El aborto enciende a los cient¨ªficos
Un millar de investigadores denuncia la "utilizaci¨®n ideol¨®gica de la ciencia"
Mil investigadores han suscrito el manifiesto, presentado hace s¨®lo una semana, para denunciar la "creciente utilizaci¨®n ideol¨®gica y partidista de la ciencia" en la campa?a contra la reforma legal del aborto. La iniciativa es una reacci¨®n contra la Declaraci¨®n de Madrid, apoyada a su vez por 2.000 firmas, donde las tesis antiabortistas pretenden cimentarse en la raz¨®n cient¨ªfica. La vertiginosa movilizaci¨®n de los principales cient¨ªficos del pa¨ªs no tiene precedentes.
El conflicto no puede reducirse a abortistas contra antiabortistas. La Declaraci¨®n de Madrid s¨ª es antiabortista. Sus autores se mueven "en defensa de la vida humana en su etapa inicial, embrionaria y fetal". Pero el contramanifiesto no es abortista. Lo que sostiene es que la ciencia es neutral en esta cuesti¨®n. Los cient¨ªficos que lo firman no denuncian a sus colegas por oponerse al aborto, sino por confundir a la sociedad presentando como argumentos cient¨ªficos lo que pertenece "al ¨¢mbito de las creencias personales, ideol¨®gicas o religiosas".
Los que se oponen a la reforma cuentan con 129 miembros de las Academias
En el CSIC es mayoritario el apoyo al contramanifiesto
El enfrentamiento ha editado un Qui¨¦n es qui¨¦n de la ciencia espa?ola en cuesti¨®n de dos semanas: los directores de 20 institutos de investigaci¨®n, 135 miembros de las Reales Academias, premios nacionales y pr¨ªncipe de Asturias, centenares de catedr¨¢ticos y profesores de investigaci¨®n, aparecen numerados bajo uno de los dos manifiestos.
Las firmas de los dos textos iban ayer por 2.064 y 1.162. La Declaraci¨®n de Madrid supera en unas 900 firmas al manifiesto que la denuncia. M¨¢s de la mitad de esa diferencia se debe a la agregaci¨®n de las firmas cient¨ªficas con los meros apoyos ciudadanos. Este efecto ocurre en ambos casos, pero da cuenta de casi 600 firmas en el primer documento.
El otro gran factor son los m¨¦dicos: s¨®lo 20 en el contramanifiesto, por 512 en la Declaraci¨®n de Madrid. Curiosamente, la especialidad dominante entre estos ¨²ltimos es la ginecolog¨ªa, con 76 representantes. La diferencia estad¨ªstica m¨¢s llamativa entre las dos listas aparece por dentro de las cifras restantes. Los antiabortistas cuentan con 129 miembros de las Reales Academias. Sus oponentes s¨®lo pueden exhibir seis acad¨¦micos, y encima uno es de la American Academy of Microbiology y otro de la International Academy of Astronautics.
La situaci¨®n se invierte con los cient¨ªficos del CSIC: hay 15 en la Declaraci¨®n de Madrid y 250 en el contramanifiesto, incluidos los directores de muchos de sus principales institutos: Ciencias del Mar, Ciencias de la Tierra, Ciencia y Tecnolog¨ªa de Pol¨ªmeros, Ac¨²stica, Qu¨ªmica Org¨¢nica General, Investigaci¨®n en Inteligencia Artificial y Diagn¨®stico de Enfermedades Moleculares. Tambi¨¦n firman el contramanifiesto los directores del Centro Nacional de Microbiolog¨ªa, el Centro de Referencia Linux, la Instituci¨® Catalana de Recerca i Estudis Avan?ats (ICREA), el Instituto Canario de Ciencias Marinas, el CIC biomaGUNE, el Instituto de Neurociencias de Castilla y Le¨®n o el departamento de biotecnolog¨ªa de la Oficina Europea de Patentes. Si las Reales Academias est¨¢n m¨¢s bien de un lado, los gestores cient¨ªficos est¨¢n claramente del otro.
"Tenemos el apoyo de una nutrida representaci¨®n de especialistas de reconocido prestigio internacional", dice Nicol¨¢s Jouve, catedr¨¢tico de Gen¨¦tica de la Universidad de Alcal¨¢ y primer firmante de la Declaraci¨®n de Madrid. Jouve y el otro promotor cient¨ªfico del texto, el ex presidente del CSIC C¨¦sar Nombela, presentaron el jueves las firmas y sus argumentos a la ministra de Igualdad, Bibiana A¨ªdo.
