Poes¨ªa desinhibida
Poes¨ªa. Por alguna raz¨®n dif¨ªcil de entender, ciertos premios literarios habilitan una secci¨®n para poetas j¨®venes, como si los jurados palmearan paternalistamente al escritor incipiente mientras le instan a esperar a que llegue su turno generacional. As¨ª el Loewe. Sin apelar al socorrido Rimbaud, ?qu¨¦ habr¨ªa pasado si hubiera concurrido al mismo el Claudio Rodr¨ªguez de Don de la ebriedad, o el Pere Gimferrer de Arde el mar? Misterios insondables: ni el omnipotente puede hacer que haya ocurrido lo que no ha tenido lugar. El premio mayor de esta edici¨®n ha sido para la hispanouruguaya Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941), que a?ade un nuevo libro a su Poes¨ªa reunida (Lumen, 2005). El confesionalismo de Playstation no cede ante el anonimato de quien se parapeta tras un seud¨®nimo por exigencia de las bases del concurso (ni tiene por qu¨¦ hacerlo, si es que forma parte de su sistema po¨¦tico); pero tampoco rinde tributo a las exigencias de la l¨ªrica, por m¨¢s que algunos entiendan la poes¨ªa como un g¨¦nero que cuestiona su identidad y solicita habitar fuera de su propio recinto. La jaleada pregunta de B¨¦cquer ("?Qu¨¦ es poes¨ªa?...") nunca ha sido tan pertinente como ahora.
Playstation
Cristina Peri Rossi
Visor. Madrid, 2009
84 p¨¢ginas. 8 euros
El libro de Peri Rossi es una secuencia de estampas autobiogr¨¢ficas veros¨ªmiles (la autora sabr¨¢ si tambi¨¦n son verdaderas) a cuyo trav¨¦s el lector conoce al sujeto que nos habla de s¨ª: una mujer madura, amante de otras mujeres, perdida en la turbamulta urbana, escritora carente de la vocaci¨®n o el oficio requeridos para conquistar el mercado... Desplegados en una serie de enunciaciones narrativas, los poemas se presentan sin apenas puntuaci¨®n y con escasos conectores que aten el discurso, lo que los convierte en una yuxtaposici¨®n de azarosos avatares existenciales: "Cuando hab¨ªan pasado cinco horas yo todav¨ªa no hab¨ªa escrito / una sola l¨ªnea / as¨ª que me puse a escribir este poema / Llam¨¦ a los de la editorial / y les dije creo que para lo ¨²nico que sirve / la lectura / es para escribir poemas / no puedo decirles m¨¢s que eso". Cuento, y no canto, el libro es un relato desinhibido de un yo macerado por los sucesos anodinos de su existencia: un atropello, una noche de hospital, sue?os de un erotismo incestuoso, la PlayStation como icono de la ausencia de aventura, las miserias de la vida socioliteraria. No hay en los poemas m¨¢s ritmo que el constituido por la sarta de nonadas enjaretadas por algunas letan¨ªas formularias. La voz es siempre la de la autora, para quien la literatura parece haberse recluido en el desv¨¢n de lo inservible: "Me llaman de una editorial / y me piden que escriba / cinco folios sobre la necesidad de la lectura // No pagan muy bien / ?Qui¨¦n podr¨ªa pagar por un tema as¨ª?". Migajas de las migajas, la escritura queda como "un residuo, / un excremento de la vida".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.