Exteriores tramita 84 casos de sustracci¨®n internacional de hijos
La resoluci¨®n se complica si el pa¨ªs de destino no firm¨® el Convenio de La Haya
El C¨®digo Penal espa?ol define la sustracci¨®n de menores como "el traslado de un menor de su lugar de residencia sin consentimiento del progenitor con quien conviv¨ªa habitualmente". Eso es lo que hizo Ces¨¢reo Garc¨ªa S¨¢nchez el 6 de noviembre de 1988, cuando fue a buscar a su hija de tres a?os a Sotillo de la Adrada (?vila) para que pasara la tarde con ¨¦l y no la devolvi¨®. Fue detenido hace unas semanas en M¨¦xico; acab¨® ante la justicia espa?ola, pero qued¨® en libertad. S¨®lo se le acusa de desobediencia, porque la ley penal no se puede aplicar de forma retroactiva si perjudica al acusado, como ocurre en este caso.
Y es que hasta la reforma del C¨®digo Penal de 2002 la sustracci¨®n de menores no se consideraba delito en Espa?a. Ahora se castiga con penas de dos a cuatro a?os de c¨¢rcel, pero hasta entonces s¨®lo se penaba con una multa, que es lo que, a lo sumo, le ocurrir¨¢ a Garc¨ªa. Posiblemente as¨ª se explica que decenas de padres o madres separados espa?oles se llevaran a los hijos a la otra punta del planeta, o de la Pen¨ªnsula, sin dar ninguna explicaci¨®n al otro, que era quien ten¨ªa atribuida la custodia.
Hasta 2002 no era delito en Espa?a y se castigaba con una sanci¨®n econ¨®mica
La historia de la hija de Ces¨¢reo Garc¨ªa tiene un final feliz, aunque tard¨ªo. No es un caso ins¨®lito. El Ministerio de Asuntos Exteriores tramita en la actualidad 84 casos de sustracci¨®n internacional de menores en los que uno de los progenitores, de nacionalidad espa?ola, reclama la mediaci¨®n de la diplomacia para recuperar a sus hijos. Un portavoz ministerial explica que la mitad de estos casos presentan una soluci¨®n relativamente sencilla, pues los ni?os sustra¨ªdos residen en pa¨ªses firmantes del Convenio de La Haya de 1980, suscrito para "garantizar la restituci¨®n inmediata de los menores trasladados o retenidos de manera il¨ªcita en cualquier Estado contratante".
Si los ni?os se encuentran en alg¨²n pa¨ªs de la Uni¨®n Europea, su recuperaci¨®n resulta todav¨ªa m¨¢s r¨¢pida porque en los ¨²ltimos a?os se han aprobado reglamentos que regulan el reconocimiento y ejecuci¨®n de una sentencia en otro pa¨ªs miembro.
Si no es as¨ª, se complica m¨¢s a¨²n la resoluci¨®n, y cuando ya presenta una gran dificultad es cuando los ni?os acaban en pa¨ªses con un sistema judicial y de valores sociales que nada tienen que ver con las occidentales. Es lo que le ocurri¨® a Leticia Moracho, madrile?a de 49 a?os, que el pasado d¨ªa 22 de marzo regres¨® a Espa?a con Sara, su hija de 11 a?os, secuestrada por su padre en Irak durante dos a?os y medio.
?l era t¨¦cnico naval y se conocieron en Madrid. Siempre fueron pareja de hecho y cuando se acab¨® la relaci¨®n la justicia le atribuy¨® a ella la custodia de la peque?a. En el oto?o de 2006, el padre le pidi¨® que le dejara llevar a la hija a Irak para que conociera a su familia. Ya no la volvi¨® a ver m¨¢s.
"Con la ni?a all¨ª, false¨® toda clase de documentos para dar apariencia de legalidad", explica Moracho en conversaci¨®n telef¨®nica desde M¨¢laga, donde pasa unos d¨ªas de vacaciones. "Ahora he descubierto que, oficialmente, yo estaba casada y empadronada en Bagdad desde 1994. ?l puso como testigos a sus hermanos y col¨®", prosigue la madre, quien confiesa que ha pasado mucho miedo por el futuro de la ni?a. "Si la hubieran forzado a un matrimonio se habr¨ªa convertido en iraqu¨ª, pero llegamos a tiempo".
El pasado verano, Moracho viaj¨® a Basora y advirti¨® a la justicia y a las autoridades iraqu¨ªes del enga?o. El hombre fue condenado a 14 a?os de c¨¢rcel, pero lo que deseaba la madre era recuperar a la hija. Al final medi¨® directamente el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, quien prepar¨® una reuni¨®n con los m¨¢s altos representantes de la diplomacia, el poder judicial y el Gobierno iraqu¨ª.
El ministerio se hizo cargo esta vez de todos los gastos del segundo viaje de Moracho y la polic¨ªa de Irak la protegi¨® a todas horas. "All¨ª demostr¨¦ el enga?o y fue lo peor que le pudo pasar a ¨¦l". La legislaci¨®n iraqu¨ª no concibe un matrimonio sin papeles y una hija de una pareja no casada. Despu¨¦s de devolver a la ni?a, la condena inicial le fue conmutada al padre por otra de cuatro d¨ªas. Moracho ha recuperado a su hija, pero est¨¢ en paro y ha perdido todos los ahorros que ten¨ªa, "70.000 euros y 30.000 d¨®lares", detalla.
