Internet, al asalto de su ¨²ltima frontera
La televisi¨®n es la ¨²nica pantalla que se resiste a la Red por la pasividad del espectador en el sof¨¢ - Ahora que toma el poder del mando proliferan los servicios que desaf¨ªan ese territorio prohibido
Han pasado 20 a?os desde que naciera oficialmente la Red. A ritmo vertiginoso, Internet ha ocupado espacios que antes ni siquiera exist¨ªan en el d¨ªa a d¨ªa. Hay Internet en los bolsillos, gracias a los tel¨¦fonos de nueva generaci¨®n. Est¨¢ presente en los asientos traseros de los taxis de las grandes ciudades, informando de las noticias de ¨²ltima hora o de cu¨¢l es el estado del tiempo. Internet conecta despachos distantes, cada uno en una parte del globo, enlazados en videoconferencia. Est¨¢ presente en las pantallas del hogar, en las de las oficinas. Pero hay una pantalla a la que la Red no ha podido llegar. La televisi¨®n, presente en muchos hogares del mundo, t¨®tem del entretenimiento desde su generalizaci¨®n a finales del siglo XX, se le resiste a la Red de redes.
"En la era YouTube la audiencia quiere controlar lo que ve", dice un experto
En enero, la mitad del p¨²blico en EE UU vio las series de estreno en diferido
Yahoo intenta competir ofreciendo algunos contenidos para el televisor
Los videoclubes cl¨¢sicos sucumben ante la oferta electr¨®nica en l¨ªnea
Cadenas como CBS o MTV ofrecer¨¢n herramientas interactivas
Especialistas ven en los aparatos port¨¢tiles la mejor opci¨®n de fusi¨®n
Un artilugio llamado TiVo permite grabar 600 horas de v¨ªdeo
Una 'web' de la NBC ofrece contenidos en Internet con anuncios
Hasta ahora no ha habido forma de que Internet se establezca de forma permanente en las pantallas televisivas de los hogares. Ha habido distintas iniciativas, como la de ofrecer navegaci¨®n por Internet a trav¨¦s del descodificador de las plataformas de televisi¨®n digital y por cable. Pero ha sido in¨²til. Al espectador no le ha interesado la presencia de la Red en la pantalla donde ve sus programas favoritos.
"Ver televisi¨®n requiere un grado menor de interactividad", explica Federico Casalegno, director del Laboratorio de Experiencias M¨®viles del Massachusetts Institute of Technology. "El hecho de ver televisi¨®n se percibe m¨¢s como un entretenimiento, algo que requiere una menor implicaci¨®n del espectador desde el punto de vista psicol¨®gico. Sin embargo, sentarse en un despacho frente a una pantalla de ordenador es otra cosa. Se es m¨¢s proactivo, hay un esfuerzo consciente para interactuar con el dispositivo. Esto ha hecho que uno, de hecho, pueda ver contenido televisivo en un ordenador, en canales como YouTube o Hulu, pero ha ralentizado la llegada de Internet a las pantallas de televisi¨®n".
Es innegable que algo ha cambiado en la forma de ver televisi¨®n desde la generalizaci¨®n de las conexiones a Internet. Los h¨¢bitos no son lo que eran. Hasta hace unos a?os, ver la televisi¨®n era un acto eminentemente pasivo. En Espa?a, con dos canales de televisi¨®n, no hab¨ªa mucho donde elegir. Hoy en d¨ªa, poco a poco, el espectador va tomando el poder. Primero lleg¨® la multiplicidad de canales, gracias a las nuevas tecnolog¨ªas digitales. Y ahora el mando es una verdadera arma que permite dise?ar una programaci¨®n a la propia medida.
