Historia de un rumor

Jos¨¦ Jim¨¦nez fuma ducados y toma el aperitivo a media ma?ana en un bar de Los Y¨¦benes, un pueblo de cazadores y agricultores situado a 42 kil¨®metros de Toledo. Hace tiempo gestionaba Instalaciones T¨¦cnicas y Mantenimiento (ITM), una boyante empresa local de instalaciones y montajes, pero ahora, despu¨¦s de que la crisis le llevase a la ruina, charla con un grupo de jubilados que ven en la televisi¨®n un canal de caza y pesca. Jim¨¦nez es, adem¨¢s, el protagonista involuntario de una rocambolesca historia que sit¨²a a su pueblo como el centro neur¨¢lgico de los rumores de quiebra de Caja Castilla La Mancha (CCM), intervenida la semana pasada por el Banco de Espa?a.

En toda la regi¨®n, al o¨ªr hablar de los problemas financieros de CCM se se?ala a Los Y¨¦benes (6.600 habitantes). Aqu¨ª se vivi¨® en enero de 2008 un hecho ins¨®lito: cientos de vecinos acudieron en masa a retirar todo su dinero de la sucursal, alertados por unas habladur¨ªas que anunciaban el fin apocal¨ªptico de la caja. Y por tanto el de todo el dinero de los clientes.

La caja estuvo todo el d¨ªa abierta y llegaron furgones de dinero

Todos recuerdan a Molt¨® en lo alto de una fuente pidiendo tranquilidad

El p¨¢nico provocado no fue casual, ya que ¨¦ste es uno de los pueblos m¨¢s afectados por la estafa de F¨®rum Filat¨¦lico y Afinsa. Sus habitantes han visto en los ¨²ltimos a?os c¨®mo sus cuartos, como se conoce al dinero en este lugar, se esfumaban en inversiones arriesgadas o en el descalabro de Banesto a principios de los noventa. En la cola que se form¨® en la puerta de la sucursal aquel d¨ªa nadie acertaba a decir qui¨¦n le hab¨ªa dado la informaci¨®n. Pero all¨ª estaban, exigiendo su capital. "Por mucho que le explicases a la gente que una oficina no puede quebrar, sino toda la entidad, no se lo cre¨ªan. Era la mentalidad rural: pensaban que ya hab¨ªan perdido mucho dinero con los sellos y ahora no quer¨ªan ver perdidos sus ahorros", cuenta Pedro Acevedo, presidente del PP local.

?En qu¨¦ momento entra a formar parte de esta historia Jos¨¦ Jim¨¦nez? El empresario de ITM rememora aquellos d¨ªas tormentosos. No pod¨ªa pagar a los proveedores ni a sus empleados. La burbuja inmobiliaria estaba a punto de estallar. "CCM no me ayud¨® a refinanciar la deuda. Siento que me dejaron tirado. Y estaba convencido de que ellos siempre han tenido problemas para dar cr¨¦dito", cuenta. Por esas fechas, ten¨ªa el agua al cuello y, en su opini¨®n, no encontr¨® el respaldo que esperaba de la entidad. Y solt¨® una bravata que prefiere no recordar, pero que ven¨ªa a decir que la entidad manchega no ten¨ªa fondos. "Mis empleados al final salen a la calle y dicen que no hab¨ªa dinero en la caja. Se arm¨® un l¨ªo...". El boca a boca corri¨® por todo el pueblo y una ma?ana la plaza del centro, donde se ubica la oficina de la caja, estaba llena de gente.

"Llegu¨¦ muy temprano a hacer un ingreso", recuerda Teresa Piqueras, administradora de loter¨ªa, "y hab¨ªa una cola de 50 o 60 personas. Todas muy nerviosas. Exig¨ªan su dinero. Los empleados de la caja estaban asustados, la gente se puso un poco violenta, y tuvieron que echar el cierre durante unas horas. No ten¨ªa sentido, nadie sab¨ªa muy bien qu¨¦ ocurr¨ªa". La caja estuvo abierta todo el d¨ªa y tuvieron que llegar varios furgones blindados con dinero para que todo el que quisiera pudiera retirar su dinero.

Los pol¨ªticos locales intentaron apaciguar los ¨¢nimos de los vecinos. Todos recuerdan tambi¨¦n al ex presidente de la caja, Juan Pedro Hern¨¢ndez Molt¨®, y al jefe de zona, al d¨ªa siguiente, en lo alto de una fuente explicando a todo el mundo lo saneadas que estaban las cuentas con un peri¨®dico local como prueba.

El socialista Anastasio Priego, alcalde de Los Y¨¦benes, atribuye el desconcierto a la "psicosis que se vivi¨® con F¨®rum y Afinsa". Dice que el PP regional "no ha ayudado mucho" a la estabilizaci¨®n de la caja. Las dudas en general sobre CCM, muchas a ra¨ªz de su fusi¨®n fallida con Unicaja, han provocado una fuga masiva de dep¨®sitos (468,2 millones de euros en los ¨²ltimos tres meses).

Los responsables de la oficina local piensan, seg¨²n una fuente que exige anonimato, que los rumores en realidad vinieron de otra empresa. Otros tambi¨¦n opinan que se sucedieron por un malentendido en una radio local. Es igual. El da?o que hizo el asunto se ha hecho sentir en el pueblo (aunque muchos clientes volvieron a abrir su cuenta en la entidad) y los alrededores durante todo el a?o, hasta la intervenci¨®n del Banco de Espa?a. Francisco, por ejemplo, es representante de una empresa c¨¢rnica y asegura que los rumores le llevaron a desconfiar. "Hasta cancel¨¦ una imposici¨®n a plazo fija. Pagu¨¦ la penalizaci¨®n por sacar el dinero, pero es que no dorm¨ªa tranquilo". Francisco explica que en un principio apost¨® por la caja: "Me sent¨ªa identificado porque es de la tierra... y hay que cuidarla. Pero los cuartos son los cuartos. Hay que cuidarlos m¨¢s a¨²n que la tierra. No llevo toda la vida trabajando para perderlo todo de un plumazo". Dice que los rumores, no s¨®lo los que se difundieron por este pueblo, "ven¨ªan de gente de peso, no en conversaciones de bar. Gente gorda que dec¨ªa que estaban apostando mucho por la construcci¨®n y que la iban a pifiar".

Son conversaciones mantenidas el lunes, un d¨ªa despu¨¦s de la intervenci¨®n de la caja. No hay nervios, el Gobierno ha garantizado los fondos. "Es el mejor aval; estamos ahora m¨¢s tranquilos que nunca", explica una mujer a la salida de la sucursal. Pero nadie olvida lo que ocurri¨® hace un a?o, la desbandada de clientes que oblig¨® a la caja a abrir de ocho de la ma?ana a once de la noche. "Lo aprovecharon otras entidades para sembrar dudas. 'Trae aqu¨ª el dinero y te quitas de problemas', me dec¨ªan. Ha sido competencia desleal. Encima, el miedo por lo de F¨®rum y Afinsa. Se dieron todos los ingredientes", explica un pol¨ªtico local. En el pueblo, en conversaciones de barra y mus, se dice, medio en broma medio en serio, que el dinero de muchos vecinos duerme bajo el colch¨®n. -