Treinta a?os gobernando la proximidad
En abril de 1979 nacieron los ayuntamientos democr¨¢ticos. Su trabajo en la mejora de las ciudades y pueblos de Espa?a ha sido crucial. Ahora afrontan muchas tareas nuevas sin los correspondientes recursos
El 19 de abril de 1979 tomaron posesi¨®n los primeros alcaldes democr¨¢ticamente elegidos en los m¨¢s de 8.000 municipios espa?oles. Treinta a?os despu¨¦s estamos redescubriendo a los municipios. La pieza clave del Gobierno de Zapatero para combatir la crisis han sido los miles de millones de euros entregados a los gobiernos locales para animar y mantener la ocupaci¨®n. Constatamos que lo que hacen los municipios tiene que ver cada vez m¨¢s directamente con el bienestar de la gente. Y crece la convicci¨®n de que el factor de la proximidad es un elemento clave para mejorar la calidad y la eficacia de los servicios p¨²blicos.
Pero los gobiernos locales malviven con precariedad de recursos, acumulaci¨®n de tareas sin el adecuado reconocimiento legal o financiero y trabajando sin red, cara a cara con los ciudadanos. Hace a?os que se viene hablando de configurar un nuevo escenario para el poder local. Se han sucedido ministros, comisiones y borradores de ley, y no se ha desatascado el tema. En este inicio de siglo, los municipios espa?oles siguen esperando un nuevo marco competencial y financiero que reconozca y potencie su papel central en el bienestar ciudadano. La gente sabe que tener un gobierno local eficaz y eficiente es garant¨ªa de mejor calidad de vida, y no es ajeno a ello que los gobiernos locales sean la esfera de gobierno mejor valorada por los ciudadanos.
Los gobiernos locales necesitan fondos propios que los emancipen de la econom¨ªa del ladrillo
Es decisivo su papel en el empleo, la protecci¨®n social y la integraci¨®n de los inmigrantes
En estos 30 a?os, despu¨¦s de reconstruir ciudades y pueblos abandonados durante d¨¦cadas, la agenda municipal se ha ido complicando. A los cl¨¢sicos temas de urbanismo y servicios se han a?adido los problemas ambientales y la perspectiva de sostenibilidad, el impacto de la inmigraci¨®n, la irrupci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas y las carencias educativas, junto con exigencias de mayor participaci¨®n social. Todo ello en un proceso marcado por la creciente individualizaci¨®n y la crisis de las estructuras familiares tradicionales. En todos estos temas han estado implicados los ayuntamientos, y a pesar de ello, s¨®lo han sido noticia por problemas de corrupci¨®n pol¨ªtica y urban¨ªstica. Problemas que eran el espejo administrativo en el que se miraba un "modelo" econ¨®mico de desarrollo basado en el ladrillo y el pelotazo inmobiliario.
Es evidente que el poder pr¨®ximo es tambi¨¦n el m¨¢s vulnerable. Las carencias presupuestarias de los ayuntamientos encontraron alivio en las recalificaciones y las plusval¨ªas que generaban. Pero ese "c¨ªrculo virtuoso" en el que todos parec¨ªan ganar, acab¨® generando espacios grises en los que ya nadie sab¨ªa a qui¨¦n se estaba pagando, ni desde qu¨¦ base legal. Se necesitan reformas institucionales que lo eviten, sin convertir a los ayuntamientos en menores de edad institucional. Y para ello es importante dignificar la estructura financiera municipal. Con fondos propios, no condicionados a la condescendencia coyuntural y graciable del Gobierno del Estado o de las Comunidades Aut¨®nomas.
La realidad es que los gobiernos locales deben hacer frente a nuevas necesidades sociales en las que concurren competencias de otras esferas de gobierno. Se van aprobando nuevas leyes y decretos que inciden en la autonom¨ªa municipal y en su capacidad de actuaci¨®n. Existen infinidad de materias en las que intervienen el Estado, las Comunidades Aut¨®nomas y los gobiernos locales y el sistema de atribuciones competenciales deja casi siempre a los municipios a merced de normas sectoriales, estatales o auton¨®micas. Leyes sobre sanidad, educaci¨®n, vivienda, ocupaci¨®n, equipamientos comerciales, seguridad ciudadana, inmigraci¨®n, por poner algunos ejemplos, provocan un debate pol¨ªtico y social que olvida la realidad municipal. Los gobiernos locales, sin competencias formales espec¨ªficas y significativas en muchos de esos campos, est¨¢ constantemente bregando para hacer frente a las necesidades de la ciudadan¨ªa en estos terrenos, mientras se le va cargando con nuevas responsabilidades que no van acompa?adas de los recursos suficientes. En este contexto, deber¨ªamos descentralizar determinadas competencias a los entes locales, dando sentido a los principios de proximidad y de subsidiariedad, como han hecho algunos de los nuevos Estatutos de Autonom¨ªa.
