A graznar a otra parte
Para una vez que salen las cosas -el mismo Eguiguren, cual Savater hace ocho a?os, sostiene las manos juntas del representante del PSE y del PP-, para una vez que no tengo que hacer de ave de mal ag¨¹ero, empiezan a venir otros y le ven pegas al acuerdo que se ha dado en Euskadi. No les gusta que el PP se quede sin carteras, como si eso fuera lo importante, y como si en ello radicase la soluci¨®n del problema vasco. Si esto fuera la Comunidad de Murcia me parecer¨ªa bien que, por no darle esas carteras, el PP no llegara al acuerdo, pero aqu¨ª las cosas, para nuestra desgracia, no son como en Murcia. Hay personas que tanta sensatez les asusta, porque cre¨ªan que el espect¨¢culo de gui?ol, el pimpampum de todos los d¨ªas y por todo motivo entre los dos grandes partidos, es lo normal en la democracia; les encanta la bronca. Pienso lo contrario: lo normal tendr¨ªa que ser, por prestigio de la misma democracia, que los grandes encuentros se repitieran a lo largo del tiempo. Estos acuerdos son, precisamente, los que nos demuestran que estamos en democracia; lo otro es la corrala hisp¨¢nica.
Hay que celebrarlo. El pacto de legislatura en el Pa¨ªs Vasco entre el PP y el PSE nos da hasta una imagen de maduros dem¨®cratas. Quiz¨¢s porque aqu¨ª la pol¨ªtica se la juega ante el reto del terrorismo o el no menor de la secesi¨®n -a grandes males, grandes acuerdos-, y el marco que dio origen a la democracia, el consenso constitucional, que est¨¢ en la base de este acuerdo, se abre camino. Para algunos esto puede ser aburrido -tendr¨¦ que recordar que la democracia para Churchill es aquel sistema en el que s¨®lo te despierta por la madrugada el lechero-, y que se vendan menos diarios por falta de titulares morbosos sobre broncas. Yo lo prefiero as¨ª; un pacto pol¨ªtico que nos aleje de muchos peligros. Ante una situaci¨®n tr¨¢gica, porque la pol¨ªtica en Euskadi se escribe con clave de tragedia, en la que los actores no hacen lo que les gustar¨ªa hacer, sino lo que tienen que hacer, en esta ocasi¨®n, por fin, han seguido el libreto y lo hacen. Y eso que ¨¦ste no era el escenario deseado por el protagonista principal. Surge as¨ª un hecho hist¨®rico que debieran tener en cuenta en el cercano foro de las Cortes ante la no menor tragedia, de la que a¨²n no somos del todo conscientes, de la crisis.
Lo de menos es que el PP no agarre carteras en el pr¨®ximo Gobierno del lehendakari L¨®pez -el mero apellido castellano hace el cambio casi revolucionario, como lo de Obama por el color de la piel-. Lo importante es solucionar el problema, lo importante es observar que en pol¨ªtica hay responsabilidad capaz de superar las frases mal¨¦volas de que el PP lo da todo por nada, lo cual tampoco es cierto. Lo importante es que, despu¨¦s de una etapa en lo que todo pod¨ªa ser cuestionado por la izquierda, excepto la maldad del PP, todo esto se cae para propiciar el cambio democr¨¢tico y se abre la puerta a la libertad de los vascos. Esto s¨ª que es importante.
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