Aires de cambio
Zapatero busca un Gobierno m¨¢s pol¨ªtico y decidido ante la recesi¨®n econ¨®mica
Las cr¨ªticas contra el Gobierno por la negaci¨®n de la crisis y su supuesto quietismo van a tener al fin una respuesta por parte de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, seg¨²n fuentes pr¨®ximas a la presidencia del Gobierno y al PSOE. El jefe del Ejecutivo regresar¨¢ de Turqu¨ªa el martes, despu¨¦s de una semana de fruct¨ªfera proyecci¨®n internacional, con una remodelaci¨®n del Gobierno socialista en la cabeza con la que pretende responder a los dos principales reproches que ha tenido que soporta durante el primer a?o de su segunda legislatura: el primero versaba sobre la confusi¨®n reinante en cuanto al diagn¨®stico de la crisis, irremediablemente vinculada a la insuficiente capacidad de reacci¨®n de su vicepresidente econ¨®mico y del entero Ejecutivo; el segundo ten¨ªa que ver con el escaso peso pol¨ªtico de su Gobierno, en el que el protagonismo quedaba casi exclusivamente concentrado en la figura de su presidente.
Respecto a la confusi¨®n sobre la econom¨ªa, el ¨²ltimo episodio ha sido la diferencia abismal entre las predicciones realizadas por el Servicio de Estudios del Banco de Espa?a y las del Gobierno. Mientras el primero daba a conocer el viernes pasado la previsi¨®n de una contracci¨®n del 3% este a?o y del 1% en 2010, el Ejecutivo preve¨ªa un retroceso del PIB del 1,6% en 2009 y una recuperaci¨®n del 1,2% en 2010. De confirmarse, con la salida de Pedro Solbes y su sustituci¨®n por la actual ministra de Administraciones P¨²blicas, Elena Salgado, Zapatero pretende desprenderse de la imagen de desgaste y de inacci¨®n que ha quedado asociada a una personalidad tan amortizada como el todav¨ªa vicepresidente econ¨®mico.
Respecto al perfil pol¨ªtico de su Gobierno, el ba?o de notoriedad internacional que se est¨¢ dando Zapatero, y los ¨¦xitos cosechados sobre todo en la reuni¨®n del G-20 le permiten abordar ahora la falta de voces con mayor personalidad que acompa?en a su protagonismo, hasta ahora casi exclusivo. La probable incorporaci¨®n de dos personalidades de la propia c¨²pula del PSOE, su presidente y presidente andaluz, Manuel Chaves, y del segundo secretario, Jos¨¦ Blanco, significar¨ªa el cierre de filas del aparato socialista, a la vez que la apertura de nuevos horizontes en la presidencia andaluza.
El momento elegido para desencadenar la crisis, de confirmarse esta misma semana los planes del presidente, es complicado. Es cierto que este Gobierno, pese a llevar apenas un a?o en activo, ofrece una imagen de agotamiento, pero los relevos se producir¨ªan a pocos meses de las elecciones europeas, en las que unos malos resultados podr¨ªan neutralizar muy r¨¢pidamente los efectos esperanzadores de la remodelaci¨®n. Es evidente que las medidas de est¨ªmulo contra la crisis no est¨¢n surtiendo el efecto deseado. Una remodelaci¨®n como la que se plantea debe ser, al menos, la oportunidad para enfrentar la recesi¨®n con mayor claridad ante los ciudadanos y eficacia en la acci¨®n del Gobierno.
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