Confianza en la legi¨®n
Si no hubo jerarqu¨ªa alguna de los Legionarios de Cristo entre los invitados a la solemne boda de la hija de la concejal de Medio Ambiente de Madrid, cuyo listado obedeci¨® a las admiraciones, afectos e intereses de la familia de la concejal, es evidente la ausencia de cualquier relaci¨®n de la edil citada con los famosos legionarios. Nadie que fuera algo para ella y su familia falt¨® a aquella boda, como sabemos.
Pero es algo m¨¢s que un rumor y no una insidia que la ejemplar congregaci¨®n cuenta entre la derecha espa?ola de hoy con adscritos y admiradores muy conocidos y entregados, tal vez antiguos devotos de san Marcial Maciel. Y quiz¨¢ por eso cuatro de los 17 centros madrile?os de participaci¨®n e integraci¨®n para inmigrantes, puestos en pie y pagados con nuestros impuestos, han sido encomendados por el Gobierno de la Comunidad a los Legionarios de Cristo. Es natural que as¨ª sea si la concesi¨®n se debe a la confianza de la presidenta en esa congregaci¨®n religiosa, al objeto de que los inmigrantes no caigan en malas manos y terminen maleduc¨¢ndose en ciudadan¨ªa, con los consiguientes riesgos para la sexualidad for¨¢nea, ya se sabe la experiencia que tiene la presidenta en esos asuntos, y sin que suponga por otra parte una merma en modo alguno para los intereses econ¨®micos de esa p¨ªa organizaci¨®n, que ha preferido siempre los colegios de abolengo y los centros educativos de influencia.
Cuatro de los 17 centros para inmigrantes han sido encomendados a los Legionarios de Cristo
Bien es verdad que el historial de su fundador, Marcial Maciel, jalonado de abundantes pr¨¢cticas de pedofilia, no constituye precisamente un aval para la congregaci¨®n, y podr¨ªa suponer un reparo a la hora de confiar criaturas p¨²beres a quienes siguen su ejemplo, pero bastante cruz tienen ellos con no poder subir a los altares a un fundador tan peculiar.
Al llevar al altar a un fundador, sus hijos o hijas no s¨®lo pretenden rendir culto a un l¨ªder espiritual o a una lideresa, que tambi¨¦n, sino mostrar su ejemplo. Y tener como ejemplo a un pedazo de ped¨®filo obsesivo, condenado por el Papa cuando ya no hab¨ªa posibilidad de mirar para otro lado, como le ha pasado a los Legionarios de Cristo, y m¨¢s llam¨¢ndose ellos as¨ª, que bien parece el nombre la garant¨ªa de un ej¨¦rcito de machotes, supone una de las peores condenas que pueda haberle ca¨ªdo a esta congregaci¨®n mejicana con la que siguen cantando devotas rancheras destacados miembros de la derecha espa?ola. No hay orden religiosa que no tenga a su fundador en los altares ni congregaci¨®n que no est¨¦ en tr¨¢mites para tenerlo si el fundador o fundadora ha pasado ya de esta vida a la otra.
A pesar del alto coste econ¨®mico que suponen los procesos de beatificaci¨®n y canonizaci¨®n, que son car¨ªsimos, hay monjitas que se empe?an hasta las cejas por ver a su santa madre en una hornacina. Y, a¨²n en vida, la santa madre se prepara. Se dice del fundador del Opus Dei que guardaba los dientes que le extra¨ªan para las reliquias futuras.
Mala suerte, pues, la de Marcial Maciel y sus hijos: al fundador le descubrieron su impostura antes de irse de este mundo (todo por indiscreto, por no lograr contenerse) y los legionarios se quedaron sin m¨¢s padre que el Eterno. Si lo hubiera investigado Baltasar Garz¨®n, ya estar¨ªa el juez en el infierno y san Marcial Maciel venerado en Madrid y Valencia. Ahora bien, bueno fuera que un notorio paradigma de la doble moral tan apreciada -los ejemplos de pecado aberrante de Maciel no hubieran tenido gracia alguna si mientras sobaba a los chicos no hubiera dado mandobles a los pecadores avergonzados e irredentos- acabara con su propia obra. Y menos cuando, al saberse recientemente que tuvo una hija oculta por a?adidura, el hecho de que alguna vez frecuentara mujer alivia la idea de que le gustara hac¨¦rselo siempre con muchachos.
As¨ª que si, a pesar del reparo que debe dar mandar un hijo a un colegio con principios inspirados por un pederasta, la presidenta entrega los inmigrantes a los hijos de Maciel, ella sabr¨¢ si lo hace para integrarlos y en qu¨¦. Pero quiz¨¢ ha tenido en cuenta la orfandad de los Legionarios de Cristo para sentirse impelida a contribuir a la extensi¨®n apost¨®lica de la obra de Maciel a costa de las arcas p¨²blicas. Y hasta es posible que de no haberse descubierto la desmesurada querencia del fundador por el sexo joven, de haber puesto freno a su lujuria ese insensato, y llegar ese pecadorazo a ser un san Marcial Maciel en un retablo, Aguirre lo hubiera nombrado patrono de las unidades de sedaci¨®n por su adicci¨®n a la morfina y lo pasear¨ªa ahora en procesi¨®n con sus m¨¦dicos de confianza. Eso s¨ª, la procesi¨®n con lazo, y blanco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.