"La casa de Bernarda Alba' es como una fosa o un archivo"
Llu¨ªs Pasqual ya tiene lista La casa de Bernarda Alba. Se le ve tranquilo, relajado. En la terraza del bar del Auditorio, junto al Teatre Nacional de Catalunya (TNC), en Barcelona, donde estrenar¨¢ esta noche (Sala Petita, 20.00 horas) su montaje, encabezado por N¨²ria Espert y Rosa Maria Sard¨¤, pide una Coca-Cola con mucho hielo y se arrebuja en su elegante tres cuartos gris de Armani ("de outlet, ?eh!"). Con su cuaderno de direcci¨®n lleva Anatom¨ªa de un instante, de Javier Cercas, que le han regalado por Sant Jordi. "?Por qu¨¦ volver a Lorca? Quiero ir montando todas sus obras. Excepto Yerma, que no me atrever¨¦ nunca a hacerla, porque ya est¨¢ hecha, la hicieron, de manera inolvidable, juntos, V¨ªctor Garc¨ªa, N¨²ria Espert y Fabi¨¤ Puigserver; la v¨ª y no me la podr¨¦ borrar nunca de la memoria. La Bernarda, as¨ª llamamos a la pieza, no sab¨ªa c¨®mo explicarla y de repente se juntaron muchas cosas que me permitieron afrontarla, dos decisivas: tener el reparto que necesitaba y esa idea de la memoria hist¨®rica de la que hablamos desde hace a?os. Bernarda se nos aparece como un documento vivo, igual que se abre una fosa o un archivo, como el de Salamanca. Porque Lorca, lo dice ¨¦l mismo al principio, tras el t¨ªtulo y los personajes —'el poeta advierte que estos tres actos tienen la intenci¨®n de un documental fotogr¨¢fico'— tiene inter¨¦s en recalcar ese aspecto. Bernarda es un documento que gracias al teatro puede revivir".
"Hay una qu¨ªmica magn¨ªfica entre N¨²ria Espert y Rosa Maria Sard¨¤"
Para Pasqual, ese documento que es la obra de Lorca, que explica la historia de Bernarda y sus cinco hijas y el luto de ocho a?os a que las condena, muestra "el segundo antes del Big Bang, ese momento tan tenso que precede a la explosi¨®n de la Guerra Civil y que pillar¨¢ al propio Lorca de los primeros". El director considera La casa de Bernarda Alba "sin duda la m¨¢s universal" de las obras de Lorca. "Lo que queda de ella es el retrato, con los trazos negros del Gernika, de nuestra manera, espa?ola, de ser de derechas. La defensa a ultranza de una fachada, de una nuez vac¨ªa, de una actitud basada en unos principios eternos que alguien, no se sabe qui¨¦n, dict¨® no se sabe cu¨¢ndo. ?sa es la actualidad de la obra, ese eco gen¨¦tico".
Pero, matiza Pasqual, la pieza no es s¨®lo documento. "Al igual que una foto no es la realidad, sino reflejo de la realidad, Bernarda, junto a esa parte que discurre de manera realista, naturalista, incluye tambi¨¦n un r¨ªo negro, subterr¨¢neo, una po¨¦tica que acompa?a a lo otro, a la foto, como su negativo; es imprescindible dar los dos planos".
Es una obra desesperanzada. "No hay posibilidad de cambio, A Bernarda se le ha roto la matriz. Se le ha colgado la hija. Terminar¨¢ proclamando: '?Mi hija ha muerto virgen!', envolviendo a todos en un mar de luto y ordenando silencio. Detr¨¢s de eso no hay nada, ni siquiera una idea religiosa. Nada m¨¢s que el principio de autoridad, del poder por s¨ª mismo". Pasqual eligi¨® hacer La casa de Bernarda Alba cuando el director del TNC, Sergi Belbel, le propuso dirigir (por primera vez, antes, en ¨¦poca de Josep Maria Flotats hab¨ªa participado en un recital de poemas de Lorca, precisamente, tambi¨¦n con N¨²ria Espert)- en el Nacional. Dice que no hubo ninguna oposici¨®n a su proyecto. "Hacer Lorca en castellano en el TNC "me mola", apunta. Recuerda que el poeta va unido "a dos nombres m¨¢s catalanes imposible, como son la Xirgu y la Espert, por no hablar de Dal¨ª". Y recalca con iron¨ªa: "Algo entendemos los catalanes del teatro de Lorca". Seg¨²n Pasqual, "deber¨ªamos estar todos muy contentos de tener un teatro nacional en el que se puede actuar en dos lenguas que todos los espectadores comprenden; eso es un lujo".
