Sobre p¨ªcaros y corruptos

La alcaldesa de La Muela, esa localidad zaragozana que ahora se conoce como la Marbella aragonesa, dec¨ªa en su defensa: ?De qu¨¦ me sirve la alcald¨ªa si no puedo recalificar? La lectura subliminal y malintencionada por mi parte, podr¨ªa ser: ?De qu¨¦ me sirve ser alcaldesa si no puedo trincar? Y es que ¨¦sta parece ser la m¨¢xima que rige en el inconsciente colectivo de gran parte de la pintoresca fauna pol¨ªtica nacional.

A trav¨¦s de un comportamiento populista y del trato de favor, al m¨¢s puro estilo Jes¨²s Gil, se aceptaban con absoluta normalidad "los peajes" y presentes para dar luz verde a las recalificaciones a la carta. A qui¨¦n se le pon¨ªa un molino en sus terrenos, se le aseguraban unos ingresos sustanciosos y s¨®lo a cambio de mantener su lealtad hacia el Ayuntamiento.

Por eso, como ocurr¨ªa con Gil, estos p¨ªcaros corruptos tienen sus defensores. El patrimonio de la alcaldesa cuenta con una mansi¨®n en El Caribe, entre otras muchas propiedades, y un entramado de negocios que est¨¢n a nombre suyo y de su familia.

Pinilla, que pertenece al Par como alg¨²n otro implicado m¨¢s, parece haber obrado guiada por una codicia cateta y descarada, mostr¨¢ndose a su gente como el rey Midas que convierte en oro cuanto toca.

Como el proyecto Gran Scala en Los Monegros, tambi¨¦n impulsado por el Partido Aragon¨¦s y cuyos garantes son Biel y Aliaga (vicepresidente del Gobierno aragon¨¦s y consejero de Industria, respectivamente). Otra promesa de prosperidad fara¨®nica para las tierras aragonesas que se sostiene como castillos en el aire. Porque aire de recalificaci¨®n y provincianismo lleva el asunto. Quiz¨¢s el mismo viento que, estos d¨ªas, sacude furioso las aspas de los molinos de La Muela.