Multa de 45.900 euros por impedir que un padre vea a su hija
El art¨ªculo 225 bis del C¨®digo Penal tambi¨¦n considera sustracci¨®n de menores "la retenci¨®n de un menor incumpliendo gravemente el deber establecido por resoluci¨®n judicial o administrativa". Por tanto, no hace falta que un progenitor se lleve al hijo a la otra punta del planeta para considerarlo delito, sino que bastar¨ªa que impidiera que el otro pudiera verlo durante los d¨ªas que fija la sentencia de divorcio.
Sin embargo, los jcios a considerar delictiva esta actuaci¨®n y archivan casi siempre las denuncias por sustracci¨®n de menores que presenta un progenitor contra otro por incumplimiento del r¨¦gimen de visitas. "Es un error derivar a la jurisdicci¨®n penal estas discrepancias en el ejercicio de la custodia de menores", asegura Jos¨¦ Luis Utrera, titular del Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 5 de M¨¢laga, especializado en temas de familia. "Los miembros de la pareja tienen derecho a rehacer su vida en otra ciudad y lo que hay que velar es por el inter¨¦s del ni?o", asegura. En las sentencias de divorcio que ¨¦l dicta se especifica que los cambios de domicilio han de ser pactados y que, en caso de discrepancia, decidir¨¢ el juez.
Apartar a los ni?os
Pero el juez de familia tiene capacidad para actuar contra el pridad para actuar contra el progenitor que aparta a los ni?os del otro. Uno de esos casos lo sentenci¨® el pasado 11 de enero el Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 22 de Madrid, que mult¨® con 45.900 euros a una mujer por haber impedido que el padre viera al hijo durante dos a?os, viviendo ambos en la misma ciudad. El juez calcul¨® la cantidad a raz¨®n de 600 euros por cada fin de semana y 200 euros por d¨ªa de vacaciones que la ni?a no estuvo con el padre.
En otros casos, tambi¨¦n excepcionales, la justicia ha sido contundente con el progenitor que se marcha a la otra punta de Espa?a con el ni?o para perjudicar al ex c¨®nyuge. El Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 7 de Sevilla acord¨® el pasado 19 de enero desposeer a una madre de la custodia que ten¨ªa de su hijo de siete a?os y otorg¨¢rselo al padre porque la mujer se march¨® a vivir a una aldea de la sierra madrile?a.
El juez razona en su auto que todo el arraigo familiar y social del ni?o estaba en Sevilla, donde naci¨® y se cri¨®, y que nada justifica el traslado. Por eso, el juez considera que se ha colocado al menor en una situaci¨®n de riesgo, pues ni siquiera est¨¢ escolarizado y concluye que lo mejor para ¨¦l es que el padre se haga cargo.
El 'caso Carrascosa' lleva dos a?os encallado
Uno de los casos que m¨¢s repercusi¨®n medi¨¢tica ha tenido en los ¨²ltimos a?os es el de la valenciana Mar¨ªa Jos¨¦ Carrascosa, en prisi¨®n preventiva en Nueva Jersey desde noviembre de 2006 por haberse tra¨ªdo a Espa?a, en noviembre de 2004, a la hija que tuvo con Peter Innes, ciudadano norteamericano.
Desde entonces, la pareja se ha cruzado infinidad de denuncias judiciales y acusaciones, algunas de las cuales se demostraron falsas, de manera que el caso lleva casi dos a?os y medio encallado por una discusi¨®n sobre qu¨¦ pa¨ªs es el competente para resolver el conflicto. El pr¨®ximo 20 de abril se reunir¨¢n en La Haya jueces espa?oles y norteamericanos para intentar un acuerdo. Y es que, a pesar de que la pareja residi¨® en Estados Unidos durante los cinco a?os que dur¨® la relaci¨®n, un juzgado de Valencia deneg¨® la devoluci¨®n de la ni?a el 6 de julio de 2005 al considerar que no exist¨ªa sustracci¨®n de menores. Sin embargo, el Tribunal Superior de Nueva Jersey acord¨® cinco meses antes que la madre deb¨ªa retornarla. Como no lo hizo, acab¨® en prisi¨®n.
"La ni?a est¨¢ con los abuelos maternos y lleva cuatro a?os sin ver al padre. Pedimos que vuelva con ¨¦l y, cuando la madre cumpla la pena, estamos por la custodia compartida", asegura Javier Mar¨ªa P¨¦rez-Rold¨¢n y Suanzes, abogado del padre.
No es el ¨²nico caso de una madre que acaba perdiendo a los hijos por sustracci¨®n. En enero de 2007, la Audiencia Provincial de Asturias orden¨® el regreso a Israel de los cuatro hijos que su madre, Mar¨ªa Amor Gonz¨¢lez, hab¨ªa sacado ilegalmente de all¨ª en 2005, cuando ten¨ªan entre 6 y 13 a?os, tras la ruptura de la pareja. Los magistrados dieron la raz¨®n al padre invocando precisamente el Convenio de La Haya de 1980.
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