Fuera piel de cordero
Fuera la oferta de Alberto N¨²?ez Feij¨®o de gobernar as¨¦pticamente la Xunta como si fuese una empresa sin ideolog¨ªa: era m¨¢scara. Y fuera la pelliza de cordero que suger¨ªa templanza: era trola. El art¨ªculo del domingo pasado ?Para qui¨¦n trabajan?, acababa: No hay transici¨®n, hay ruptura. Esta semana N¨²?ez Feij¨®o lo confirm¨® desvelando todos los velos en Madrid, d¨®nde si no, y ante el micr¨®fono de la Cope, d¨®nde si no.
Nos dej¨® al cuidado del conselleiro Agust¨ªn Hern¨¢ndez y se fue a Madrid, all¨ª rindi¨® cuentas a Federico Jim¨¦nez Losantos y Pedro Jos¨¦ Ram¨ªrez de lo que har¨ªa con esos Audi que les obsesionan. Cuando uno de ellos le pregunt¨® "?qu¨¦ necesidad tiene Galicia de una televisi¨®n p¨²blica, es que no hay televisiones privadas que reflejen el pluralismo de la sociedad gallega?", abundando en su deseable privatizaci¨®n, el presidente de la Xunta, aunque record¨® de forma ambigua que se cre¨® para promover la cultura y lengua gallegas, consider¨® "procedente" la privatizaci¨®n y una "proposici¨®n razonable" que habr¨¢ que discutir, aunque no se pone a ello de forma inmediata. Cumpli¨® all¨ª de ariete contra la bicha del nacionalismo madrile?o: ?Catalu?a! El gobierno de los gallegos va a ser utilizado como un arma en la lucha partidista, un instrumento del espa?olismo centralista. En cuanto al man¨¢ prometido del impuesto de sucesiones, se ver¨¢. Sobrevolaron insinuaciones de tirarle una casa al ministro de Fomento, Jos¨¦ Blanco, al que Federiquito y Pedrito se dirigen como Pepi?o. ?Debemos llamar al presidente all¨ª presente Albertito?
Los gallegohablantes, los ¨²nicos biling¨¹es aqu¨ª, son una r¨¦mota. ?Tanta autonom¨ªa y tanto rollo!
Y al fin llegaron a la herida. La xenofobia contra nuestra identidad, las denuncias de los oyentes de esa emisora contra nuestra lengua: el gallego, lengua cruel, oprime a los perseguidos monoling¨¹es en castellano y le piden al presidente que tome medidas. Y ¨¦l, all¨ª, ante aquel micr¨®fono de donde manan a diario llamadas a la convivencia, la democracia y las buenas maneras, ante esos periodistas buscadores de verdades, conocedores de la realidad gallega y preocupados por el porvenir de nuestros ni?os, declar¨® que va a acabar con tal imposici¨®n y opresi¨®n. Va a abrir el mel¨®n, la caja de Pandora y lo que haya que abrir y si es preciso trocear, que trae cuchillo y Baltar pone el afilador. La autonom¨ªa ya no va a hacer una pol¨ªtica para garantizar la existencia de la lengua gallega. Caso de que alguna vez hubiese tal cosa, eso se acab¨®. N¨²?ez Feij¨®o implantar¨¢ la libertad de mercado ling¨¹¨ªstico. Se preguntar¨¢ a los padres, a los hijos, a los abuelos, a los profesores, se har¨¢n encuestas, men¨²s a la carta. Los ni?os votar¨¢n qu¨¦ tipo de historia, de matem¨¢ticas y de f¨ªsica quieren. ?Evolucionismo o creacionismo, como en Texas? Cada uno har¨¢ lo que quiera, no habr¨¢ normas. Feij¨®o suprimir¨¢ las leyes de la autonom¨ªa, eso garantizar¨¢ el triunfo del monopolio ling¨¹¨ªstico. Los gallegohablantes, los ¨²nicos biling¨¹es aqu¨ª, son una r¨¦mora. ?Tanta autonom¨ªa, tanta Galicia y tanto rollo! Los ni?os gallegos, sus padres y madres, quieren ser monoling¨¹es, quieren ser castellanos, madrile?os, riojanos (los ni?os no saben ingl¨¦s por culpa del gallego).
Lo ¨²nico que garantizaba un espacio ling¨¹¨ªstico para los gallegohablantes eran las pol¨ªticas emanadas de la autonom¨ªa, pero la televisi¨®n gallega ya veremos y la educaci¨®n est¨¢ claro. El paternalismo de Fraga toler¨® que se extinguiese la lengua gallega con tranquilidad, sin empujar. Feij¨®o y sus due?os, los ide¨®logos de la caverna madrile?a, traen prisa, que sea r¨¢pida la cosa. Sin anestesias, con dolor.
N¨²?ez Feij¨®o se confes¨® en la Cope y mostr¨® su rostro radical. El mismo hecho de acudir all¨ª, y no aqu¨ª, a contar lo que planea demuestra su profundo desprecio a Galicia y a sus instituciones. El nuevo presidente de la Xunta no anuncia sus planes en el Parlamento ante nuestros representantes sino que escoge una emisora de radio, y ni siquiera se dirige a la sociedad a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n gallegos sino que da cuenta en un medio madrile?o a dos periodistas de ideolog¨ªa marcadamente partidista. No hay duda de que quien est¨¢ ocupando la presidencia de la Xunta no respeta el cargo, lo est¨¢ destruyendo.
Feij¨®o, como Aznar, no tiene complejos: nuestra autonom¨ªa es un estorbo, causa problemas. Acabemos con ella y volvamos a aquel pasado, el pl¨¢cido franquismo que Mayor Oreja, el candidato al Parlamento europeo de su partido, a?ora nost¨¢lgico. Vuelven, m¨¢s que nunca.
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