"Cualquier desaf¨ªo debe ser mayor que uno mismo"
Lleg¨® a N¨ªger como flamante embajadora de Espa?a a una legaci¨®n inexistente. Dispon¨ªa de un m¨®vil y un ordenador. Mont¨® la embajada de la nada y ahora ha vuelto a Madrid para dirigir la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional y de Desarrollo (AECID), un organismo p¨²blico de una envergadura de v¨¦rtigo: 1.200 empleados; 1.000 millones de euros de presupuesto anual.
Santanderina, 46 a?os, Elena Madrazo ha elegido un restaurante japon¨¦s pr¨®ximo a la plaza de Espa?a que conoce bien y cuyos platos consume con rapidez. Recomienda el sashimi de at¨²n tostado, verdaderamente exquisito, y a los postres compartimos una mousse y un helado. Pero Jap¨®n nunca ha estado entre sus destinos. Aunque las mujeres se van abriendo paso en la carrera diplom¨¢tica, casi todos han sido hasta ahora m¨¢s modestos: Mauritania, Guatemala, Colombia y N¨ªger, donde ha sido embajadora por vez primera. Tambi¨¦n pas¨® por la embajada en Alemania, pero el trabajo le result¨® aburrido.
La jefa de la Agencia de Cooperaci¨®n estrena un reto de 1.000 millones
La descripci¨®n de Madrazo sobre su primer destino al frente de una legaci¨®n diplom¨¢tica dista mucho de cumplir el clich¨¦. "No ten¨ªamos oficina, ni residencia. Al principio estaba yo sola con una diplom¨¢tica joven. Despu¨¦s fuimos ya cuatro o cinco personas. Viv¨ªamos y trabaj¨¢bamos en el mismo sitio. Parec¨ªa la casa de Gran Hermano. Y nos tocaba hacer de todo, pero nos re¨ªmos mucho". La penuria de medios no le impidi¨® montar all¨ª, al poco de llegar, el III Encuentro de Mujeres Africanas que organiza el Gobierno espa?ol. "No s¨¦ c¨®mo lo hicimos, pero s¨¦ que para m¨ª el fracaso no exist¨ªa como hip¨®tesis".
A N¨ªger se fue sin familia. Es quiz¨¢ la mayor dificultad de la carrera diplom¨¢tica; esa cierta vida n¨®mada. Pero ella asegura tajante: "No hay que renunciar a nada para tener algo. ?sa es una pel¨ªcula que le han hecho creer a muchas mujeres. Yo no he renunciado a nada y mi reto en la AECID es, b¨¢sicamente, trabajar".
De N¨ªger se ha tra¨ªdo a su perra y una idea clara de c¨®mo hay que cooperar con los pa¨ªses africanos, estableciendo, dice una relaci¨®n de socios, acompa?¨¢ndoles en sus pol¨ªticas, sin imponer nada. "Ellos, adem¨¢s, tambi¨¦n han aprendido y exigen controlar los programas de cooperaci¨®n. Lo mejor es trabajar en comisiones mixtas". Ha conocido de cerca la pobreza y, en ella, a los m¨¢s despose¨ªdos de entre los m¨¢s desfavorecidos: las mujeres y los ni?os.
Antes de ir a N¨ªger fue subdirectora de la AECID. "Se puede decir que fui un momento al ba?o y volv¨ª", bromea. El par¨¦ntesis africano ha durado 22 meses, tiempo suficiente para que ella haya cambiado y la agencia, dice, tambi¨¦n. Las dos han crecido. La agencia, a un ritmo mayor, dado el refuerzo de la cooperaci¨®n espa?ola. "No nos damos cuenta del momento hist¨®rico que vivimos. En cooperaci¨®n hemos dado un salto que todav¨ªa nos cuesta creer", explica la que ahora es una de las m¨¢s importantes responsables en ejecutar el proyecto gubernamental de alcanzar el 0,7% del PIB en ayuda oficial al desarrollo, un nivel que s¨®lo cinco peque?os pa¨ªses del norte de Europa han alcanzado. Sabe que la AECID es ahora m¨¢s compleja, pero el desaf¨ªo tampoco le asusta. "El proyecto tiene que ser siempre m¨¢s grande que uno".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.