Madoff, visto por una langosta
Allan Stewart Konigsberg, alias Woody Allen, aprecia la reencarnaci¨®n. Cuando alguno de los muchos teosofistas que crecen como la mala hierba en las fiestas snobs de Manhattan le pregunt¨® en que o en quien le gustar¨ªa reencarnarse, contest¨® al punto: "En las yemas de los dedos de Warren Beatty". Pura envidia, o lujuria, porque est¨¢ bien documentado el ¨¦xito arrasador de Beatty entre las mujeres. Woody vuelve a la reencarnaci¨®n, pero esta vez presuntamente corro¨ªdo por la ira sarc¨¢stica de los humoristas. Acaba de publicar un cuento en el New Yorker sobre Bernard Madoff, ese Robin Hood de los multimillonarios que rob¨® a sus clientes para qued¨¢rselo ¨¦l mismo. La trama del cuento, como casi toda la prosa del director de Annie Hall, es descacharrante. Abe Moscowitz, un damnificado de Madoff, muere de un ataque al coraz¨®n y se reencarna en una langosta. En su calidad de marisco de alto standing llega a la pecera de un restaurante neoyorkino, donde se encuentra con un viejo amigo, Moe Silverman, tambi¨¦n mutado a langosta quiz¨¢ porque cometi¨® las mismas tonter¨ªas -como confiar en Madoff- que Moscowitz. Entre filosofemas y nostalgias varias, se cita con frecuencia al astuto Madoff. Silverman recuerda, moviendo las antenas, que "al principio me dec¨ªa que no ten¨ªa espacio para un nuevo inversor; pero cuanto m¨¢s me rechazaba, m¨¢s quer¨ªa yo entrar".
De repente, el cuento se precipita a un final de humor negro: Madoff escapa del arresto domiciliario, entra en el restaurante y pide langosta. "?Qu¨¦ clase de universo es ¨¦ste? -lloriquea Moscowitz- ?Me quit¨® los ahorros de toda la vida y ahora me va a devorar con salsa de mantequilla!".
Parece mentira que no lo sepas, Abe. Es el universo en el que tipos como Madoff siempre tienen el cuchillo y el tenedor y tipos como t¨² siempre est¨¢n cocidos en el plato; en el que flotan entre nubes de exquisita legalidad lumbreras como los directivos de AIG, los de Merrill Lynch o los del Royal Bank of Scotland, ba?ados en pensiones doradas despu¨¦s de hundir sus empresas.
Bueno, pero ?en qu¨¦ se reencarnar¨¢ Madoff? Bien podr¨ªa ser en lince protegido o en urraca. Ladrona, por supuesto. Y si hay un dios vengador, en uno de los personajes de Granujas de medio pelo. O eso le gustar¨ªa a Woody.
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