Men¨²s que matan la soledad
Ferrol crea una red pionera de comedores baratos para pensionistas
Men¨² del d¨ªa: bocaditos de marisco, guiso de pescado y arroz con leche. Tras el postre, caf¨¦ o infusi¨®n con canela molida. Y todo por un euro. Dif¨ªcilmente se podr¨ªa encontrar un precio m¨¢s bajo para un almuerzo m¨¢s completo. Cada d¨ªa, poco antes de las dos de la tarde, una treintena de pensionistas y jubilados hacen cola en el centro social del barrio ferrolano de San Xo¨¢n. All¨ª est¨¢ ubicado el primer comedor para mayores del municipio, una iniciativa pionera en Galicia que arranc¨® hace un a?o con un doble objetivo: ofrecer una dieta sana y equilibrada a precios simb¨®licos para las personas mayores con rentas bajas y romper el aislamiento social de este colectivo creando lazos de amistad en la mesa.
Por un euro se comen bocaditos de marisco, guiso y arroz con leche
"Vengo tres veces por semana y ojal¨¢ no me echen nunca"
Fidelina Costa y Adonis Fern¨¢ndez son los m¨¢s veteranos. Ambos pasan de los 86 a?os y se sientan a la mesa con buen apetito. En las mesas redondas, cada uno tiene su sitio, pero se revuelven y protestan como ni?os mientras charlan de "las cosas de antes". Despu¨¦s, quedan un rato a jugar la partida o se sientan a la sombra, cerca de la v¨ªa del tren.
"Tengo poquita paga", explica Fidelina, que se deshace en elogios hacia el joven cocinero, ?lex, y Marta y Emma, las dos camareras que atienden el comedor de lunes a s¨¢bado, festivos incluidos. "Mi hija me arregl¨® los papeles para venir tres veces por semana y ojal¨¢ no me echen nunca", dice.
A pocos metros se acomodan Germ¨¢n, Josefa, Benigna y Jos¨¦, dos matrimonios que a diario comen juntos. "Comemos de m¨¢s", bromea Modesta, mientras alguno susurra que "la comida tampoco es ninguna maravilla".
El comedor de San Xo¨¢n arranc¨® hace un a?o con diez plazas y men¨²s de uno a cinco euros. Hoy son 33 personas: 22 mujeres y 11 hombres. El Ayuntamiento de Ferrol est¨¢ a punto de abrir un segundo comedor social en Caranza, uno de los barrios m¨¢s populosos de la ciudad naval y tambi¨¦n el que tiene una poblaci¨®n m¨¢s envejecida. Los servicios sociales del municipio que gobierna en minor¨ªa Vicente Irisarri, del PSdeG, se encargan de evaluar las solicitudes y asignar los costes en funci¨®n de los ingresos. El nuevo comedor de Caranza, que se abrir¨¢ en abril, ofertar¨¢ otras 30 plazas y un camarero por cada 10 comensales.
Una veintena de personas engrosa la lista de espera para el segundo comedor con patrones sociales muy similares: viudas que viven solas, mayores con poca familia y menos ingresos u hombres que no se manejan entre los fogones. Antonia y ?ngeles son vecinas, viven solas y, con el pan y la leche en plena escalada de precios, se apuntaron juntas al comedor. Replican que tardaron meses en aprobarles la plaza pero aplauden la iniciativa, que atiende a las necesidades de cada usuario. M¨¢s de uno tiene que vigilar la tensi¨®n arterial y la diabetes a la hora de llenar el plato.
"Cocinamos tres tipos de men¨²s: normal, sin sal y sin grasas", explica el cocinero. Los mayores tienen necesidades nutricionales espec¨ªficas por el desgaste de la edad y todos los men¨²s son supervisados y validados semestralmente por el Departamento de Nutrici¨®n de la Escuela de Enfermer¨ªa.
De la gesti¨®n de los comedores se encarga Dignidad, una entidad sin ¨¢nimo de lucro que se nutre de donaciones y subvenciones. Mar¨ªa Quinti¨¢, la trabajadora social de la asociaci¨®n, cuenta que la idea naci¨® en 2000 como improvisado "comedor sobre ruedas". "Ven¨ªa mucha gente que no sab¨ªa y no pod¨ªa cocinar: viudos, adolescentes solos o personas enfermas sin movilidad". Un grupo de voluntarios y trabajadores de la asociaci¨®n empez¨® a repartir a domicilio la comida que se cocinaba en las oficinas de Canido hasta implicar al gobierno local en el proyecto. La iniciativa fue creciendo y acab¨® d¨¢ndole forma a la red de comedores sociales que el Ayuntamiento teje en la actualidad.
Facilitar y dinamizar las relaciones sociales entre los mayores, rompiendo su aislamiento, y evitar el deterioro de su calidad de vida manteniendo una alimentaci¨®n adecuada es la filosof¨ªa de este proyecto, resume Beatriz Sestayo, la concejal de Benestar Social. Los comedores sociales de San Xo¨¢n y Caranza no reemplazan, no obstante, al comedor sobre ruedas, que sigue funcionando mediante convenios anuales.
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