"Ense?amos valores, no a ser falleros"
50 inmigrantes asisten a la tercera Escuela de Acogida en Valencia
"No les vamos a ense?ar a ser falleros, sino valores, la lengua y lo que ustedes necesitan para estar aqu¨ª con ventajas", les dijo a m¨¢s de 50 personas con caras expectantes, de diferentes edades y sentados en una habitaci¨®n de una parroquia, el director general de Inmigraci¨®n de la Generalitat, Josep Mar¨ªa Felip. Los 50 rostros corresponden a los alumnos de la tercera Escuela de Acogida que en esta ocasi¨®n organiza la asociaci¨®n Bolivia-Espa?a Unida junto con la Consejer¨ªa de Inmigraci¨®n y que se inaugur¨® el pasado martes 24 de marzo. La primera promoci¨®n ya tiene sus diplomas, y algunos incluso ya han regularizado su situaci¨®n en Espa?a; ahora, 90 alumnos (40 en Elche y 50 en Valencia) esperan obtener su t¨ªtulo.
No todas las asociaciones creen en la bondad del curso de integraci¨®n
Desde que el consejero de Inmigraci¨®n, Rafael Blasco, propuso lo que ¨¦l llam¨® el "contrato de inmigrantes", este certificado ha cambiado tanto en s¨ª mismo como en la percepci¨®n que los propios colectivos de inmigrantes ten¨ªan de ¨¦l, aunque sigue teniendo detractores. Se trata de un cursillo voluntario de 40 horas, organizado por asociaciones y la consejer¨ªa, que sirve como instrumento para solicitar la residencia temporal en Espa?a por arraigo social a la que apunta la ley de Extranjer¨ªa. Esto significa que, adem¨¢s de otros requisitos como una estancia m¨ªnima de tres a?os en Espa?a, los inmigrantes deber¨¢n demostrar su inserci¨®n en la sociedad en la que viven. Aunque dicho arraigo se puede conseguir a trav¨¦s de varias v¨ªas, -con certificados de escolarizaci¨®n de los hijos o incluso por ser miembro de una comisi¨®n fallera-, en la Comunidad Valenciana, el t¨ªtulo de "compromiso de integraci¨®n" garantiza, "casi en un 80%", dice Inmigraci¨®n, que el informe del ayuntamiento de la localidad donde el alumno est¨¢ empadronado, sea positivo.
El balance de Elisa N¨²?ez, coordinadora de las escuelas, tras mes y medio de actividad, es "extraordinario", ya que lo que les ense?an, adem¨¢s de conocimientos de historia valenciana o de derechos, es a ser aut¨®nomos.
A. M., de Colombia, es uno de los que asisti¨® a la primera escuela piloto de inmigrantes. Llevaba tres y a?os y medio en Espa?a trabajando en el Mercado Central cuando decidi¨® apuntarse a este controvertido curso porque no ten¨ªa los papeles. "Hacerlo es tener el arraigo casi en tus manos", afirm¨® mientras acompa?aba a otros compa?eros bolivianos a su primer d¨ªa de clase. El 14 de marzo recibi¨® su diploma y a la semana regularizaba su situaci¨®n en Espa?a. "Claro que lo recomendar¨ªa", a?adi¨®.
Noelia Montagud, portavoz de la Mesa de Entidades de Solidaridad con los Inmigrantes, piensa exactamente todo lo contrario. En completa oposici¨®n desde que Blasco anunci¨® este mecanismo afirma que su agrupaci¨®n "duda de la efectividad y de los resultados" de la iniciativa. "Carga la responsabilidad sobre el inmigrante y le denota como sospechoso de no ser capaz de convivir en sociedad", sentencia.
Cuando se propusieron las Escuelas de Acogida, s¨®lo ocho asociaciones iban a participar; hoy son 23 las que iniciar¨¢n estos cursos e Inmigraci¨®n prev¨¦ alcanzar el millar de diplomas, aunque en 2008, en la Comunidad Valenciana hab¨ªa 847.000 extranjeros empadronados, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
Para Clara Tirado, diputada del PSPV se trata de una "oportunidad pol¨ªtica del consejero, m¨¢s que de unas bases de integraci¨®n", ya que, seg¨²n afirm¨®, m¨¢s que inclusi¨®n "es exclusi¨®n". Por su parte, el consejero Rafael Blasco argument¨® que el objetivo es "abordar con rigor la pol¨ªtica de integraci¨®n de las personas inmigrantes porque es una exigencia democr¨¢tica".
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