La escuela concertada oculta el car¨¢cter voluntario de sus cuotas
Muchos colegios subvencionados no informan de que cualquier pago es opcional - Se programan actividades complementarias en horario lectivo
La red espa?ola de colegios e institutos pagada por todos los contribuyentes est¨¢ dividida en dos: la p¨²blica y la privada concertada. Se supone que ambas son gratuitas -los privados subvencionados reciben dinero p¨²blico para asegurar que as¨ª sea-, pero lo cierto es que los padres que llevan a sus hijos a la concertada gastan m¨¢s. Seg¨²n una reciente encuesta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, el coste medio de las clases lectivas en un concertado es de 247 euros al curso en primaria y 220 en secundaria, "exclusivamente por ense?anzas complementarias de car¨¢cter voluntario", advierte la nota de prensa del INE. El problema es que no siempre se informa a los padres de la voluntariedad de esas cuotas y, a veces, esas clases complementarias se colocan a mitad del horario lectivo, con lo que un alumno que no pueda pagarlas se quedar¨ªa apartado de sus compa?eros por una cuesti¨®n socioecon¨®mica.
Un centro barcelon¨¦s reclama una aportaci¨®n mensual "obligatoria"
As¨ª lo ha comprobado en las ¨²ltimas semanas este diario en una quincena de centros concertados de varias comunidades aut¨®nomas. En el colegio Pare Manyanet, en el barrio de Les Corts, de Barcelona, una empleada afirmaba recientemente en la recepci¨®n que la aportaci¨®n a la fundaci¨®n del centro es "obligatoria": 26 euros al mes este curso desde infantil a secundaria, "aprobada por la Generalitat", aseguraba. Tambi¨¦n son obligatorias, a?adi¨®, algunas actividades que se realizan "en el horario escolar" como la piscina o la psicomotricidad: otros 55 euros al mes en primaria o 46,9 euros por mes en secundaria, explican en el centro.
La ley de educaci¨®n dice expresamente que en ning¨²n caso se podr¨¢n imponer "aportaciones a fundaciones o asociaciones ni establecer servicios obligatorios, asociados a las ense?anzas, que requieran aportaci¨®n econ¨®mica". S¨ª se podr¨¢n cobrar, claro, los servicios complementarios (como autob¨²s o comedor) o las actividades extraescolares, que "tendr¨¢n car¨¢cter voluntario", a?ade la norma. Sin embargo, en muchos casos no se aclara a los padres esa voluntariedad. Por ejemplo, en el colegio Torrevilano, en el Ensanche de Vallecas (Madrid), donde, tras una explicaci¨®n sobre las clases "de refuerzo" (ingl¨¦s, matem¨¢ticas, lengua e inform¨¢tica) que los ni?os reciben a diario despu¨¦s de comer, de 14.30 a 15.30, el informante escribe los honorarios a l¨¢piz en una hoja -170 euros al mes-, sin aclarar que se trata de una opci¨®n voluntaria.
Tampoco se habl¨® en ning¨²n momento de que fueran optativas las cuotas en la media docena de centros concertados vigueses que este peri¨®dico ha sondeado. La cuota m¨¢s com¨²n es de 20 euros para un ni?o de 5? de primaria, pero se reduce a 15,50 euros en el Amor de Dios, se eleva a 33,50 en el Ap¨®stol Santiago (jesuitas) y llega a 200 en el Montecastelo (Opus Dei). En Vigo hay 37 colegios concertados que acogen a cerca de 20.000 ni?os. El 90% de estos colegios cobra de media un suplemento de 100 euros mensuales, seg¨²n datos facilitados por los sindicatos, que se justifican alternativamente como gastos de material, mantenimiento de las instalaciones, donaciones o actividades extraescolares.
Mucho se ha hablado en los ¨²ltimos a?os de la concertaci¨®n de colegios de ¨¦lite, como son algunos de los vinculados al Opus Dei. En la Comunidad Valenciana hay siete y est¨¢n todos concertados. Las tarifas de las donaciones llegan hasta los 450 euros al mes. A esto, en principio, no hay nada que objetar, siempre que se informe de la voluntariedad de estas cuotas, pero no siempre se hace. Y, a veces, cuando s¨ª se dice claramente, resulta que esas actividades se colocan a mitad de la jornada. En el colegio Novahispalis, de Sevilla la Nueva (Madrid), cobran 115 euros por una hora diaria de actividades complementarias en el horario escolar. Informan por tel¨¦fono de que es una actividad "optativa". Los ni?os de las familias que no abonen la cuota, explican, pasar¨¢n esa hora haciendo deberes en otra aula con un profesor.
La gran queja de los concertados, que atienden a 1,8 millones de alumnos, aproximadamente un cuarto de los estudiantes de educaci¨®n infantil a secundaria, es que la subvenci¨®n p¨²blica no cubre el coste real de la ense?anza. En el colegio Compa?¨ªa de Mar¨ªa de Sevilla justifican estas cuotas: "La Junta de Andaluc¨ªa no lo cubre todo", dicen en secretar¨ªa. Seg¨²n este centro, con el dinero que aportan los padres se pagan servicios como el gabinete psicol¨®gico o al personal no docente. Cuando se les pregunta por la cantidad exacta, indican que es el administrador el que comunica a cada familia admitida esta "cuota proporcional".
