En crecimiento o recesi¨®n, siempre a vueltas con el coste del despido
A falta de iniciativas ¨²tiles y eficaces frente a la crisis, determinados sectores vuelven a colocar el coste del despido y su nivel de protecci¨®n en el centro del debate, utilizando como argumento un falso an¨¢lisis comparado con la situaci¨®n en la Uni¨®n Europea, presentando Espa?a como el pa¨ªs en el que el despido es caro y, adem¨¢s, est¨¢ trufado de un proceso administrativo-judicial que lo dificulta.
Nada m¨¢s alejado de la realidad. En Espa?a, la destrucci¨®n masiva de empleo, a diferencia del resto de la Uni¨®n Europea, se produce por un ajuste abusivo, v¨ªa finalizaci¨®n de los contratos temporales o despidos improcedentes, y no s¨®lo por las debilidades de nuestro modelo productivo.
Aun con cuatro millones de parados, la temporalidad afecta al 25% de los ocupados
El camino ha de ser el de la convergencia con Europa, tambi¨¦n desde el punto de vista social
El problema es la temporalidad, que, aun con cuatro millones de parados, representa el 25% de la poblaci¨®n asalariada ocupada, muy por encima de la media de la UE, donde est¨¢ algo por encima del 10% y es utilizada, en momentos de crecimiento, como mano de obra no especializada, pero s¨ª muy flexible y de un coste por su nivel de precariedad mucho m¨¢s bajo que el de la mano de obra estable, y en momentos de crisis como el actual, como v¨ªa de ajuste de las plantillas. Esto sencillamente no ocurre en Europa.
Quiero tambi¨¦n llamar la atenci¨®n sobre el trasvase que se produce de trabajadores en situaci¨®n de alta precariedad contractual a la econom¨ªa sumergida. Algo excepcional en la UE.
Sobre la masiva destrucci¨®n de empleo, hay que aportar los siguientes datos: el 55% de los despidos proviene del ajuste v¨ªa contratos temporales; el 35%, de despidos improcedentes, es decir, despidos sin causa que los justifique, y el 4%, de ERE. Estas v¨ªas s¨ª son las realmente excepcionales en Europa.
Por tanto, podemos afirmar que el despido es "altamente flexible" en Espa?a, siendo la contrataci¨®n temporal su primera fuente. Es demoledor, por otra parte, el dato de que a trav¨¦s de los despidos sin causa que los justifique, es decir, los improcedentes, se produzcan el 35% del total.
En cuanto al coste, la indemnizaci¨®n de los eventuales y de los contratados por obra y servicio determinado es de ocho d¨ªas por a?o de trabajo; la del despido objetivo es de 20 d¨ªas por a?o de trabajo hasta un m¨¢ximo de 12 mensualidades; la del improcedente, 45 d¨ªas por a?o, y el que se produce a trav¨¦s de ERE es tambi¨¦n de 20 d¨ªas por a?o hasta un m¨¢ximo de 12 mensualidades.
Como es necesario subrayar el doble papel que juega el Fondo de Garant¨ªa Salarial: directo en materia de ERE y de despido objetivo en las empresas de menos de 25 trabajadores, en los que aporta el 40% de los 20 d¨ªas por a?o de indemnizaci¨®n; subsidiario en los casos de insolvencia, donde el Fogasa aporta 20 d¨ªas hasta el m¨¢ximo de una anualidad, y en el resto, 30 d¨ªas, tambi¨¦n hasta el m¨¢ximo de una anualidad.
Espa?a, con relaci¨®n a la UE-15, es una excepci¨®n en materia de despidos.
En Italia, Francia, Alemania o Suecia, que son una referencia, el despido no es libre, ya que est¨¢ altamente protegido a trav¨¦s de la participaci¨®n de los sindicatos y del propio Poder Judicial.
En Espa?a, si un trabajador es despedido y el juzgado de lo social resuelve la improcedencia del mismo, no es el trabajador, tampoco el juez, los que determinan si el trabajador se reincorpora a su puesto de trabajo, sino que es la propia empresa la que decide. Sobra decir que pr¨¢cticamente en el cien por cien de los casos el trabajador, a pesar de haber sido despedido injustamente, no se reincorpora al puesto de trabajo.
En Francia y Alemania, en los casos de despido sin causa, es el propio juez el que determina si el trabajador se reincorpora a su puesto de trabajo. Es obvio decir que la ley les da amplias potestades a los representantes de los trabajadores en el proceso previo a la resoluci¨®n judicial. En Italia y Suecia es el propio trabajador quien decide si se reincorpora o no a su puesto de trabajo.
Por tanto, cuando se habla de rigideces, rigor y racionalidad es lo que hay que demandar a quienes, siempre buscando nuevas ventajas a costa de derechos, intentan poner el asunto del despido y de su coste en el centro del debate.
No voy a obviar que, para algunas modalidades, el coste del despido es algo menor en estos pa¨ªses que en Espa?a, pero no podemos en ning¨²n caso pasar por alto que el despido no est¨¢ descausalizado, y los niveles de protecci¨®n por desempleo, tanto en cuant¨ªa como en duraci¨®n, son mucho mayores.
Por tanto, el camino nunca ha de ser el de la desconvergencia, sino, por el contrario, el de converger, y sobre todo en lo positivo, desde el punto de vista social, para la econom¨ªa y para el pa¨ªs, que seguro nos ir¨¢ mejor.
Rodolfo Benito Valenciano es secretario Confederal de Estudios de CC OO y presidente de la Fundaci¨®n Primero de Mayo.
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