El peligro de ser albino en ¨¢frica
Moszy se convirti¨® en noticia, a principios del pasado mes de abril, cuando lleg¨® en cayuco a las costas de Tenerife y solicit¨® asilo a las autoridades espa?olas. Tiene 18 a?os y procede de la Rep¨²blica de Ben¨ªn, un pa¨ªs de ?frica occidental fronterizo con Nigeria y N¨ªger. Su larga huida no ha tenido que ver con ideas pol¨ªticas o religiosas, ni siquiera con esa b¨²squeda de El Dorado que es el motor para tantos inmigrantes subsaharianos. Moszy es negro y? albino. Y s¨®lo por esta condici¨®n gen¨¦tica, que se caracteriza por una ausencia de pigmento en la piel, los ojos o el pelo, puede ser v¨ªctima de alguno de los muchos rituales de brujer¨ªa por los que los albinos son perseguidos en distintos pa¨ªses africanos.
?C¨¢ncer? Es mejor que ni nombres el tema, prefieren ignorarlo. Para qu¨¦ lo van a saber si no pueden tratarse
S¨®lo pocos a?os atr¨¢s, los albinos africanos sent¨ªan sobre ellos dos amenazas b¨¢sicas: el rechazo social y el peligro del inclemente sol sobre su piel y sus ojos desprotegidos, ya de por s¨ª d¨¦biles y especialmente sensibles. Para ellos no es nuevo ser abandonados por sus propias familias, sufrir la discriminaci¨®n en la escuela y sentirse condenados a mendigar por la falta de oportunidades para encontrar cualquier tipo de trabajo. Pero s¨ª es nuevo el miedo de sentir que su piel tiene precio.
Las noticias sobre la persecuci¨®n y asesinato de albinos en distintos pa¨ªses del continente africano han sido cada vez m¨¢s frecuentes en los ¨²ltimos a?os. Una situaci¨®n provocada por el aumento de un siniestro comercio en el que las mercanc¨ªas son diferentes partes de sus p¨¢lidos cuerpos. Extremidades, piel, huesos, pelo e incluso la sangre de personas albinas son utilizadas por los brujos locales como ingredientes para hacer pociones a las que atribuyen poderes m¨¢gicos como dar suerte o atraer la riqueza. El problema es especialmente preocupante en Tanzania, un pa¨ªs en el que la poblaci¨®n de albinos se estima en unas 170.000 personas. All¨ª los inciertos datos oficiales cifraron en 40 los albinos asesinados el a?o pasado, y la alarma que estos hechos ha provocado en la comunidad internacional ha presionado para que el Gobierno tanzano apoyara el nombramiento de una parlamentaria albina, primero, y a principios de este mismo a?o tomara la decisi¨®n de suspender las licencias de todos los curanderos, a los que se calcula recurre m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n.
Ana Yturralde, la autora del reportaje gr¨¢fico, se top¨® con la realidad de esta comunidad en sus viajes de trabajo por ?frica. Todas las personas que aceptaron posar para estas fotograf¨ªas son de Angola y se necesitaron varias reuniones para convencerles. Hartos de ser ?monos de feria y objeto de burla?, s¨®lo la promesa de poder hablar para que el mundo conozca su situaci¨®n consigui¨® que se prestaran a ser retratados. ?Llegaron a la cita con sus mejores galas, a pesar de que la mayor¨ªa vive en condiciones m¨ªseras porque no tiene trabajo?, explica Yturralde, ?y lo primero que hicieron fue rezar porque para ellos era un momento importante?. Sencillos y sin casi estudios, cuando les preguntaron qu¨¦ quer¨ªan decir al mundo, sus peticiones fueron b¨¢sicas: ?Que me quiten las manchas de la cara?, ?que nos env¨ªen ropa? y gafas de sol?. En Senegal no tienen miedo a ser asesinados, pero s¨ª al brutal rechazo que sufren, porque la ignorancia sobre el origen gen¨¦tico del albinismo hace que exista temor al contagio o simplemente porque provocan asco.
Ritos y supersticiones aparte, uno de los grandes enemigos de los albinos en ?frica es el sol y, especialmente, la falta de medios para proteger de ¨¦l los delicados ojos y piel que caracterizan a estas personas. ?En un momento de la sesi¨®n fotogr¨¢fica pregunt¨¦ a quien me serv¨ªa de traductora si alguno de ellos ten¨ªa c¨¢ncer?, explica Ana Yturralde. ?La respuesta fue contundente: ?Ni lo nombres, para qu¨¦ lo van a saber si no pueden tratarse?.