Pasqual sostiene que La casa de Bernarda Alba "no es una obra tan andaluza; es m¨¢s castellana, m¨¢s seca, m¨¢s ¨¢rida. No hay en ella ni un gramo de senequisimo, de contenci¨®n, de serenidad". El montaje, coproducci¨®n del TNC con el Teatro Espa?ol de Madrid y de 1,35 horas de duraci¨®n, iba a contar inicialmente con un reparto compuesto de actores de toda Espa?a, pero finalmente se decidi¨® hacerlo s¨®lo con int¨¦rpretes de Catalu?a.
Que se represente el espect¨¢culo en la sala peque?a y no en la estelar, la grande, lo pidi¨®, asegura, el propio Pasqual: Cuando se habla de represi¨®n, violencia, injusticia, se tiende, y con Lorca a¨²n m¨¢s ha fabricar grandes s¨ªmbolos, cuando se trata de cosa muy pr¨®ximas, que hacemos los humanos; yo quer¨ªa que se viera el mal de cerca, como si os asom¨¢ramos desde un balc¨®n al mundo de Bernarda". La escenograf¨ªa es sin embargo visualmente muy poderosa."Es la que indica el propio Lorca, blanca, sencilla". Obra de mujeres, donde, parad¨®jicamente, "la represi¨®n se ejerce en nombre del machismo m¨¢s exacerbado", la protagonizan Espert (Bernarda) y Sard¨¤ (Poncia, "mucho m¨¢s que una criada respondona, a la que Bernarda no hubiera aguantado 30 a?os; todo un car¨¢cter"). Hay "una qu¨ªmica magn¨ªfica" entre las dos actrices. "Se respetan y se quieren. Hacen falta dos enormes actrices para esta pieza, para conseguir su temperatura tr¨¢gica. N¨²ria est¨¢ en la plenitud absoluta de su carrera; las dos est¨¢n sabias".
Que Espert haya dirigido anteriormente la obra pod¨ªa haber dado pie a problemas. "Pero no los ha habido. No hay nada m¨¢s diferente a dirigir que interpretar. La Bernarda de Glenda Jackson en el montaje de N¨²ria era un oso salvaje; N¨²ria aqu¨ª es una pantera" —"Bernarda, cara de leoparda", dice Maria Josefa, su madre (Teresa Lozano), en la obra—. "Y en el caso de Poncia, la actriz que la encarnaba, Joan Plowright, era una perra, mientras que Rosa Maria hace una leona".
Para Pasqual, Lorca es m¨¢s que un compa?ero de viaje, "es el hermano mayor que hubiera querido tener; siento una empat¨ªa, una afinidad; con ¨¦l me siento en casa". El espect¨¢culo se ver¨¢ en Madrid (Matadero) a partir del 10 de septiembre.
Del proyecto de excavar la tumba de Lorca, no es partidario: "A los muertos hay que dejarlos en paz, y lo digo como sobrino de un ca¨ªdo en la batalla del Ebro cuyo cad¨¢ver nunca se recuper¨®. Lo de Lorca todo el mundo sabe c¨®mo fue. No es necesario abrir la fosa". Del caso de otro poeta que es noticia, por la pel¨ªcula, Jaime Gil de Biedma, al que conoci¨® bien, Pasqual se?ala que el libro en que est¨¢ basado el filme no le gust¨®. "Lo extraordinario de Jaime es su escritura, all¨ª ya se desnud¨® de manera suficientemente imp¨²dica; puede que salga una buena pel¨ªcula, pero a m¨ª no me importa con qui¨¦n follaba Jaime".
El futuro de Pasqual pasa de manera inmediata por Catania, donde representar¨¢ el Edipo hecho para el teatro de Palladio en Vicenza. Prepara dos zarzuelas, La viejecita y Chateau Margaux, que se presentar¨¢n en el teatro Arriaga de Bilbao y llegar¨¢n al festival Grec. Y tiene el compromiso de montar un espect¨¢culo en la sede hist¨®rica del Lliure en Gr¨¤cia cuando ¨¦sta se reabra, algo que le emociona, pese a que en principio no era partidario de que el colectivo conservara esa sala.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.