"En la era de YouTube, al telespectador le gusta tener control sobre lo que ve. Ya no vemos programas en directo, vemos los fragmentos de lo que nos gusta", explica Dan Gillmor, director del Center for Citizen Media y del Knight Center for Digital Media Entrepreneurship. "Podemos grabar distintos programas y dise?ar el tipo de programaci¨®n que nos gustar¨ªa ver. Podemos almacenar los programas en un disco duro y verlos a nuestro antojo, si es que llegamos a verlos. Tenemos el control casi total".
TiVo tuvo mucho que ver en esta revoluci¨®n del mando. Este peque?o dispositivo digital, creado en EE UU en 1999, cumple las funciones de un v¨ªdeo, pero con las atribuciones de un verdadero ordenador de ¨²ltima generaci¨®n. Graba cualquier contenido televisivo en un disco duro de 500 gigas, que acepta hasta 600 horas de v¨ªdeo. Pero no como un VHS antiguo, programado en funci¨®n de las horas asignadas, sino seg¨²n la informaci¨®n que ofrecen los canales de televisi¨®n: t¨ªtulo de la serie o pel¨ªcula, g¨¦nero, actores, director, duraci¨®n... En el disco se pueden almacenar y reproducir, a lo largo de una temporada, todos los episodios de una serie, si se desea. Se puede grabar hasta dos canales a la vez, para no perderse el partido de f¨²tbol y la serie que dan al mismo tiempo. Por ahora s¨®lo est¨¢ disponible en EE UU, Canad¨¢, M¨¦xico, Australia, y Taiwan, pero sus creadores estudian comercializarlo en otros pa¨ªses.
En tiempo de crisis econ¨®mica, TiVo acumula triunfo tras triunfo. En enero, el 50% de los estrenos de las nuevas temporadas de series televisivas se vieron en emisi¨®n en diferido, a trav¨¦s de TiVo, seg¨²n un comunicado de la misma empresa. La gran mayor¨ªa de los espectadores, m¨¢s de un 60%, decidi¨® ver los estrenos de series como Perdidos o 24 no cuando las cadenas los emitieron, sino cuando a ellos les vino bien. Lo mismo sucedi¨® con realities como American Idol.
Si uno no quiere pagar los 13 d¨®lares (10 euros) mensuales que cuesta TiVo, siempre quedan las opciones m¨¢s baratas: las p¨¢ginas web que ofrecen contenido de v¨ªdeo. Hay muchas ilegales, que logran ofrecer series completas hasta que llega la correspondiente demanda. Y tambi¨¦n est¨¢n los que han visto la oportunidad de negocio de ofrecer v¨ªdeo de forma legal y cobrando por emitir publicidad, como Hulu.com, una p¨¢gina web creada por NBC y NewsCorp, que ofrece todo tipo de series y pel¨ªculas, como House, Family Guy, Los Simpson o El Equipo A, con no menos de dos interrupciones publicitarias por episodio.
Hasta el momento, ofrece 40.000 episodios, s¨®lo accesibles desde direcciones de conexi¨®n a Internet de EE UU. La de Hulu ha sido una verdadera revoluci¨®n. En febrero, un mes en que la gran mayor¨ªa de portales de v¨ªdeo descendi¨® en n¨²mero de visitas, este sitio web ha ganado terreno, creciendo casi un 33%, hasta obtener 308 millones de accesos ¨²nicos, seg¨²n datos de la consultora Nielsen. YouTube est¨¢ a a?os luz todav¨ªa, con 5.000 millones de visitas, pero ha perdido casi un 12% de tr¨¢nsito en 30 d¨ªas.
En la era del reinado de YouTube y su modelo de negocio, hay viejos titanes de Internet que todav¨ªa no se resignan a olvidarse de la idea de una pantalla televisiva que permita navegar en la Red. Yahoo se ha lanzado a una arriesgada aventura para la que cuenta con el apoyo tecnol¨®gico de los chips de Intel. La aplicaci¨®n TV Widgets, que se comercializar¨¢ a mediados de este a?o, permitir¨¢ a los espectadores poder consultar informaci¨®n en Internet mientras ven televisi¨®n.
