El Tau impone su efectividad

No estaba Bozidar Maljkovic, el experto en las estrecheces, ni se le esperaba en el pabell¨®n Buesa Arena. Su lugar s¨ª lo ten¨ªa acreditado la tensi¨®n, un poquito de miedo compartido por el Tau y el Bar?a y un atenazamiento de m¨²sculos que le hac¨ªan tirar peor a Rakocevic o Lakovic y moverse peor a V¨¢zquez o Splitter. No estaba Navarro, que igual habr¨ªa estado para lo mismo, ?qui¨¦n lo sabe?

Era el tercer partido, tras el empate; el de los nervios, y se not¨® en la defensa desigual de los dos equipos y en la mu?eca, m¨¢s desigual de ambos, ciclot¨ªmica, imprevisible. En ese barullo pesc¨® el Tau por insistencia, por sus alternativas, por su mejor aplicaci¨®n defensiva, sin lujos, pero con oficio. Y en ese barullo se perdi¨® el Bar?a, sin un l¨ªder, sin saber por d¨®nde atacar a un Tau preocupado que tiraba de banquillo m¨¢s de lo habitual.

El segundo cuarto no pasar¨¢ a la historia de los dos equipos: la acumulaci¨®n de errores era impropia de ellos. Sus registros, inesperados. En esa batalla gan¨® el Tau por ¨ªmpetu, por la defensa, porque de pronto apareci¨® Rakocevic, porque jugaba en casa, porque Splitter apret¨® en la defensa o por los intangibles. Quiz¨¢s porque al Bar?a le falt¨® un l¨ªder.

El equipo catal¨¢n supo responder casi hasta el final, aguantar la presi¨®n del partido a sabiendas de que el tercero es algo as¨ª como el paso de cebra de la eliminatoria: ah¨ª puedes cruzar o ser atropellado. Ni lo uno ni lo otro ocurri¨® en Vitoria. El Tau se fue tranquilo a la cama y el Bar?a tampoco durmi¨® del todo mal. El resultado del sue?o se sabr¨¢ ma?ana en el cuarto encuentro. El de ayer era de transici¨®n.

La igualdad es m¨¢xima. El Bar?a y el Tau intercambian estados de ¨¢nimo, intensidad defensiva y el siempre aleatorio acierto anotador. Cabe pensar que ayer nadie fue mejor que nadie, pero que, todos juntos, el Tau fue mejor, m¨¢s alternativo, con m¨¢s variantes. Pero tampoco apabull¨®, sino que gestion¨® con mayor efectividad la escasez, la exigencia, el tempo del partido. Al Bar?a le falt¨® intensidad, no confundir con ambici¨®n. Pero le quedan dos oportunidades. Al Tau le basta con una.