Francia denuncia a Espa?a por copiarle un submarino

A las intensas y amistosas relaciones entre Espa?a y Francia, consagradas con la visita de Estado del matrimonio Sarkozy a comienzo de la semana pasada, les ha salido una china en el zapato. Una china de 1.700 toneladas, que es el peso que desplaza cada uno de los submarinos Scorp¨¨ne, construidos por los astilleros franceses DCNS y los espa?oles Navantia.

El Scorp¨¨ne es el mayor proyecto bilateral en el campo de la industria de Defensa y, probablemente, el ¨²nico producto industrial de alto valor tecnol¨®gico que se exporta bajo la etiqueta "hispano-franc¨¦s". Y con un ¨¦xito nada desde?able.

Chile fue el primer cliente de este modelo, con dos submarinos que ya navegan: el O'higgins y el Carrera. Le han seguido Malaisia, con dos unidades; India, con seis; y Brasil, que acaba de encargar cuatro. Los sumergibles chilenos se vendieron por m¨¢s de 300 millones de euros, igual que los de Malaisia; mientras que los indios (construidos en unos astilleros locales) rondan los 2.000 millones.

Los padres del Scorp¨¨ne est¨¢n, sin embargo, en tr¨¢mite de divorcio. Y no precisamente amigable: DCNS (la compa?¨ªa fruto de la fusi¨®n del astillero p¨²blico DCN y de la divisi¨®n naval del grupo privado Thales) ha presentado una demanda ante el Tribunal de Arbitraje de Par¨ªs en contra de su socio espa?ol. No s¨®lo pretende disolver la sociedad conjunta constituida con el astillero espa?ol Navantia para comercializar el Scorp¨¨ne sino que, para justificar la abrupta ruptura, le acusa de plagio.

El origen de este litigio, que podr¨ªa tener nefastas consecuencias para espa?oles y franceses en el mercado internacional de submarinos, se remonta a la decisi¨®n del ¨²ltimo Gobierno de Aznar, ratificada por Zapatero, de equipar al futuro submarino de la Armada espa?ola, el S-80, con el sistema de combate de la firma estadounidense Lokheed Martin, en vez del franc¨¦s.

La decisi¨®n cay¨® como un jarro de agua fr¨ªa en Francia, que daba por descontado que el S-80 ser¨ªa un submarino hispano-galo, y quiz¨¢ por eso no se esforz¨® demasiado con su oferta, seg¨²n los expertos. Pero el clima se deterior¨® a¨²n m¨¢s cuando Navantia present¨® el S-80 en algunos concursos, como el de Turqu¨ªa, donde DCNS aspiraba a vender su modelo Marlin.

Fuentes espa?olas aseguran que Francia no ten¨ªa ninguna posibilidad de ganar el contrato, debido a su enfrentamiento con el Gobierno turco por el genocidio armenio, pero al final el gato se lo llev¨® al agua un tercero: el astillero alem¨¢n HDW.

Navantia niega que haya copiado tecnolog¨ªa del Scorp¨¨ne, -"son dos productos muy diferentes, empezando por su envergadura", alegan, tras recordar que el S-80 tendr¨¢ 2.300 toneladas-, aunque l¨®gicamente el know how adquirido por los ingenieros navales espa?oles en cada programa se incorpora al siguiente. Cualquiera que sea el resultado del litigio, lo que es seguro es que ser¨¢ largo, caro y perjudicial para ambos.

Por lo pronto, para la exportaci¨®n del S-80, que Navantia est¨¢ intentando vender a Australia y quiere promocionar en Noruega, India y Singapur. Una disputa en los tribunales no es la mejor tarjeta de presentaci¨®n.

Pero tambi¨¦n para DCNS, que a¨²n no ha acordado con Navantia los t¨¦rminos del contrato con Brasil. Aunque Francia construye la mayor parte del submarino (65% frente al 35%), la propiedad intelectual pertenece a partes iguales a las dos compa?¨ªas. "En caso necesario, Navantia est¨¢ dispuesta a ejercer sus derechos ante todos los organismos que sea necesario", asegura un portavoz del astillero espa?ol, que ha estudiado la posibilidad de responder a DCNS con una demanda de retorsi¨®n.

No obstante, consciente de que ese camino puede suponer la DMA (Destrucci¨®n M¨²tua Asegurada, en terminolog¨ªa de la guerra fr¨ªa), Espa?a prefiere un acuerdo amistoso, que podr¨ªa facilitar el reciente cambio de Jean-Marie Poimboeuf por Patrick Boissier al frente de DCNS.

Los expertos consultados creen que el objetivo de la demanda contra Navantia es dificultar la aparici¨®n de un competidor en el mercado internacional de submarinos y renegociar desde una posici¨®n de fuerza su participaci¨®n en el S-80, una vez excluido el sistema de combate.

Fuentes de Defensa han indicado que, tras la cumbre hispano-francesa, se ha creado un grupo de trabajo entre las respectivas direcciones generales de armamento para explorar la cooperaci¨®n en proyectos de submarinos y, en particular, en el S-80. "La retirada de la demanda", indic¨® la misma fuente, "ser¨ªa un gesto de buena voluntad".