Una cadena de errores policiales deja libres a ocho acusados por tr¨¢fico de drogas
Los Mossos vulneraron "derechos fundamentales" en el registro de un piso
La Audiencia de Barcelona se ha visto obligada a absolver a ocho personas acusadas de tr¨¢fico de drogas por una cadena de errores que cometieron los Mossos d'Esquadra. La sentencia razona que las pruebas halladas contra los acusados (ciertas dosis de metanfetamina cristalina) son "nulas" porque la polic¨ªa auton¨®mica vulner¨® "derechos fundamentales" en el registro del domicilio donde las hall¨®. Los agentes, adem¨¢s, no custodiaron la sustancia de forma correcta, de modo que no se pudo saber qu¨¦ cantidad de cristal pose¨ªa cada acusado y, por tanto, aclarar si ¨¦ste era traficante o s¨®lo consumidor.
La actuaci¨®n policial se desarroll¨® en la primavera de 2007. Los Mossos sospechaban que en un bar y en dos pisos del Raval de Barcelona se traficaba con drogas. En una de las jornadas de vigilancia, los mossos incautaron seis bolsas con metanfetamina a Alberto J., que a la postre ha sido el ¨²nico condenado por el tribunal: pasar¨¢ los pr¨®ximos cuatro a?os y medio en la c¨¢rcel. El resto de implicados, que estaban en libertad con cargos, han sido absueltos. Siete son filipinos y uno, espa?ol.
La sentencia dice que la sustancia no fue custodiada de forma correcta
Avanzada la investigaci¨®n, los agentes pidieron al juez autorizaci¨®n para irrumpir en los locales. Les fue concedida. El problema lleg¨® cuando, en un piso de la calle Nou de la Rambla, fueron recibidos por Rowena P. La mujer viv¨ªa de alquiler en una habitaci¨®n, que la Audiencia considera "un domicilio independiente". "Cada habitaci¨®n constituye, de forma individualizada, el domicilio de la persona que la ocupa. Se trata de lo que vulgarmente se conoce como un piso patera", razona la sentencia, a la que ha tenido acceso este diario.
Los Mossos, por tanto, no debieron entrar en el minipiso de Rowena: la mujer no dio su permiso para ello. Lo correcto habr¨ªa sido "paralizar inmediatamente" la acci¨®n y solicitar una nueva orden al juzgado. M¨¢s a¨²n: los agentes tendr¨ªan que haberse dado cuenta de que la habitaci¨®n era una vivienda, ya que hab¨ªa un candado -los agentes rompieron la puerta de una patada- y contaba con electrodom¨¦sticos "para desarrollar el m¨¢ximo de vida privada en su interior".
En conclusi¨®n: los Mossos "conculcaron el derecho a la intimidad" de Rowena y, por tanto, todo lo que hallaron en su piso est¨¢ "viciado de nulidad". Tras el registro, la polic¨ªa intercept¨® un paquete con 68,7 gramos de metanfetamina, pero ese material no debe tomarse como prueba. El cristal -tambi¨¦n llamado shab¨², batu, ice o fuego- es una droga sint¨¦tica que se fuma y que, a corto plazo, causa agresividad y paranoia. Es relativamente nueva en Europa: la comunidad filipina es su principal consumidora. La dosis m¨ªnima, de 0,100 gramos, vale unos 50 euros en el mercado negro.
Los errores policiales no acaban en el registro. Otros acusados han sido absueltos de un delito contra la salud p¨²blica porque la droga no se custodi¨® correctamente. "La cadena de custodia y an¨¢lisis de la droga, se desconoce por qu¨¦ motivo, se ha roto", dice la sentencia. En otras palabras: s¨ª constan las incautaciones de cristal, pero no qu¨¦ cantidad se incaut¨® a cada persona. Sin ese dato b¨¢sico, el tribunal no puede decidir qui¨¦n pretend¨ªa distribuir la droga y qui¨¦n la usaba para consumo propio.
El tribunal se?ala que se lleg¨® a analizar un comprimido de MDMA, al que no se hace referencia en el atestado policial. Es "inexplicable", seg¨²n la sentencia, "que esta sustancia se haya pasado por alto, lo que evidencia el escaso control de la cadena de custodia". Lo ¨²nico que queda, pues, son "pipas para fumar, papel de aluminio, bolsas termoselladas y balanzas de precisi¨®n" encontradas en el bar del Raval. Pero todo eso resulta "insuficiente" para firmar una condena.
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