"Como al colegio no se le permite cobrar nada, lo hace la asociaci¨®n de padres y luego se produce un trasvase de fondos a otra cuenta", certifica un empleado de un concertado valenciano, que adem¨¢s a?ade que "se cobra por todo". De hecho, este peri¨®dico ha recibido quejas de algunos padres porque el colegio les pide cuotas extra para hacer frente, por ejemplo, a unas obras. Es el caso del colegio parroquial San Roque, que depende del Arzobispado de Valencia, que en pleno proceso de matriculaci¨®n remiti¨® una carta a todos los padres pidi¨¦ndoles 80 euros por familia.
"Necesitamos que ustedes sigan apostando por este proyecto educativo libremente elegido por todos. No podemos quedarnos atr¨¢s", se afirma en la carta que envi¨® a los padres en marzo el colegio La Salle de Almer¨ªa. En ella se les ped¨ªa una aportaci¨®n, esta vez s¨ª, "voluntaria", de 20 euros correspondientes al segundo trimestre. En el texto se asegura que el centro recibe de la Junta de Andaluc¨ªa 1,3 euros por alumno y d¨ªa en infantil y primaria y 1,48 en la ESO: "?D¨ªganos usted si con esta subvenci¨®n se puede mantener un colegio!".
Con informaci¨®n de Neus Caballer, Sebasti¨¢n Tobarra, Primitivo Carbajo, Manuel Planelles, Pilar ?lvarez y Juan A. Auni¨®n.
Lo que dice la ley
- Art¨ªculo 88. Garant¨ªas de gratuidad. 1. Para garantizar la posibilidad de escolarizar a todos los alumnos sin discriminaci¨®n por motivos socioecon¨®micos, en ning¨²n caso podr¨¢n los centros p¨²blicos o privados concertados percibir cantidades de las familias por recibir las ense?anzas de car¨¢cter gratuito, imponer a las familias la obligaci¨®n de hacer aportaciones a fundaciones o asociaciones ni establecer servicios obligatorios, asociados a las ense?anzas, que requieran aportaci¨®n econ¨®mica, por parte de las familias de los alumnos. [...] Quedan excluidas de esta categor¨ªa las actividades extraescolares, las complementarias, y los servicios escolares, que, en todo caso, tendr¨¢n car¨¢cter voluntario.
En el filo y sin cambios a la vista
En el filo entre la voluntariedad de las aportaciones y de los servicios extra de pago se mueven muchos colegios concertados -siempre recordando a los que hacen una gran labor en zonas desfavorecidas donde ser¨ªa imposible casi cualquier cobro, al menos de forma generalizada-. La queja cl¨¢sica de los concertados es que reciben una subvenci¨®n p¨²blica insuficiente y reclaman una revisi¨®n de los conciertos que nunca llega, a pesar de que en la ley educativa aprobada en 2006 se contempla la creaci¨®n de una comisi¨®n para hacerlo.
Manuel de Castro, el secretario general de la patronal mayoritaria de la escuela concertada religiosa, asegura que han mandado un mensaje muy claro a sus centros para informar de la voluntariedad de cualquier cuota. Y vuelve con la queja de la escasez de fondos, cuya cuant¨ªa m¨ªnima la fija el Estado cada a?o. Por un lado, las administraciones pagan directamente el sueldo de los profesores. "Pero el gran problema est¨¢ en el cap¨ªtulo de gastos generales, cuya cuant¨ªa ha perdido un 20% de poder adquisitivo en los ¨²ltimos a?os", asegura. Y se queja de que en esos gastos s¨®lo se contemplan los destinados a reponer el material que ya se ten¨ªa, no para material nuevo (m¨¢s ordenadores, por ejemplo), y de que los concertados no pueden acceder a muchos programas hechos para la p¨²blica, como los concebidos contra el fracaso escolar.
Seg¨²n el INE, cada concertado religioso recibi¨® una media de 2.070 euros por alumno en 2005, y los laicos, 2.444. Ese mismo informe hablaba de un beneficio medio de 76.000 euros al a?o para los religiosos y de 68.000 para los laicos.
En ese contexto, los cobros m¨¢s o menos voluntarios son de sobra conocidos desde hace a?os. Y, a pesar de ello, ni se controlan eficazmente las cuotas ni se revisa una financiaci¨®n que afectar¨ªa principalmente a las comunidades, que son las que finalmente pagan. A las autonom¨ªas les cuestan los concertados entre un 25% y un 50% menos que los p¨²blicos (entre 1.400 y 3.000 millones de euros al a?o).
Estos pagos de las familias son, adem¨¢s, seg¨²n los expertos, la v¨ªa que usa la escuela concertada para seleccionar a un alumnado de clase media. Y la posici¨®n socioecon¨®mica de las familias es el factor clave en el ¨¦xito escolar.
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