Balance econ¨®mico de la legislatura (y III)
Tres ¨¢mbitos en los que se avanz¨® significativamente en la pasada legislatura fueron la pol¨ªtica de suelo empresarial, la definici¨®n de un modelo de desarrollo rural para la Galicia actual y la I+D+i. En los tres casos la orientaci¨®n dada es, en general, la apropiada. Por fin hemos entendido que los esfuerzos en materia de suelo empresarial deben concentrarse en el entorno de los n¨²cleos m¨¢s din¨¢micos (que es donde quieren las empresas) y no desperdigados por toda Galicia, al margen de necesidades objetivas y de la existencia o no de redes de infraestructuras de alta capacidad. No obstante, el lento per¨ªodo de maduraci¨®n de estos proyectos exige mantener el esfuerzo al menos otros cuatro a?os m¨¢s. Algo similar ocurre con las iniciativas en el ¨¢mbito del desarrollo rural. El nuevo conselleiro del ramo har¨ªa bien en dialogar con Su¨¢rez Canal para aprovecharse de sus ideas y proyectos. En lo que ata?e a la innovaci¨®n, hay que rese?ar la rapidez con la que el director general Salustiano Mato articul¨® un buen plan, ya en plena ejecuci¨®n. No obstante, en este caso es justo reconocer los esfuerzos previos que hizo el conselleiro Rodr¨ªguez Yuste durante la ¨²ltima legislatura presidida por Fraga.
A pesar de los errores e insuficiencias, la del bipartito no ha sido una legislatura perdida
En materia de infraestructuras, log¨ªstica y ordenaci¨®n territorial, hay luces y sombras. La conselleira Caride ha trabajado bien en lo que concierne a la red de carreteras y v¨ªas capacidad; se ha impulsado la importante conexi¨®n ferroviaria con Oporto, que est¨¢ llamada a ser la columna vertebral de la eurorregi¨®n; se ha conseguido que Vigo sea punto de referencia en la autopista del mar del arco atl¨¢ntico. En el pasivo del balance, los puertos gallegos siguen sin estar integrados en red, lo que limita sus posibilidades. Se ha tardado mucho en aclarar que el futuro econ¨®mico (y social) de Galicia pasa por dos ¨¢reas metropolitanas en el sur y norte de Galicia y tres ¨¢reas urbanas, con un M¨¦ndez Romeu que, desde una cierta soledad, ha tenido que resistir los embates de quienes defienden espacios metropolitanos minifundistas y miopes, del todo insuficientes. No se han despejado las dudas sobre la plataforma ferroviaria para las mercanc¨ªas, especialmente en su eje entre Vigo-Ourense-Monforte; en fin, los avances en transporte p¨²blico e intermodalidad de los medios de transporte han sido escasos.
Finalmente, la financiaci¨®n de la educaci¨®n superior es otro frente relevante abierto. Puesto que el gobierno bipartito no fue capaz de revisar el modelo financiero heredado, el ejecutivo de N¨²?ez Feij¨®o se encontrar¨¢ con el modelo que el gobierno del PP gallego firm¨® en su d¨ªa con las universidades y que tiene vigencia hasta 2010. En este caso, el gobierno del PP tiene tres opciones: esperar a 2011 para aplicar un nuevo plan, evitando as¨ª esfuerzos financieros adicionales; revisar el presente, compensando a las universidades por la reducci¨®n de ingresos corrientes que cabe aguardar, -vista la evoluci¨®n que seguir¨¢n en 2009 y 2010 los ingresos no financieros de la Xunta y que marcan la evoluci¨®n de las transferencias a las universidades-; o hacer lo primero pero reforzar ya la financiaci¨®n condicionada al cumplimiento de objetivos [los "contratos-programa"]. Creo que lo m¨¢s probable es que ocurra esto ¨²ltimo, porque la educaci¨®n es una apuesta estrat¨¦gica asumida por N¨²?ez Feij¨®o, porque el contrato-programa fue la pata que no se desarroll¨® en el modelo que entr¨® en vigor en 2005, y porque la idea de financiaci¨®n condicionada al cumplimiento de objetivos en tiempos de forzada austeridad encajan bien con el discurso del nuevo presidente de la Xunta.
En definitiva, la nueva Xunta tiene una amplia agenda de actuaciones en materia de pol¨ªtica econ¨®mica. Y un escenario financiero poco favorable. La concentraci¨®n de esfuerzos y el aprovechamiento del trabajo previo realizado parecen recomendables. Porque a pesar de los errores e insuficiencias, la del bipartito no ha sido una legislatura perdida. Ni mucho menos.
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