La palabra widget significa, en ingl¨¦s, chisme, aparato. En su primera versi¨®n, TV Widgets contar¨¢ con una veintena de estos chismes: una aplicaci¨®n que informar¨¢ del tiempo; otra con resultados deportivos, e informaci¨®n de ¨²ltima hora y actualizaciones de las p¨¢ginas personales de aplicaciones sociales como MySpace, por ejemplo.
Lo que los espectadores recibir¨¢n en las pantallas de sus casas ser¨¢n versiones reducidas de esas p¨¢ginas web, para que habiten de forma armoniosa con la programaci¨®n habitual del televisor. Los primeros televisores en disponer de la tecnolog¨ªa necesaria para incluir este servicio ser¨¢n una serie de pantallas de cristal l¨ªquido creadas por Samsung, Sony, VIZIO y LG Electronics.
"Con s¨®lo pulsar un bot¨®n del mando, los usuarios podr¨¢n ver el portal de acceso a los Widgets, seleccionar un Widget que les guste, y acceder a contenido de Internet modificado para la pantalla de televisi¨®n", explica Patrick Barry, vicepresidente de Yahoo. "Podr¨¢n seguir los resultados de su equipo deportivo favorito, compartir fotos con la familia, hacer compras, jugar juegos y ver pel¨ªculas o v¨ªdeos online a la vez que ven su programa favorito en televisi¨®n".
Precisamente esta multiplicidad de contenidos es lo que puede haber puesto en riesgo la convivencia de contenido televisivo e Internet en una misma pantalla. Demasiadas cosas para hacer en una sola pantalla cuya funci¨®n principal durante d¨¦cadas ha sido la de ocupar horas y horas de ocio. Pero, si ha sucedido con el mercado del alquiler de v¨ªdeos, ?por qu¨¦ no va a suceder con el de la televisi¨®n?
Blockbuster, la que durante a?os fue marca de referencia del alquiler de v¨ªdeos y DVD, antes de la era de Internet, ha decidido crear un widget para Yahoo que permitir¨¢ a los espectadores alquilar pel¨ªculas directamente en su televisor a trav¨¦s de esta conexi¨®n a Internet. "La interfaz ser¨¢ sencilla y facilitar¨¢ a los usuarios el acceso a las pel¨ªculas y a otro tipo de contenido de entretenimiento de Blockbuster", explica Keith Morrow, jefe de informaci¨®n de Blockbuster. "Este nuevo concepto casa a la perfecci¨®n con nuestra estrategia de proporcionar acceso a contenido de entretenimiento en una plataforma con muchos canales como ¨¦sta", asegura.
Hasta ahora, diversas plataformas norteamericanas de cable, como Comcast o Verizon, ofrecen la posibilidad de alquilar pel¨ªculas a trav¨¦s de sus descodificadores. Blockbuster sigue su estela, poniendo al alcance de los espectadores todo su cat¨¢logo de pel¨ªculas. Es un paso hacia delante de una empresa a la que casi ha hundido la gran tormenta de Internet.
La n¨¦mesis digital de Blockbuster se llama Netflix. Desde 1997, esta compa?¨ªa californiana ha acumulado 100.000 t¨ªtulos de pel¨ªculas, con una media de 550 copias de cada una, que distribuye entre unos 10 millones de suscriptores. ?stos crean una cuenta en un portal de Internet, y por una suscripci¨®n semanal que ronda los 10 euros, reciben las pel¨ªculas por correo y en el buz¨®n de su domicilio. Cuando las devuelven, tambi¨¦n por correo, reciben las que se encuentran en su lista de espera online, siempre en el plazo de alrededor de dos d¨ªas. Sin tiendas. Sin plazos de devoluci¨®n. Sin multas por devolver un DVD tarde.