En Europa y Am¨¦rica nace un albino por cada 20.000 personas, pero en ?frica, al tratarse de una afecci¨®n hereditaria, los problemas de endogamia disparan las cifras: un albino por cada 4.000 nacimientos. Su esperanza de vida sin protecci¨®n y tratamientos adecuados se sit¨²a entre los 20 y los 30 a?os. Pedro Ja¨¦n, jefe del servicio de dermatolog¨ªa del hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid y director general del grupo de dermatolog¨ªa que lleva su nombre, conoce la gravedad de la situaci¨®n de primera mano, ya que desde el pasado mes de agosto colabora sobre el terreno con la Fundaci¨®n Cirujanos Pl¨¢stikos Mundi en un proyecto m¨¦dico en Moshi, en el norte de Tanzania. ?No tienen informaci¨®n ni medios para protegerse del sol; los m¨¦dicos no tienen formaci¨®n ni instrumental adecuado para realizar ciertas operaciones, y todas las supersticiones que rodean a estas personas hacen que est¨¦n aislados, dispersos y en cierta medida ocultos, lo que complica m¨¢s cualquier acci¨®n para ayudarles?, explica el doctor Ja¨¦n. ?Necesitan fotoprotectores, un aut¨¦ntico lujo en la zona; ropa y gafas adecuadas. Su piel se quema con mucha facilidad, todos los que est¨¢n sin tratar alrededor de los 20 a?os tienen prec¨¢ncer de piel, pero diagnosticado a tiempo se cura. Lo que ocurre es que la mayor¨ªa de las veces la situaci¨®n hace que se llegue demasiado tarde, por eso nuestra intenci¨®n no es s¨®lo ayudar puntualmente, sino formar all¨ª a profesionales que puedan realizar un seguimiento continuado?.
Moszy est¨¢ en Espa?a, y su petici¨®n de asilo, en tramitaci¨®n; es s¨®lo el rostro m¨¢s cercano de una discriminaci¨®n que muestra toda su crudeza en los personajes de este reportaje.
Mama Diallo
Mama Diallo 18 a?os, estudiante
En la escuela me acostumbr¨¦ al rechazo de la gente. Me preocupan mis ojos, que me hacen sufrir atrozmente
Get Mbodj
Get Mbodj 31 a?os, vendedora de verduras
Algunos escupen a mi paso porque creen que conjuran la mala suerte. Vendo en la calle y estoy muy expuesta al sol
Aboubakary Sakho
Aboubakary Sakho Preside una asociaci¨®n de albinos en Senegal
Problemas de visi¨®n, incomprensi¨®n, rechazo Mi combate es trabajar para que la asociaci¨®n facilite la inserci¨®n de los ni?os albinos en la sociedad y la vida escolar
Ibrahima Kalilou
Ibrahima Kalilou 27 a?os, mendigo, guineano
Me expatri¨¦ por verg¨¹enza de pedir limosna en mi pa¨ªs. Soy un buen vendedor. Volver¨¦ a casa cuando re¨²na dinero para empezar mi comercio
Fatoup Diop
Fatoup Diop15 a?os. Aprende a coser a m¨¢quina
Me gustar¨ªa ser maestra, creo que es el oficio m¨¢s bello del mundo. Pero tal vez sue?o demasiado. Si al menos las manchas negras que tengo en mi piel y mi cara pudieran desaparecer como por encanto...
Familia Fall
Familia Fall Cinco hijos albinos
Me enfado cuando me llaman blanca sucia. Me gustar¨ªa mostrarles que no hay diferencia entre nosotros, excepto en la pielRouguy Sy (en el centro) tiene 49 a?os. Su marido y ella son negros, pero cinco de sus hijos son albinos. Es dif¨ªcil tener una familia numerosa, m¨¢s si es como la m¨ªa, afirma. A su izquierda, Ibrahima, de 13 a?os, al que le gustar¨ªa ser sastre, y su hermana Khady, de 21. A la derecha, Ouleye, de 9 a?os, yAstou, de 19. Khady, la mayor de los hermanos, explica: No tengo trabajo. Me gustar¨ªa ser peluquera, pero s¨¦ que habr¨ªa personas que no querr¨ªan que les tocara. No es grave, ya no me sorprendo.
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