Lo que M¨¦xico no responde
?Por qu¨¦ sigue muriendo gente?.-Los fallecimientos y los contagios decrecen en la capital.-El Gobierno dice ahora que s¨®lo atribuye siete muertos a la gripe porcina
Las muertes decaen y las dudas crecen. Lo primero calma, pero lo segundo, inquieta. El jefe del Gobierno de la ciudad de M¨¦xico, Marcelo Ebrard, dijo ayer que en las ¨²ltimas horas el n¨²mero de fallecimientos y de contagios en el Distrito Federal —principal foco del virus de la gripe— est¨¢ cayendo de forma lenta, pero sostenida. Sin embargo, hay una pregunta que ninguna autoridad ha respondido a¨²n con solvencia: ?por qu¨¦ sigue muriendo gente en M¨¦xico?
Seg¨²n los expertos, el virus no es mortal si el enfermo acude al hospital nada m¨¢s sentir los s¨ªntomas —fiebre alta, dolor de cabeza, congesti¨®n nasal, cansancio general—. Los m¨¦dicos disponen entonces de un plazo de 24 a 48 horas para diagnosticar la enfermedad y para tratar al paciente con un f¨¢rmaco antiviral llamado Tamiflu. El Gobierno de M¨¦xico asegura que tiene las dosis suficientes para atender todos los casos. Si esto es as¨ª, y si la poblaci¨®n sabe desde el pasado jueves por la noche de la existencia del virus, ?por qu¨¦ entonces en M¨¦xico sigue muriendo gente y en el resto de los pa¨ªses donde se han detectado casos a¨²n no se ha confirmado ning¨²n fallecimiento?
Hasta el momento s¨®lo se sabe que los fallecidos ten¨ªan entre 20 y 50 a?os
La pregunta se la hizo un periodista al secretario de Salud, Jos¨¦ ?ngel C¨®rdova, durante su ¨²ltima comparecencia p¨²blica. Y su ¨²nica respuesta fue: "Porque aqu¨ª siguen llegando tarde". Lo ¨²nico que se sabe es que los fallecidos ten¨ªan entre 20 y 50 a?os, que no hay ni?os ni ancianos entre las v¨ªctimas mortales —aunque s¨ª entre los contagiados— y que eso parece indicar que las poblaciones vacunadas contra el virus de la gripe com¨²n est¨¢n resistiendo el embate de la influenza porcina. Pero se supone. Porque —por ahora— tampoco eso se ha explicado con claridad.
Y esa opacidad aumenta los rumores en un pa¨ªs —no hay que olvidarlo— cuya clase pol¨ªtica no puede presumir precisamente de transparencia. Conscientes de ello, los responsables de Salud pidieron ayer que el m¨¢ximo experto gubernamental en la materia, Miguel ?ngel Lezana, director general de vigilancia epidemiol¨®gica y control de enfermedades, explicara a un grupo de corresponsales extranjeros la realidad de la situaci¨®n. Y su versi¨®n de la realidad es que, en contra de lo que se hab¨ªa dicho hasta ahora —incluso por el presidente Felipe Calder¨®n—, de los 152 casos de muertes sospechosas de haber sido causadas por el virus de la influenza s¨®lo existe la confirmaci¨®n plena de siete, ni siquiera de 20, como tambi¨¦n se hab¨ªa asegurado oficialmente. ?Y el resto? "El resto s¨®lo huelen a influenza", reconoci¨® Lezana. ?Podr¨ªa pasar que, de las 159 muertes anunciadas, finalmente s¨®lo fuesen atribuibles a la influenza 10 ¨® 20? "Podr¨ªa ser posible". Entonces, le preguntaron los periodistas, toda esta alarma mundial... "Era la ¨²nica manera de actuar, si no lo hubi¨¦semos hecho as¨ª, en vez de 30 muertes podr¨ªamos haber tenido 3.000..."
A la espera de m¨¢s respuestas, lo ¨²nico cierto es que la ciudad de M¨¦xico sigue luchando a brazo partido contra la amenaza invisible. Mientras las autoridades federales aparecen de vez en cuando y casi por sorpresa, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, tiene una presencia constante ante la poblaci¨®n. Cuando, el lunes por la noche, se percat¨® de que sus conciudadanos se hab¨ªan volcado sobre los supermercados para hacer acopio de los alimentos fundamentales como si de una guerra se tratase, sali¨® en las emisoras de radio para llamar a la tranquilidad y garantizar el abastecimiento. En situaciones as¨ª, y en ausencia del medicamento m¨¢gico que los libere de la pesadilla, los ciudadanos agradecen de sus pol¨ªticos verdad y cercan¨ªa. En dosis suficientes.
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