H1N1
Hace exactamente una semana apareci¨® esta declaraci¨®n en los peri¨®dicos: "Es una nueva era, el riesgo es real y ahora es medible y tenemos la tecnolog¨ªa para detectarlo e intentar evitar sus consecuencias". Esta declaraci¨®n del astronauta espa?ol Pedro Duque, contra lo que pueda pensarse, no se refiere a la vertiginosa expansi¨®n del virus H1N1, eso que hasta hace unos d¨ªas se llamaba la gripe del cerdo, sino al peligro inminente de que el asteroide Apofis se estrelle contra la Tierra y acabe, de un solo golpe seco, con una ciudad entera, o caiga en el mar y provoque un tsunami que recorra la costa del Mediterr¨¢neo hasta las alturas de, digamos, Ullastret.
El impacto del Apofis contra la Tierra tiene fecha: 13 de abril de 2029, aunque, a causa de la perturbaci¨®n gravitacional, podr¨ªa retrasarse hasta ese mismo d¨ªa del a?o 2036. As¨ª como hay un grupo de expertos en virus y enfermedades contagiosas estudiando c¨®mo aminorar los efectos del H1N1, tambi¨¦n existe un cen¨¢culo de expertos en asteroides que trabaja para desactivar el impacto de Apofis, con un proyecto que pretende desactivarlo, partirlo en cuatro o desmoronarlo antes de que se convierta en un peligro cercano. Para conseguir desactivar el mal antes de que ¨¦ste se abalance sobre el planeta, este cen¨¢culo de cient¨ªficos europeos lanzar¨¢, dentro de un par de a?os, una sonda espacial que, con la t¨¦cnica de las r¨¦moras, se pegar¨¢ al asteroide e ir¨¢ registrando de cerca sus movimientos y sus puntos d¨¦biles; un procedimiento similar al que van siguiendo los cient¨ªficos que estudian el virus de la gripe del cerdo.
Entre el H1N1 y el impacto inminente del asteroide Apofis hay un margen de 20 a?os, donde caben toda clase de cat¨¢strofes
Entre el H1N1, que es una calamidad de rabiosa actualidad y que se habr¨¢ expandido un poco m¨¢s en lo que usted va leyendo esta l¨ªnea, y el impacto inminente del asteroide Apofis contra la Tierra hay un margen de 20 a?os, donde caben toda clase de cat¨¢strofes, un tsunami, seguido de un se¨ªsmo, seguido de otra crisis financiera y ¨¦sta seguida por otro brote de fiebre aviar o un rebrote de vacas locas; una secuencia t¨¦trica que, por salud mental, m¨¢s vale ignorar un poco y que nos hace pensar que, desde cierto punto de vista, el mundo es eso: una sucesi¨®n de cat¨¢strofes.
Europa se prepara en estos d¨ªas para recibir la parte gruesa de la gripe del cerdo, la amenaza de la pandemia ocupa, desde hace d¨ªas, la atenci¨®n de todo el continente; aunque el H1N1 es, sin duda, un grave problema planetario de salud, en los diagn¨®sticos y pron¨®sticos que se han hecho sobre este fen¨®meno no se ha tomado en cuenta con suficiente rigor el contexto, econ¨®mico y sociopol¨ªtico, en el que ha brotado esta gripe; M¨¦xico es un pa¨ªs donde 40 millones de personas (m¨¢s o menos la poblaci¨®n de Espa?a) son pobres extremos, son un grupo humano que sobrevive con todo tipo de carencias, alimentarias, educativas y, desde luego, de salud; los muertos por el virus H1N1 pertenecen a esta franja poblacional donde reina la pobreza; por otra parte, M¨¦xico es un pa¨ªs donde, tradicionalmente, el Gobierno oculta la verdad, o la matiza o rasura, a los ciudadanos; basta que el Gobierno ofrezca una cifra, o un dato, para que todo el pa¨ªs concluya que algo se est¨¢ ocultando; se trata de un pa¨ªs en el que es m¨¢s importante el rumor que la informaci¨®n oficial.
La historia de la gripe del cerdo nace en este contexto neblinoso; en cuanto los investigadores europeos y de Estados Unidos se han puesto a escarbar en el fen¨®meno, se han encontrado con una informaci¨®n ca¨®tica y contradictoria a partir de la cual ser¨¢ muy dif¨ªcil concluir algo en firme. Me aventuro a escribir esto porque, a pesar de mi nombre, nac¨ª en el pa¨ªs del H1N1, una buena parte de mi familia vive all¨¢ y yo, aqu¨ª, veo todas las ma?anas (en el 152 de Digital Plus) el noticiario nocturno m¨¢s popular de M¨¦xico. No es que este caos informativo alrededor del H1N1 sea una maniobra del Gobierno mexicano para ocultar algo, algo que se debi¨® haber hecho antes de que el virus se expandiera por todo el mundo, m¨¢s bien se trata de la forma en que se hacen las cosas en aquel pa¨ªs, una forma que desquicia cualquier conclusi¨®n sobre este virus que pueda tener un cient¨ªfico acostumbrado a trabajar con datos rigurosos en, digamos, Bruselas.
No pretendo restarle importancia a la pandemia, pero me parece que si no se toma en cuenta el contexto sociopol¨ªtico de su lugar de origen, se corre el riesgo de sobrerreaccionar y de actuar de una manera excesiva, molesta y muy gravosa para la maltrecha econom¨ªa nacional. Todos los d¨ªas, a las ocho de la ma?ana, veo el noticiario que se transmiti¨® en M¨¦xico la noche anterior, ah¨ª me voy enterando, mientras bebo el primer caf¨¦, de las declaraciones del secretario de Salud; del ni?o, pionero de esta gripe, que sobrevivi¨® en Veracruz; de la ciudad vac¨ªa que recorren unos cuantos bravos con mascarilla, y en m¨¢s de una ocasi¨®n he visto im¨¢genes de eso que me parece la representaci¨®n por excelencia de la pandemia: un importante partido de f¨²tbol que, por precauci¨®n, por miedo al contagio, ha tenido que jugarse a puerta cerrada, con el estadio vac¨ªo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.