida para que rule entre los amigos, familiares y colegas de quienes la viven. Su nombre lo dice todo: t¨¢per, por las famosas tarteras evocadoras del confort de alimento familiar, por la est¨¦tica pop y por las conexiones que pueden generar los usuarios. Como en las reuniones de marketing demostrativo que empezaron en Espa?a en los sesenta (Tupperware, Avon, Thermomix...), los inquilinos se convierten en promotores y reciben por ello compensaciones econ¨®micas en obras o ajustes que necesiten en la casa. As¨ª recuperan parte de la inversi¨®n. "No lo hemos ensayado a¨²n, es una idea. Se tratar¨ªa de una red de usuarios que servir¨ªa para un intercambio de informaci¨®n sobre las cosas que funcionan o las que se pueden mejorar. Una red de mantenimiento y solidaridad", explica Andr¨¦s Jaque.
El estudio de arquitectos ya ha recibido media docena de solicitudes de Tupper Home. Cada usuario tendr¨¢ una casa adaptada a su gusto y con los materiales que prefiera. Al tratarse de una renovaci¨®n de interiores en un piso antiguo o de espacio poco optimizado, se pueden conservar materiales originales que merezcan la pena o hacerlo todo nuevo. Se emplean materiales ligeros y vers¨¢tiles (tubos de acero y pvc, paneles de resina, metacrilato, pavimento continuo de cemento resinoso...). Otro aspecto fundamental es el color y la luz: aportar viveza y espacios di¨¢fanos. La instalaci¨®n el¨¦ctrica est¨¢ adaptada al multiuso tecnol¨®gico actual y hay sistemas inteligentes en todos los servicios. La inversi¨®n puede salir por unos 40.000 euros. Algo razonable, opina Jaque, "teniendo en cuenta que el metro cuadrado en el centro de Madrid no baja de los 6.000 euros".
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