"Son catedr¨¢ticos y profesores de universidad", prosigue Jouve, "acad¨¦micos de las Reales Academias de las Ciencias Exactas, F¨ªsicas y Naturales, Farmacia, Medicina, Jurisprudencia y Legislaci¨®n, cient¨ªficos del CSIC, m¨¦dicos... Se trata de investigadores de renombre en todas las especialidades que m¨¢s de cerca afectan al problema del aborto".
Juan Lerma, director del Instituto de Neurociencias del CSIC y uno de los promotores del contramanifiesto, comenta sobre la diferencia de firmas: "No creo que sea una cuesti¨®n de n¨²meros. Lo que s¨ª es evidente es que, sin publicidad ni presentaciones p¨²blicas, en 24 horas ya se hab¨ªan adherido 500 profesionales de gran prestigio. Y lo que indica esta r¨¢pida reacci¨®n es que hay mucha gente con conocimiento de causa que no est¨¢ de acuerdo con esas manipulaciones".
Lerma destaca que basta mirar las firmas de contramanifiesto para comprobar que no se trata de un grupo ideol¨®gico. "De hecho, ente los firmantes conozco a muchos que son cat¨®licos", afirma. "El nuestro no es un manifiesto proaborto, sino pro-sentido com¨²n, y contra los abusos".
La tesis b¨¢sica de la Declaraci¨®n de Madrid es que cualquier iniciativa legislativa que afecte al r¨¦gimen jur¨ªdico del aborto debe asumir, "como premisa", el hecho de que "la vida de un ser humano se inicia con la fecundaci¨®n, cuando queda constituida la informaci¨®n gen¨¦tica propia de cada vida humana".
?Qu¨¦ opina Jouve sobre el argumento central de la otra parte, que la ciencia es neutral sobre esta cuesti¨®n? "La ciencia puede ser neutral respecto al aborto", dice el genetista, "pero en absoluto estoy de acuerdo en que lo sea frente a fen¨®meno de la vida. Si los bi¨®logos no tenemos claro a estas alturas cuando estamos ante una vida -humana o de cualquier otra naturaleza- es que no sabemos de qu¨¦ hablamos. De hecho, la definici¨®n de embri¨®n en cualquier tratado de biolog¨ªa es 'la primera etapa del desarrollo de un ser pluricelular, a partir de la fecundaci¨®n del ovocito por un espermatozoide y hasta la octava semana, despu¨¦s de lo cual pasa a ser feto".
Jouve prosigue: "En el desarrollo no existe discontinuidad temporal, tal y como se?alamos en nuestra declaraci¨®n. Una forma de vida como puede ser la humana, o de cualquier especie superior diploide, queda determinada en su genoma desde el momento de la fecundaci¨®n. Tras la determinaci¨®n gen¨¦tica singular existente en el n¨²cleo del cigoto, primera manifestaci¨®n corp¨®rea del nuevo individuo, todo es cuesti¨®n de divisiones celulares, crecimiento y diferenciaci¨®n celular, programada gen¨¦ticamente... Podr¨ªa dar m¨¢s argumentos pero ser¨ªa largo. En mi libro Explorando los genes est¨¢n todas las claves".
"Es la ceremonia de la confusi¨®n", opina Lerma. "La vida es efectivamente un continuo. Los gametos est¨¢n vivos. Incluso un coraz¨®n esta vivo tras ser extra¨ªdo del cuerpo y se integra en el ser humano perfectamente funcional tras ser implantado. Lo que el manifiesto dice es que no se puede usar la ciencia para decir cu¨¢ndo se es o no un ser humano". Lerma prosigue: "Pero por supuesto que la ciencia puede decir cu¨¢ndo algo est¨¢ vivo o no. Hay quien dice que un feto no es persona hasta que no tiene corteza cerebral, o al menos los circuitos no est¨¢n formados, lo que ocurre hacia la semana 22, aunque no funcionen a¨²n. Pero esto es una opini¨®n otra vez. La ciencia dice cu¨¢ndo pueden funcionar los circuitos, pero no si se est¨¢ o no enfrente de un ser humano".
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