Espa?a es diferente
Espa?a es una econom¨ªa muy diferente al resto de su entorno. Ha disfrutado de un largu¨ªsimo ciclo alcista, que ha durado m¨¢s de una d¨¦cada y ha generado tasas medias de crecimiento econ¨®mico cercanas al 3%, contribuyendo a reducir la brecha de crecimiento con respecto a los vecinos europeos. Goza tambi¨¦n de un banco central con un servicio de estudios de reconocido prestigio internacional, y con un sistema de supervisi¨®n y regulaci¨®n financiera l¨ªder que ser¨¢ la base de la futura estructura regulatoria mundial. Sin embargo, tambi¨¦n tiene una estructura econ¨®mica peculiar y anticuada, con m¨¢s de la mitad de los dep¨®sitos del sistema bancario gestionados por entidades, las cajas de ahorros, muy protegidas de la disciplina de mercado y con un alt¨ªsimo nivel de politizaci¨®n en su gesti¨®n. Espa?a tambi¨¦n ostenta varios r¨¦cords econ¨®micos. Gener¨® la mayor apreciaci¨®n en t¨¦rminos porcentuales del mercado inmobiliario; cre¨® un d¨¦ficit por cuenta corriente r¨¦cord -medido en d¨®lares, tan s¨®lo segundo tras los EE UU- y un alto diferencial de inflaci¨®n que deterior¨® de manera notable la competitividad de la econom¨ªa; sufre la mayor tasa de fracaso escolar de la OCDE; y posee varias medidas extremas de rigidez de las instituciones y de temporalidad del mercado laboral, que se reflejan en el rapid¨ªsimo aumento del paro durante esta crisis.
Cualquier sugerencia de reforma es recibida con un coro de oposici¨®n
Estad¨ªsticas aparte, cuando uno profundiza un poco en el an¨¢lisis de la econom¨ªa espa?ola el veredicto es preocupante. Un excelente -y acad¨¦micamente riguroso- estudio recientemente concluido por Rafael Dom¨¦nech del BBVA y ?ngel de la Fuente de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (Convergencia real y envejecimiento: retos y propuestas), proporciona una "auditor¨ªa" detallada de la calidad del crecimiento en las ¨²ltimas d¨¦cadas. El resultado es simple pero contundente: la econom¨ªa espa?ola, tras este largu¨ªsimo periodo de bonanza, se encuentra en la misma situaci¨®n relativa -con respecto a las econom¨ªas avanzadas- que estaba en 1975. En t¨¦rminos t¨¦cnicos, el diferencial negativo de renta per c¨¢pita se sit¨²a en un 20%, el mismo que en 1975. Es decir, a pesar de haber gozado de uno de los periodos de crecimiento global m¨¢s boyantes de la historia reciente, lo ¨²nico que hemos conseguido es recuperar el terreno perdido durante la crisis econ¨®mica de los a?os 1980. Es m¨¢s, si uno entra en los detalles del estudio, observa que la calidad del diferencial es peor hoy de lo que era en 1975, ya que hemos perdido posiciones en productividad a costa de una mejora del componente demogr¨¢fico (derivado de una rapid¨ªsima inmigraci¨®n que no puede durar eternamente). Las soluciones recomendadas son bien conocidas: aumentar la flexibilidad del mercado laboral para reducir la gran injusticia existente entre la alt¨ªsima protecci¨®n laboral de los trabajadores cualificados y la alt¨ªsima temporalidad de los j¨®venes y menos cualificados; mejorar el sistema educativo para reducir la brecha de productividad; y reducir la generosidad y duraci¨®n de las pensiones, porque el sistema de pensiones actual, se mire como se mire, es actuarialmente insolvente. El art¨ªculo presenta un buen n¨²mero de simulaciones que demuestran que, aun bajo supuestos muy optimistas sobre la evoluci¨®n del empleo y del crecimiento, el sistema de pensiones no es sostenible.
Estas conclusiones y recomendaciones no son nuevas. Son las conclusiones y recomendaciones que las instituciones internacionales han comunicado a las autoridades espa?olas, a?o tras a?o, durante las ¨²ltimas d¨¦cadas -recomendaciones que se ignoran-, y que sugieren que Espa?a padece de un grave problema de econom¨ªa pol¨ªtica que le impide adoptar las reformas necesarias.
Una de las frases preferidas de la Administraci¨®n de Obama es que una crisis es algo demasiado ¨²til como para desaprovecharlo. Espa?a, sin embargo, parece adoptar la estrategia opuesta. A pesar de la profunda necesidad de cambio estructural, cualquier sugerencia de reforma -del mercado laboral, de las pensiones, de las cajas de ahorros- es recibida con un coro muy bien coordinado de oposici¨®n por parte de los principales partidos pol¨ªticos y de los agentes sociales.
?Por qu¨¦? Por dos razones fundamentales. En Espa?a el debate econ¨®mico independiente ha pr¨¢cticamente desaparecido. En la mayor¨ªa de los pa¨ªses existen centros de estudios independientes, y se crean comisiones bipartidistas para temas espec¨ªficos, que proveen recomendaciones a los Gobiernos. Y, como siempre, tenemos un fuerte problema de incentivos. El statu quo representa una profunda injusticia intergeneracional, donde los j¨®venes e inexpertos, los menos representados pol¨ªticamente, salen perjudicados debido a la dualidad del mercado laboral y la insolvencia del sistema de pensiones.
Esconder los problemas bajo la alfombra no es la manera de resolverlos. Espa?a goza de un nutrido grupo de economistas de alto prestigio internacional. Ha llegado la hora de crear una comisi¨®n independiente para la reforma econ¨®mica espa?ola.
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