Sade no es lectura para princesas
Un d¨ªa somos afrancesados, al d¨ªa siguiente celebramos la castiza rebeli¨®n contra los franceses. Nos fusilan, pero no podr¨¢n impedir que les admiremos. Casi todos somos franceses desde Jorge Sempr¨²n hasta Victoria Abril, de Picasso a Bu?uel, de Arroyo a Rossy de Palma. Franceses como la italiana Carla Bruni. Como el republicano presidente Sarkozy, ese c¨®ctel h¨²ngaro-griego, franc¨¦s de "rive droite", encantador de guapas chicas malas. Una pareja que sabe flanear entre el bulevar y la nueva grandeur hay que tener muchas tablas y varias vidas. Todos mis respetos republicanos por una presidenta que ha conocido la cama de los Rolling Stones, una vacuna contra todos los demonios.
Somos lo que leemos, bebemos, vemos, comemos y lo que ignoramos. Dec¨ªa Gimferrer que "al arte le bastar¨ªa con hacer girar sobre s¨ª mismo el espejo de Las Meninas para ver el infinito turbador y abismal de Goya". Carla Bruni, adem¨¢s de recorrer las calles de Madrid a golpes de sirenas, hizo una parada en el Prado. Pasear ese museo en compa?¨ªa de la familia real debe ser parecido a que te ense?en las fotos de la familia. Me encantar¨ªa haber seguido esa conversaci¨®n, ?qu¨¦ pocos museos tiene el arte de conversar! Como el de callar. El Prado habla con sus im¨¢genes: familias reales, pueblo insurgente fusilado por franceses, vidas en los infiernos, mitolog¨ªas, amor¨ªos, borrachos, desastres o placeres de toda clase y condici¨®n. El Prado es la demostraci¨®n de que el evolucionismo darvinista ha mejorado la especie, realeza incluida. Carla Bruni observ¨® las pintadas por Vel¨¢zquez, por Goya muy alejadas de las est¨¦ticas de nuestra monarqu¨ªa democr¨¢tica. Ya no somos la corte de los milagros, ni de los esperpentos, ni de los golpes. Los mandatarios, sus familias, sus mujeres, son bastante m¨¢s atractivos que anta?o. No hay meninas como aquellas. Ni corte, ni cortesanos. Carla Bruni tiene or¨ªgenes aristocr¨¢ticos. Letizia Ortiz, plebeyos. Unidas por su belleza, democratizadas por sus tacones lejanos, almodovarianos, alejadas de "las meninas" de nuestra historia.
Bruni recorri¨® el Museo del Prado acompa?ada por los Reyes. Debe de ser parecido a que te ense?en fotos de familia
El escritor, mon¨¢rquico y conservador, De Maistre escribi¨®: "Jam¨¢s ha existido una familia real a la que no se le pueda asignar un origen plebeyo". Carla y Letizia, m¨¢s que por sus or¨ªgenes, est¨¢n separadas por sus lecturas convictas y confesas. Hace tiempo que la princesa Letizia quer¨ªa leer En busca del tiempo perdido. Quiz¨¢ ya recuperado. ?Y podr¨ªa leer -y contarlo- al Marqu¨¦s de Sade? La lectora Bruni conoce las armas de los libertinos. Sabe que Juliette, ejemplo de libertinas, no es partidaria de la guillotina como una de las bellas artes: "para bien o para mal, dejamos los Gobiernos como est¨¢n. Y en cuanto a los reyes, dejamos a los pueblos el cuidado de vengarse del despotismo". La editorial Tusquets no public¨® a Cercas, pero publica al Marqu¨¦s de Sade. ?Vive la France!
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