No es s¨®lo un problema de reequilibrar las esferas de gobierno y administraci¨®n. Lo significativo es que los gobiernos locales ejercen una aportaci¨®n espec¨ªfica y cualitativamente significativa en la reestructuraci¨®n de los modelos de bienestar, y lo que reclaman es que ello se reconozca, formal y financieramente. En educaci¨®n qui¨¦n mejor que la esfera municipal para vincular formaci¨®n y cohesi¨®n social, para adaptar la escuela al entorno y establecer alianzas sociales, para integrar la diversidad de recursos locales en el proceso educativo a lo largo de toda la vida. Igualmente, en el mercado de trabajo es innegable la conveniencia de la descentralizaci¨®n de las pol¨ªticas activas de ocupaci¨®n dada su dimensi¨®n integradora y su capacidad para aprovechar mejor las oportunidades de empleo, como reconoce el Plan Zapatero de inversi¨®n local. Igualmente, en pol¨ªtica de vivienda el gobierno local deber¨ªa tener m¨¢s protagonismo, dada la estrecha relaci¨®n que vincula proceso urban¨ªstico y oferta de vivienda.
Asimismo, es en la esfera local donde se identifican mejor las situaciones de marginaci¨®n y exclusi¨®n, muy relacionadas con problemas de degradaci¨®n de barrios espec¨ªficos. La experiencia de la llamada Ley de Barrios en Catalu?a y sus secuelas en otras comunidades aut¨®nomas, muestran la potencialidad de la concertaci¨®n entre gobiernos auton¨®micos y gobiernos locales en procesos integrales de regeneraci¨®n urbana. Sin el esfuerzo de los ayuntamientos, la gran transformaci¨®n que implic¨® la llegada s¨²bita de millones de inmigrantes no hubiera sido manejable. Porque no hemos tenido pol¨ªticas de inmigraci¨®n, hemos tenido pol¨ªticas de extranjer¨ªa. Y s¨®lo los gobiernos auton¨®micos, y sobre todo los locales, han asumido la tarea de articular d¨ªa a d¨ªa los procesos de acomodaci¨®n e inclusi¨®n de los nuevos residentes, y ese papel debe ser reconocido institucionalmente.
Por otro lado, al lado de la mayoritaria Espa?a urbana, se precisan pol¨ªticas espec¨ªficas para los municipios rurales que aborden la baja densidad, la falta de econom¨ªas de escala que hagan rentables inversiones de infraestructura o de comunicaciones, la baja cobertura t¨¦cnica de sus instituciones o la necesidad de repensar su desarrollo. Y son tambi¨¦n los municipios los principales bancos de prueba de metodolog¨ªas de desarrollo comunitario y de nuevas formas de participaci¨®n ciudadana.
Como reclama la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias (FEMP) en su declaraci¨®n sobre el 30 aniversario de la democracia local, el debate sobre los ayuntamientos deber¨¢ no s¨®lo establecer su papel institucional, sino tambi¨¦n incorporar el tema de la financiaci¨®n. Es necesario considerar f¨®rmulas de financiaci¨®n como la participaci¨®n de los entes locales en el IRPF auton¨®mico. Esta v¨ªa incrementar¨ªa la transparencia del sistema de financiaci¨®n municipal y ayudar¨ªa a establecer una mejor vinculaci¨®n del IRPF con los servicios que financia. Convendr¨ªa, asimismo, que se les permitiera un endeudamiento controlado y que se les eximiera del IVA en ciertos casos, reforzando al mismo tiempo los incentivos a mancomunarse y los controles que sean necesarios.
Pero ¨¦ste no es un asunto estrictamente espa?ol. El debate sobre la necesidad de fortalecer y mejorar el rendimiento del gobierno local para contribuir al bienestar y la cohesi¨®n social, tiene una dimensi¨®n global. As¨ª se desprende del Primer Informe Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (www.cities-localgovernments.org), aparecido hace unos meses. En uno de sus trabajos, Amartya Sen afirma: "El indigente desesperado que desea simplemente seguir vivo, la mujer de hacer faenas que busca algunas horas de respiro, el ama de casa sometida que lucha por un poco de autonom¨ªa individual, probablemente todos ellos han aprendido a formular deseos que corresponden a sus situaciones". Sus deseos nos pueden parecer peque?os, pero, como concluye Sen, "en algunas vidas, los peque?os espacios, las peque?as cosas, importan mucho". He ah¨ª la clave del valor de la proximidad, y el valor diferencial que pueden aportar unos gobiernos locales, dispuestos a compartir protagonismo con la ciudadan¨ªa, dotados de competencias y recursos suficientes y de los controles necesarios.
Joan Subirats es director del Instituto de Gobierno y Pol¨ªticas P¨²blicas de la UAB.
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