El jazz madrile?o, en clave latina
Los m¨²sicos del otro lado del Atl¨¢ntico transforman los conciertos en la capital
Si vive en esta ciudad, le gusta el jazz y ha pisado alguno de sus clubes m¨¢s c¨¦lebres, deber¨ªa sonarle el saxo de Rom¨¢n Fili¨² o la trompeta de Jerry Gonz¨¢lez. A?ada a la lista el piano de Javier Mass¨®, conocido tambi¨¦n bajo el apodo de Caramelo. Porque aparte de su profesi¨®n, tienen algo m¨¢s en com¨²n: son tres de los nombres m¨¢s representativos de los m¨²sicos latinoamericanos que hace a?os decidieron mudarse a Madrid y, sin plan previo, mutar su escena jazz¨ªstica.
Caramelo, nacido en la capital de Cuba all¨¢ por 1967, fue uno de los primeros en llegar. "Ahora cumplo una d¨¦cada aqu¨ª, aunque llevo en Espa?a desde el 92", confiesa oculto tras unas gafas de sol. "Los primeros siete a?os viv¨ª en las Canarias, pero al final se me qued¨® chico. Fue tras una gira con Isaac Delgado, otra con Celia Cruz, y ver que toda la gente con la que sol¨ªa tocar eran de aqu¨ª, cuando decid¨ª cambiar".
"Una 'jam' es impredecible", asegura el cubano Caramelo
Hay bajas sensibles, como el Boguijazz, precintado por el Ayuntamiento
Se?alado como uno de los herederos de Bebo Vald¨¦s, al que cita como "el gran maestro", el curr¨ªculo del prol¨ªfico Javier Mass¨® podr¨ªa llenar toda esta p¨¢gina. Su pulsar del teclado no s¨®lo forma parte de la historia del jazz, sino de las obras de gente tan dispar como Andr¨¦s Calamaro o Enrique Morente.
"En un mes saldr¨¢ el disco de Jerry Gonz¨¢lez y El Comando de la Clave. Puro latin jazz, pero hemos hecho una cosa de flamenco cubano que va a ser un batacazo", anuncia efusivo sobre su en¨¦simo proyecto en una c¨¦ntrica cafeter¨ªa junto a la plaza de Espa?a. A cuatro pasos de ¨¦sta, cruzando la calle de la Princesa hacia Conde Duque, se encuentra el club donde el propio Javier Mass¨® dirige cada jueves su ya c¨¦lebre jam session. En ella, al grupo fijo que forman nuestro protagonista junto a Roberto Timan¨¢ (congas), Ala¨ªn P¨¦rez (bajo) y Kike Ferrer (bater¨ªa) se suman, seg¨²n el d¨ªa (y el humor de cada uno), ilustres como el citado Jerry Gonz¨¢lez, la voz de Diego El Cigala, la flauta de Jorge Pardo o artistas de paso por la ciudad como miembros de los Van Van. "Una jam es impredecible, siempre surgen ideas, cosas que no se ven en los conciertos. La magia de lo que se toca y de lo que se crea en el acto es alucinante", publicita su responsable antes de dar rienda suelta, una vez m¨¢s, a su verbo florido con dejes aflamencados. "En cuanto a espectadores, tambi¨¦n viene gente de todo tipo. Muchos de los que tocan, sobre todo los estudiantes, encuentran aqu¨ª su futuro y su camino".
La de Caramelo es una de las jam sessions que en los ¨²ltimos a?os han proliferado en Madrid. Hay que lamentar bajas sensibles como la del Boguijazz, precintado por el Ayuntamiento el pasado octubre, pero aun as¨ª la oferta existente durante la semana es para mojar pan. Y en escenarios relativamente j¨®venes que, para suerte de los amantes del g¨¦nero que no madruguen al d¨ªa siguiente (todas suelen empezar a partir de la medianoche), complementan la programaci¨®n fija de hist¨®ricos como el Caf¨¦ Central, Populart o la Sala Clamores.
A destacar, la jam m¨¢s orientada al soul que cada lunes alberga el Marula Caf¨¦ (Ca?os Viejos, 3, esquina a Bail¨¦n, 27). Un d¨ªa despu¨¦s, en El Junco (plaza de Santa B¨¢rbara, 10), la que ofrece y lidera el bater¨ªa Valent¨ªn Iturat. Los mi¨¦rcoles toca ir al Moe (Alberto Alcocer, 32) para ver con qu¨¦ sorprende el m¨²sico Antonio Xim¨¦nez. Y quien haya resistido la embestida del fin de semana, puede apurar sus ¨²ltimas reservas todos los domingos en la sala Bar & Co. (Barco, 34), en pleno barrio de Malasa?a.
Pero al repasar la historia de las jam sessions de jazz de la capital, Javier Mass¨® no tiene duda en elegir a su favorita: la que a principios de 2000 se celebraba cada domingo, tambi¨¦n dirigida por ¨¦l, en el Caf¨¦ Berl¨ªn.
Aquella olla a presi¨®n junto a la plaza de Callao se convirti¨® en el punto de encuentro entre artistas flamencos y m¨²sicos de jazz reci¨¦n llegados desde el otro lado del Atl¨¢ntico. Noches interminables de fusi¨®n sin frenos que provocaron fen¨®menos m¨¢s medi¨¢ticos como el club Calle 54 de Fernando Trueba y sembraron la semilla de discos como el superventas L¨¢grimas negras. "El flamenco tiene muchas cosas de la m¨²sica cubana. Tiene mucho de la rumba, de la guajira y, c¨®mo no, tambi¨¦n tiene en com¨²n la libertad de expresi¨®n a la hora de las definiciones emocionales", resume.
Gracias a esa mixtura que gente como ¨¦l han alimentado, Madrid se ha situado en t¨¦rminos creativos en el mapamundi del jazz mundial. Pero la felicidad del entrevistado no es completa. Ni de lejos. "A los que estamos en esto nos falta apoyo. Me resulta muy doloroso ver c¨®mo cierran los sitios donde hay m¨²sica, donde el hombre se crea y se hace persona. Me parece una cosa de catetos, de gente ignorante. As¨ª de claro. ?De qu¨¦ viven entonces los que damos al pueblo esa satisfacci¨®n?", critica con vehemencia. "El Ayuntamiento, a esos locales que hacen conciertos, que son obras en beneficio de la cultura, deber¨ªa darles el s¨ª definitivo. Porque Espa?a es una potencia musical y hay gente que se la est¨¢ cargando".
'Jam' de Caramelo. Tempo Club. Duque de Osuna, 8. Todos los jueves. Dos pases: a las 23.30 y a la 1.00. Precio de las entradas: tres euros y ocho euros con consumici¨®n.
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