Rajoy, Gallard¨®n y Aguirre arropan una toma de posesi¨®n con s¨®lo 60 gaiteiros

Los conserjes del Parlamento vieron ayer por primera vez la toma de posesi¨®n de un presidente y todo gracias a la crisis. En las anteriores ocasiones, el d¨ªa grande, estos funcionarios de azul marino eran apartados, y suplantados por j¨®venes azafatas contratadas para la sesi¨®n. "Eran m¨¢s guapas y ten¨ªan m¨¢s estilo que nosotros", reconoce una ordenanza con 18 a?os de hemiciclo a sus espaldas, "pero ¨¦sta me parece una buena medida". Eso s¨ª, despu¨¦s de que el presidente prometi¨® sobre la Biblia (la de Carballo Calero, de 1922), en el acto m¨¢s folcl¨®rico el PP s¨ª tuvo que echar mano de unas se?oritas de rojo porque en la plaza del Obradoiro, que se sepa, no hay bedeles en n¨®mina. El recorte, aqu¨ª, a quienes perjudic¨® fue a los gaiteiros. El ERE afect¨® al 99% de los que en 2001 hicieron temblar los cimientos de la Catedral. De 6.000 m¨²sicos pasaron a ser 60. La pompa de tiempos de Fraga (que ayer se dejaba querer, encogido, asido a una caja de bombones Lindt que alguien le regal¨®), hubiera estado mal vista.

Chinny renuncia al periodismo para seguir a su novio presidente

Los de la Real Banda de Gaitas de Ourense tocaron, como siempre, los dos himnos: el del Antiguo Reino y el de la nueva era con rey en la Zarzuela. Y en el que tiene letra, para que el p¨²blico no se perdiera, vocalizaba desde el escenario Luc¨ªa P¨¦rez, la cantante de O Incio que descubri¨® el programa Canteira de Cantareiros de TVG. P¨¦rez, gesticulando como si estuviera en Eurovisi¨®n, libr¨® a muchos destacados del PP de las miradas del p¨²blico. Pocos se dieron cuenta de que abundan los que no se saben la canci¨®n.

A lo largo de la ceremonia de investidura, con su parte alfombrada en el Parlamento y su parte empedrada en el Obradoiro, quienes dejaron claro que les gusta el himno fueron Anxo Quintana y Micaela, la hermana de Feij¨®o. ?sta ech¨® a un lado por un momento el chicle que saboreaba (a mand¨ªbula batiente) mientras escuchaba el discurso del nuevo presidente, y enton¨® el c¨¢ntico con pasi¨®n. En la primera fila, no era la ¨²nica que mascaba.

Adem¨¢s de la familia Feij¨®o al completo, a los actos asistieron los habituales representantes de las llamadas fuerzas vivas, pol¨ªticos y simpatizantes del PP. Estaban todos los ex presidentes, Chaves, Gallard¨®n, De Cospedal, una Soraya S¨¢enz con ganas de "repetir el cocido de Coristanco", una Aguirre que perdi¨® el avi¨®n y lleg¨® tarde y un Rajoy que cabeceaba. El l¨ªder popular luchaba por vencer el peso de las pesta?as mientras a Feij¨®o (vestido de Etiem, "moda gallega") se le quebraba la voz al recordar la dura vida de los padres, "traballando arreo" en la "penuria de la postguerra". Pero aunque Rajoy durmiese, en los momentos emotivos, y hubo varios, ah¨ª estaba para aplaudir la familia pol¨ªtica del pol¨ªtico de Os Peares. Su novia Chinny G¨¢mir, que hace tres d¨ªas present¨® la carta de renuncia como periodista de La Regi¨®n para entregarse a la causa presidencial, y la madre y la t¨ªa de ¨¦sta. Dos rubias platino que romp¨ªan el paisaje entre vecinos de O Porri?o, Dumbr¨ªa y Cedeira.

La desgana de Quintana y Aymerich (los primeros en desaparecer cuando acab¨® el acto obligado de la C¨¢mara) contrastaba con la alegr¨ªa del p¨²blico que llenaba la plaza compostelana. "Feij¨®o, O Obama galego", proclamaba una pancarta de Bueu. Entre la muchedumbre asomaban otros carteles triunfales y bastantes banderas de Espa?a.

En el Obradoiro hab¨ªa una representaci¨®n de los vecinos de Os Peares. Como no todos pod¨ªan entrar en el Parlamento (en la sala de la toma s¨®lo cab¨ªan 185 sillas), echaron a suertes qui¨¦nes pasaban. Los afortunados fueron Manuel Gonz¨¢lez, Manuel N¨®voa, Enrique P¨¦rez, Loli Gonz¨¢lez y Toni P¨¦rez. Luego, al aire libre, hab¨ªa muchos m¨¢s siareiros dispuestos a saludar al presidente a cualquier precio. No llovi¨® en todo el tiempo e incluso sali¨® el sol, pero al final, despu¨¦s de que la Berenguela tocase la una, empez¨® a caer el agua. Feij¨®o, que quer¨ªa resguardarse en los soportales de Raxoi, acab¨® empapado porque la avalancha de amigos que lo llamaban "Berto" no lo dejaba avanzar. "?A ver, me cago en la leche!", salt¨® el presidente "de todos los gallegos" para que lo soltaran sus fans.