Deseos
Todos los sue?os se cumplen. Quiz¨¢ no en quien los ha so?ado, pero s¨ª en otros. No hay un solo sue?o por cumplir. ?Que quisiste escribir una obra maestra? La historia de la literatura est¨¢ llena de obras maestras. ?Que habr¨ªas dado la mano derecha por ser un gran pintor? La historia del arte est¨¢ llena de genios. ?Que un gran arquitecto? Ah¨ª tienes a Foster, a Calatrava, a Zumthor. ?Que hubieras preferido ser famoso a secas, sin demostrar ning¨²n m¨¦rito? Enciende la tele y la ver¨¢s llena de gente que alcanz¨® tu sue?o, que quiz¨¢ no era el suyo. Muchas personas han destacado en esto o lo otro por casualidad, sin hab¨¦rselo propuesto. No estaba en mi horizonte, dicen, jam¨¢s pens¨¦ que me convertir¨ªa en actor o en neurocirujano o en c¨®mico o en obispo. Sin duda, fueron sue?os de otros que se cumplieron en ellos.
Tambi¨¦n los deseos malos se cumplen. Si has imaginado disponer de un s¨®tano secreto, con una presa a la que violabas a discreci¨®n, ah¨ª tienes al monstruo de Amstteten. Si has fantaseado con la posibilidad de bombardear una poblaci¨®n civil y enviar luego ambulancias a recoger los restos, ah¨ª tienes a Bush. Si en sue?os te has visto provocando una cat¨¢strofe econ¨®mica de car¨¢cter planetario, ah¨ª tienes a Madoff. ?Que todos estos deseos que nacieron en ti no se han cumplido en ti? De acuerdo, pero seguro que t¨² has realizado alg¨²n sue?o que pertenec¨ªa a otro. Quiz¨¢ aprobaste a la primera las oposiciones a juez o a notario. Tal vez te toc¨® la loter¨ªa sin que nunca hubieras pensado en esa contingencia. Es posible que el ascenso a director general, que ni se te hab¨ªa pasado por la cabeza, se fraguara en la imaginaci¨®n de un compa?ero que lo deseaba de verdad. La mayor¨ªa de las ambiciones no se cumplen en quien las alimenta. Cada cuerpo, sin embargo, es due?o de su digesti¨®n y de su hambre y de su dolor. ?Por qu¨¦?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.