De lleno en el nuevo siglo, esta forma de organizar el alquiler de DVD a trav¨¦s de Internet le ha permitido a Netflix alcanzar los m¨¢s de mil millones de env¨ªos, con unos beneficios anuales de 115 millones de euros. En una reciente entrevista con la agencia Reuters, el director de esta empresa, Reed Hastings, revel¨® sus planes de ampliar el negocio a otras partes del globo: "Cuando uno se da cuenta de que casi todas las empresas de Internet son empresas globales, y cuando uno se da cuenta de que hay oportunidades muy grandes para nosotros, se ve obligado a decir: ?No habr¨ªa oportunidades de negocio en China, Brasil, India o Europa? No tenemos planes espec¨ªficos de momento, pero es algo sobre lo que vamos a trabajar en los pr¨®ximos a?os".
Mientras, en las oficinas de Blockbuster se trata de espantar el fantasma de la bancarrota. Sus m¨¢s de 7.500 videoclubs, repartidos en unos 30 pa¨ªses, llevan meses esperando la temida noticia del cierre, entre rumores de deudas, descenso constante de alquileres y un mercado que zozobra. La empresa deber¨¢ pagar parte de un cr¨¦dito de 350 millones en agosto. Recientemente, el inversor Mark Wattles compr¨® un paquete de acciones equivalente a 5,7% del total, 6,8 millones de acciones a trav¨¦s de los fondos Wattles Capital Management y HKW Trust.
Junto con Blockbuster, se han unido a la iniciativa de los TV Widgets otras empresas que quieren ganar terreno a los nuevos competidores: los canales de noticias de CBS y ABC; las plataformas musicales de MTV y VH1; la productora Disney; el portal de compra y venta EBay, y aplicaciones sociales como MySpace o Twiter. Los expertos, sin embargo, dudan de que al final el sof¨¢ sea el lugar adecuado para navegar en Internet. Muchos apuntan a nuevos modelos de negocio, como el de integrar contenido televisivo, Internet y capacidad de comunicarse en el bolsillo.
Tal es la intenci¨®n del nuevo experimento del Laboratorio de Experiencias M¨®viles, liderado en Massachusetts por el profesor Casalegno. "Desde el punto de vista del usuario, en momentos del d¨ªa en que uno viaja en metro o autob¨²s, puede acceder a contenido televisivo a trav¨¦s de su tel¨¦fono o dispositivo port¨¢til", explica Casalegno. "Uno est¨¢ m¨¢s dispuesto a interactuar con el dispositivo que cuando est¨¢ simplemente viendo la tele".
"Hemos encontrado que hay dos tipos generalizados de escenario: uno en que el espectador puede tratar de buscar informaci¨®n sobre sus equipos deportivos, o informaciones sobre el tiempo y las noticias locales. Es un tipo de informaci¨®n que depende mucho del lugar y del momento en que el espectador se encuentra. Otro escenario es el del aprendizaje. Uno puede utilizar su dispositivo m¨®vil para aprender, para practicar materias como los idiomas, un contenido audiovisual que podr¨ªa producirse y emitirse en breves espacios de tiempo, para que el usuario acceda a ellos desde su tel¨¦fono o dispositivo mp3 en el tiempo que pasa viajando al trabajo o a casa".
?se es el futuro: pantallas que se solapan, que convergen y se unen en lugares antes no imaginados, como el bolsillo del pantal¨®n, el salpicadero del coche o la puerta de la nevera. Pero eso no significa que Internet vaya a conseguir penetrar de lleno en el sal¨®n de casa a trav¨¦s de la pantalla televisiva. Parece que, hasta la fecha, el telespectador ha preferido limitarse a ver contenido televisivo y a decidir qu¨¦ es lo que ve y cu¨¢ndo lo deja de ver. Pero pasar de controlar el mando a navegar en la Red puede ser un paso demasiado grande como para que los fabricantes de televisores vean una oportunidad de negocio fiable.
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