Puro teatro en La Guindalera
La sala, que sobrevive sin ayudas institucionales, se ha convertido en sus seis a?os de existencia en un referente de la escena dram¨¢tica madrile?a
No es raro ver que sus montajes acaparan un gran n¨²mero de estrellas en las cr¨ªticas teatrales semanales. El ¨²ltimo, Molly Sweeney, del dramaturgo irland¨¦s Brian Friel, les vali¨® exitosas valoraciones en los peri¨®dicos. El anterior, Traici¨®n, del brit¨¢nico fallecido el a?o pasado Harold Pinter, supuso que Gerardo Vera, director del Centro Dram¨¢tico Nacional (CDN), se llevase a los dos actores protagonistas a su ahora reci¨¦n estrenado Platonov, de Ch¨¦jov. "No nos hizo falta hacer ninguna prueba", dice orgullosa la actriz Mar¨ªa Pastor (30 a?os).
Ella es la ni?a de esta peque?a familia -hija ¨²nica- que dirige La Guindalera. Sus padres, Juan Pastor y Teresa Valent¨ªn, dos hist¨®ricos del teatro madrile?o, que se conocieron sobre las tablas, y que llevan 40 a?os metidos en estas harinas, pero han pagado caro su empe?o por ser independientes y no sucumbir a los pliegos de condiciones de las subvenciones de la administraci¨®n.
El barrio que da nombre al local se vuelca con el proyecto
"Piden cosas que van en detrimento de la calidad, quieren un teatro generalista, que contente, y no estamos dispuestos a eso, nos parece fr¨ªvolo y falto de sentido, por eso tuvimos que hacer un viaje a la inversa", cuenta Teresa.
Su realidad actual es que no tienen ayudas institucionales: "Sobrevivimos gracias a los 75.000 euros que obtenemos al a?o de la taquilla, y de otro tanto que sacamos de los trabajos que hacemos con 12.000 alumnos en 200 colegios de la regi¨®n para la obra social de Caja Madrid y para la Comunidad", agrega Teresa.
Sin embargo, antes de que su viaje acabara aqu¨ª, compartieron generaci¨®n e inquietudes dram¨¢ticas con Alicia Moreno, concejal de las Artes del Ayuntamiento ("nunca ha venido a la sala"), Jos¨¦ Luis G¨®mez, director del teatro de La Abad¨ªa, con el mismo Gerardo Vera, o con uno de sus predecesores en el cargo actual, Jos¨¦ Carlos Plaza.
Teresa se hizo experta en estudios de viabilidad teatral y art¨ªstica en sus a?os en el Ministerio de Cultura, se convirti¨® en una productora teatral -no en vano ha publicado Gesti¨®n, producci¨®n y marketing teatral-. Juan, como profesor de interpretaci¨®n en la Escuela de Arte Dram¨¢tico, se especializ¨® en el entrenamiento de actores y en talleres de creaci¨®n y montaje.
Ahora ¨¦l est¨¢ jubilado con 65 a?os y ella, con 59, cansada de luchar tanto y de "hacer encajes de bolillos con las cuentas". Sin embargo, siguen convencidos de que La Guindalera, creada hace seis a?os en una antigua nave de la calle de Mart¨ªnez Izquierdo y con s¨®lo 75 butacas, tiene futuro, "porque es una apuesta por el teatro artesanal, minucioso", dice Juan. Y lo cierto es que el barrio que le da nombre a la sala est¨¢ volcado: "Voy a todos los montajes, me gusta eso de estar integrados en el teatro, como una gran familia", dice Luisa, con un herbolario cercano desde hace 13 a?os. "Tiene un nivelazo, yo he visto mucho teatro y prefiero ¨¦ste que encima es m¨¢s barato", asegura Susana, con una tienda de ropa en el barrio. Ambas tienen el carn¨¦ de espectadores de la sala.
La Guindalera, un centro de creaci¨®n, una familia, un escenario de barrio... Y, m¨¢s all¨¢ de las efem¨¦rides mundiales, su vida: puro teatro.
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