Pol¨ªtico con may¨²sculas
Si queremos que nuestros pol¨ªticos tengan carisma. Si deseamos que se sientan queridos. Si la honestidad y la fidelidad al pueblo deben presidir sus actuaciones. Si los elogios queremos que los reciban con indiferencia. Si las responsabilidades p¨²blicas deseamos que las acepten con sencillez y discreci¨®n. Si queremos un pol¨ªtico discreto, sencillo, dialogante y cercano, un pol¨ªtico que piense en el presente como un proyecto con futuro. Un pol¨ªtico, en fin, que sepa gobernar sin desacreditar a sus adversarios, el ya ex presidente Manuel Chaves encarna estos valores. Sus planteamientos y sus posicionamientos en materias clave como la concertaci¨®n social y el Estatuto de Autonom¨ªa, no dejan margen al error. Son algunas realidades pol¨ªticas que muestran a las claras que el hasta ahora presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Manuel Chaves, ha estado siempre en la vanguardia de esta tierra durante 20 a?os. No se puede desconocer que el cambio social y econ¨®mico que ha tenido Andaluc¨ªa se ha logrado con ¨¦l elegido en las urnas. Seis legislaturas le reconocen como el elegido democr¨¢ticamente por los andaluces para representarnos en Espa?a y en el mundo.
Dicen que el poder corrompe. Es uno de los mitos m¨¢s populares. Tambi¨¦n que desgasta y fatiga y, de ah¨ª, la conclusi¨®n f¨¢cil de que alguien con mucho tiempo en el poder ya no pueda ser m¨¢s que una persona que privatiza los recursos p¨²blicos y un pol¨ªtico para los suyos. No para su pueblo ni el conjunto de la sociedad.
Javier Arenas, a la cabeza de la oposici¨®n andaluza desde siempre, sabe de estos mitos y los explota sin m¨¢s prueba que ¨¦l mismo. Javier Arenas sigue sin aceptar la cultura pol¨ªtica andaluza. Indudablemente que los pol¨ªticos pueden corromperse y traicionar la confianza en ellos depositada, pero tambi¨¦n sabemos que + tiempo en el poder = mayor corrupci¨®n no es una ley matem¨¢tica, sino un riesgo que asumir. El poder por s¨ª solo no corrompe, s¨®lo su interesado uso.
La confianza depositada en Manuel Chaves fue resultado de seis elecciones. Si Manuel Chaves fue elegido es porque el electorado confi¨® y conf¨ªa en ¨¦l, como ahora, en tiempos de dificultades, lo hace el presidente del Gobierno. Su tiempo en pol¨ªtica, y en Andaluc¨ªa como su presidente, ha tenido como resultado la cohesi¨®n de la comunidad como naci¨®n pol¨ªtica abierta al mundo. Es verdad que no por ello tenemos por qu¨¦ estar agradecidos a Manuel Chaves, pero nada impide que tengamos motivos para estar orgullosos del tiempo que ha ejercido como presidente. El pueblo catal¨¢n lo ha mostrado y lo muestra hacia Jordi Pujol, algo tan natural como que el pueblo andaluz est¨¦ orgulloso del presidente que eligi¨® en seis ocasiones. Algo que no es dif¨ªcil de comprender. Claro que no es lo que Javier Arenas pueda reconocer. Tiene la costumbre de seguir tomando a los andaluces por tontos. Cuando dice que Chaves nos ha tenido enga?ados, que han primado sus intereses personales y que la permanencia durante 19 a?os como presidente no es totalmente democr¨¢tica, est¨¢ diciendo que s¨®lo la falta de educaci¨®n y la herencia paternalista justifican la victoria de Chaves una y otra vez en las urnas y que ¨¦stas no garantizan la democracia. Es razonable, pues, que durante estas seis legislaturas Chaves se haya ganado el reconocimiento de Andaluc¨ªa y su cari?o, mientras Arenas s¨®lo haya merecido su parecido con el misionero que evangeliza, apareciendo como aquel que pensaba en salvar a los salvajes de la ignorancia de Dios.
Ahora que Chaves asume la vicepresidencia tercera del Gobierno y el Ministerio de Pol¨ªtica Territorial, Arenas sigue recalcitrante y extiende su verborrea hacia el nuevo candidato a presidente de la Junta y, en suma, a seguir acusando a Andaluc¨ªa de ser un pueblo que desconoce la cultura democr¨¢tica.
Se ha dicho de siempre que en la vida no se nos da nada hecho, que tenemos que hacernos. Tambi¨¦n, que s¨®lo cuando se logra ser lo que uno quiere ser se es uno mismo, y se es feliz. Sin duda, Manuel Chaves sigue si¨¦ndolo y contin¨²a cumpliendo esa tarea de querer hacerse a s¨ª mismo como pol¨ªtico y, sin duda tambi¨¦n, como persona. Es feliz. Enhorabuena.
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