Rebajas fiscales y nada del Gai¨¢s

Faltaron los grandes ¨¦xitos de la campa?a. Ni el Audi, ni los muebles de dise?o, ni el yate, que tanto resultaban en los m¨ªtines. Tan solemne ocasi¨®n requer¨ªa un mensaje distinto, as¨ª que desde el atril Alberto N¨²?ez Feij¨®o retom¨® el otro programa electoral, que el futuro presidente acostumbra a llamar "contrato con los ciudadanos". Tal y como hab¨ªan avanzado sus asesores, las promesas conocidas ocuparon el 80% del discurso de investidura. Por supuesto, mand¨® la econom¨ªa. "La crisis en la que injustamente meti¨® a Galicia el bipartito" de hace mes y medio fue ayer "resultado de una globalizaci¨®n econ¨®mica tal que ni siquiera los paraguas de los viejos Estados son capaces de cubrir a los ciudadanos".

Cambiado el diagn¨®stico, el presidente electo s¨ª mantuvo las soluciones de cuando era candidato: rebajas fiscales a las rentas medias y bajas, del 8% en el tramo gallego del IRPF, y promesa a los empresarios de negociar con el Estado nuevas bajadas en el impuesto de sociedades. El de sucesiones y donaciones pronto ser¨¢ historia. El Plan Galicia, en cambio, resucita cuatro a?os despu¨¦s, con el horizonte de 2015, y el de ahorro en la Administraci¨®n —con el que Feij¨®o pretende recuperar 100 millones de euros para sufragar tanta alegr¨ªa fiscal— arrancar¨¢ con el nuevo Gobierno. 16.000 grandes dependientes cobrar¨¢n su ayuda ya este a?o, prometi¨®, y la Sanidad garantizar¨¢ demoras m¨¢ximas de 45 d¨ªas para las pruebas diagn¨®sticas y de dos meses como m¨¢ximo en las operaciones. El compromiso de pactar con los otros partidos el director general de los medios p¨²blicos agot¨® sus argumentos electorales.

El medio centenar de p¨¢ginas de su discurso no disip¨®, en cambio, cinco interrogantes clave del mandato que comienza. Ni barra libre, ni todo lo contrario para los promotores en la costa. El candidato del PP evit¨® responder a la invitaci¨®n a firmar un decreto para preservar el 80% del litoral que la v¨ªspera le hab¨ªa lanzado la conselleira en funciones de Pol¨ªtica Territorial, Mar¨ªa Jos¨¦ Caride. Feij¨®o zanj¨® su respuesta en medio p¨¢rrafo. Se da seis meses para aprobar las Directrices de Ordenaci¨®n del Territorio y el Plan del Litoral. Qu¨¦ suceder¨¢ a partir del 17 de mayo, cuando expire la prohibici¨®n para edificar a menos de 500 metros del mar, es un titular que se guarda para m¨¢s adelante.

No fue m¨¢s expl¨ªcito el futuro presidente con sus planes para el concurso e¨®lico, l¨ªnea y media en el ep¨ªgrafe dedicado a energ¨ªa. Los reiterados anuncios de campa?a para derogar la norma aprobada por el bipartito se han quedado en el "mero an¨¢lisis y revisi¨®n del procedimiento para garantizar su adecuaci¨®n a la legalidad". Con todo, la alusi¨®n a los molinos de viento le propici¨® a Feij¨®o la ovaci¨®n de la ma?ana.

Muy aplaudida desde los esca?os populares fue tambi¨¦n su idea de acabar con las galescolas y abolir el decreto del gallego. "La norma aprobada sin consenso ser¨¢ sustituida por otra en la que participen y orienten los expertos con las respectivas consultas en libertad". No tiene pinta de que el nuevo decreto vaya a estar listo para el curso que viene, pero "impulsar¨¢ el triling¨¹ismo en los colegios y el respeto a los derechos individuales de las familias y los alumnos".

Alguna pista m¨¢s ofreci¨® el candidato a la C¨¢mara que lo investir¨¢ presidente el jueves sobre sus proyectos para el autogobierno. El Estatuto que ans¨ªa ser¨¢ un "medio para la mejor gesti¨®n de los servicios p¨²blicos, no un fin en s¨ª mismo". La propuesta de reforma que Feij¨®o presentar¨¢ a PSdeG y Bloque "respetar¨¢ la letra y el esp¨ªritu de la Constituci¨®n". No ser¨¢ antes de que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre el Estatut de Catalu?a, jurisprudencia que el pr¨®ximo presidente de la Xunta pretende aplicar a rajatabla en Galicia.

En el ep¨ªlogo de su alegato enumer¨® las propuestas culturales "sin dirigismos" que aplicar¨¢ desde el Gobierno. Y en ese cap¨ªtulo reson¨® en el hemiciclo, mucho m¨¢s que sus palabras, un silencio atronador. Ni una sola frase sobre la Cidade da Cultura tan querida por aquella Xunta en la que ejerci¨® como vicepresidente primero. Ni contenidos, ni proyecto cultural ni f¨®rmula de gesti¨®n. El vac¨ªo. Claro que su antecesor en el PP, Manuel Fraga, no estaba en la sala para escucharle. Y en el grupo parlamentario que Feij¨®o configur¨® a su gusto tampoco est¨¢n los ex conselleiros que la legislatura pasada torc¨ªan el gesto cada vez que su l¨ªder criticaba el macroproyecto del Monte Gai¨¢s.